No creo que sea completamente inútil para contribuir a la solución de los problemas políticos distanciarse de ellos algunos momentos, situándolos en una perspectiva histórica. En esta virtual lejanía parecen los hechos esclarecerse por sí mismos y adoptar espontáneamente la postura en que mejor se revela su profunda realidad.
JOSÉ ORTEGA Y GASSET

lunes, 21 de enero de 2013

Historia mínima de España de Juan Pablo Fusi, y la historia como proceso.

Hace más de una década, en su España. La evolución de la identidad nacional (Ed. Temas de Hoy), Juan Pablo Fusi recordaba las palabras de Ortega y Gasset: “el hombre no tiene naturaleza, lo que tiene es historia; porque historia es el modo de ser de un ente que es constitutivamente, radicalmente, movilidad y cambio”. Y es que Fusi entonces trataba la identidad como proceso: “naciones, pueblos nacionalidades son lo que han ido siendo a través de su historia, una historia cuya marcha es siempre una evolución no lineal, discontinua, a menudo incoherente, y, en cualquier caso, un proceso indeterminado, dinámico y abierto, esto es, que carece de punto de partida y de punto de llegada.”
Pues bien, fiel a esta premisa, Juan Pablo Fusi realiza en esta Historia mínima de España (Ed. Turner) un impresionante ejercicio de síntesis que como leía a Santos Juliá estos días está llamado a perdurar y se sitúa en el nivel de ejercicios anteriores como el de Pierre Vilar o Vicens Vives. Y es que desgraciadamente la historia de España se ha escrito muy pocas veces desprovista de tópicos y sintetizarla como una suma de historias que pudieron ser otras no es nada fácil. “… la formación de España fue un proceso largo, discontinuo, azaroso y complejo, que distó de ser inevitable y que tuvo, como se irá viendo, varias alternativas posibles”. Porque como afirma el autor, la historia es por definición estupefaciente.
Aunque Juan Pablo Fusi sigue un riguroso orden cronológico desde la prehistoria a nuestros días, siendo especialmente intenso en la compleja formación de España en la Edad Media: “España no nació en Covadonga en el año 722. España nació, en todo caso, entre los siglos XI y XII, los siglos en que el avance reconquistador cristiano fue casi definitivo”,  el nacimiento de la España imperial como “casi un accidente” y su posterior despliegue: “La España imperial fue, probablemente, la plenitud española en la historia. Todo cambió en la España de los Austrias, 1516-1700(…).Como el luteranismo en Alemania, o el anglicanismo puritano en Inglaterra, la religión católica fue en España una religión nacional…”, y como no podía ser de otra manera en un especialista en identidades como este historiador vasco, en la problemática creación del país como estado nacional en los siglos XIX y XX. Fusi también tiene sus héroes, como Antonio Cánovas del Castillo al que le atribuye La Restauración, “el régimen de concordia y libertad y un sistema corporativamente estable, que durante años pareció haber resuelto los grandes problemas del país: el intervencionismo de la corona, el militarismo, la falta de consenso constitucional, el uso exclusivista del poder.” ¿Realmente fue así? Me hago la pregunta en este punto porque la crisis posterior de La Restauración podría dar claves determinantes para entender mejor los días que vivimos en la actualidad por ciertos paralelismos, y aunque hoy no sería posible que acabara en un régimen corporativo y autoritario como aquí define al primoriverista, quizá si sea posible uno de naturaleza tecnocrática “pseudodemocrática”.
Historia mínima de España es una visión del país conservadora pero completamente apartada del esencialismo habitual en la historiografía española de derechas. Desde luego no es un libro que vaya a encandilar a los prejuicios ideológicos y se agradece, aunque análisis como el que realiza de los últimos años quedan más en la crónica política que en la historia y no ocultan una animadversión profunda hacia ,por ejemplo, José Luis Rodríguez Zapatero al que realiza una crítica feroz muy sorprendente en este libro aunque probablemente explicable desde la euforia del inicio del actual gobierno de Mariano Rajoy. No tengo ninguna duda de que el oficio de magnífico historiador de Juan Pablo Fusi ya le habrá generado algunas dudas, máxime cuando la perspectiva histórica recuerde el periodo de manera menos partidista de lo que lo hace este magnífico Historia mínima de España:
“España en efecto, pudo haber quedado de forma permanente, como Turquía, dentro del mundo islámico, o pudo haber cristalizado, como Italia hacia 1861, en una pluralidad de reinos y estados, tal como se constituyó en los siglos XII al XV. España se asomó a la historia europea con los Reyes Católicos. Fue un imperio universal y la gran potencia hegemónica en los siglos XVI y XVII. Fue, luego, un estado fallido en el siglo XIX y un país en buena medida trágico (Guerra Civil, dictadura de Franco), en el XX.
 
La edición es excelente y añade una práctica cronología, bibliografía e índice onomástico.

 
Historia mínima de España