No creo que sea completamente inútil para contribuir a la solución de los problemas políticos distanciarse de ellos algunos momentos, situándolos en una perspectiva histórica. En esta virtual lejanía parecen los hechos esclarecerse por sí mismos y adoptar espontáneamente la postura en que mejor se revela su profunda realidad.
JOSÉ ORTEGA Y GASSET

martes, 12 de diciembre de 2023

Ultras al borde de un ataque de nervios, una Derecha desnortada frente a una Izquierda ensimismada, por Jorge Navarro Cañada.

Escribo estas líneas a unas horas del comienzo de la tramitación de la manoseada Amnistía en el Congreso; es para ponerse a temblar en un contexto delirante; si Santiago Abascal, el líder la extrema Derecha española parlamentaria -ya en declive- pronuncia versos del tipo “habrá un momento dado en el que el pueblo querrá colgar de los pies" al presidente Pedro Sánchez y tras ello el secretario general de su partido, Ignacio Garriga, añade: “Abascal ha recordado la suerte de muchos dictadores, y eso algunos lo llaman odio, pero no es odio, es historia”. Insistiendo el eurodiputado de Vox Hermann Tertsch, “Abascal se ha limitado a impartir una clase de historia, ha concedido muchas entrevistas en Buenos Aires y en todas ellas no ha dicho sino verdades y ha explicado muy bien, con paciencia, claridad y pedagogía, lo monstruoso que resulta que España sea víctima de un golpe de Estado por parte de un autócrata sin escrúpulos aliado a otros enemigos de la ley y la nación”, y esto es solo parte de lo añadido al dirigente ultra. Tampoco se ha quedado corto en su “condena” el Partido Popular y Alberto Núñez Feijóo que solo ha podido condenar la frase añadiendo “Van en la misma línea que el presidente Sánchez de construir un muro en España, un muro de las dos Españas”; obvia la respuesta de Vox: "hacer el caldo gordo al PSOE golpista". Y sigue.

Pero no es casual, en la España de estos días la lideresa de facto del Partido Popular, Isabel Díaz ayuso llama hijo de puta al presidente del gobierno y crea es slogan para ello “me gusta la fruta”. Alegres y contentos, un dirigente tras otro del principal partido de Oposición español canturrean la ocurrencia. Y como si todo ello no fuera suficientemente radical, viene tras episodios literarios de otro alto dirigente de Vox como Javier Ortega Smith en defensa de las manifestaciones violentas y acoso a las sedes del PSOE “Por eso a partir de ahora me voy a referir al PP no como el Partido Popular sino como el partido de las gallinas ponedoras porque parecen gallinas haciendo ruidos desde los postes del granero, incapaces de picar nada ni de mojarse un poquito. Que dejen de ser gallinas y se conviertan en gallos, que España necesita gallos de pelea contra esta gentuza de golpistas, separatistas, proetarras, prófugos y delincuentes, ese es el panorama que tenemos delante y si ante eso siguen como gallinas ponedoras, lo que quiere decir es que, aunque pongan huevos, no los tienen”.

Y en absoluto esta muestra es particular o una foto concreta de una mala noche de copas, es una manifestación de un clima irrespirable y artificial de la política española que en absoluto refleja la realidad de una ciudadanía que mira todo esto con el escepticismo de quienes creen que hay problemas que deberían prioritarios frente a estas muestras de infantilismo y estupidez. Máxime cuando la realidad del país, incluyendo un gobierno ensimismado en el rumbo que de forma personalista y presidencialista (en un sistema parlamentario) impone Pedro Sánchez.

Hoy se debate una cuestión esencial como es la ley que dará paso a la Amnistía que hará borrón y cuenta nueva del Procés. Esta norma se enfrenta a un mayoritario rechazo de la ciudadanía, incluida la que ha votado al Partido Socialista. Y sin embargo el protagonista de la jornada con absoluta seguridad será un Santiago Abascal que en realidad actuaba en su desesperación.

Vox se apaga porque ha perdido su sentido; en España afortunadamente no hay una pulsión ultraderechista, la hay de frustración y enfado que se transforma en una manifestación populista; la hemos visto en la Izquierda con el 15M primero y su secuela Podemos; en el nacionalismo catalán y su indigestión del Procés. Y en la Derecha con su incontinencia en Vox; también tuvo su expresión “dulce” en C’s. Son formas de comunicación política y vías de escape, ni hay una España bolivariana, ni el independentismo catalán es mayoritario en términos reales, tampoco hay un fascismo latente. Desde Pablo Manuel Iglesias, a Artur Mas, Quim Torra o Puigdemont, pasando por Santiago Abascal o la amante de la fruta Isabel Díaz Ayuso son consecuencia de un momento concreto que pasará.

Santiago Abascal ha llegado a una conclusión: Javier Milei es una solución por plantear una estrategia basada en la solución a un caos, la pérdida total de la racionalidad política y la entrega al delirio como reacción propia de la furia. El mal peor, no menor, como excepcionalidad a la catástrofe. Y esa no es la situación de España, ni tan siquiera remotamente.

Hace unos días la supuesta extrema Derecha celebraba eufórica su triunfo argentino y la victoria de Geert Wilders en Países Bajos. En realidad tampoco el triunfo del holandés significa mucho más allá de un voto emitido con la consciencia de quien sabe que el sistema político lo diluirá en el poco probable caso de que alcance el gobierno. Y sin embargo asistimos en estas horas a la caída del gobierno ultraconservador polaco, sin duda el proyecto más importante y viable de la extrema Derecha europea. La propia Georgia Meloni ve incómoda a fenómenos como Santiago Abascal y Vox que distraen toda estrategia posible a nivel europeo a pocos meses de unas elecciones europeas donde estos grupos se juegan buena parte de su futuro.

Los ultras españoles no solo son un problema para sus homólogos europeos, lo son también, y sobre todo para Alberto Núñez Feijóo y el Partido Popular que ve desesperado como todo su plan de hacer de la Amnistía el motor político para afrontar la elecciones gallegas en febrero, las vascas en marzo y Europeas en junio puede verse comprometido. Por lo pronto en Galicia se plantean dudas, en País Vasco ya se da por hecho el fracaso del intento de suplantar al PNV como fuerza conservadora y en las Europeas ya se teme por la “cabeza” de Feijóo http://elpolemista.blogspot.com/2023/11/elecciones-europeas-junio-2024-proxima.html . Mientras Pedro Sánchez sigue y sale airoso del que debería ser su peor escenario.

En El Polemista se ha tratado estos días la extrema Derecha como expresión populista en profundidad, tanto en su faceta política http://elpolemista.blogspot.com/2023/11/extrema-derecha-auge-real-o-populismo.html como en la sindical (la nulidad de esta evidencia que no existe tal pulsión en la sociedad). http://elpolemista.blogspot.com/2023/11/24n-huelga-general-sindicalismo-ultra.html

Igualmente que el momento político en la Amnistía, http://elpolemista.blogspot.com/2023/11/acuerdo-psoe-junts-de-investidura.html incluso en el libro Tierra Firme de Pedro Sánchez con amplios extractos del mismo http://elpolemista.blogspot.com/2023/12/pedro-sanchez-resistencia-en-tierra.html . Encontraran numerosos artículos y reseñas en el índice de El Polemista: http://elpolemista.blogspot.com/2022/12/indice-de-el-polemista-hasta-2023.html 





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