No creo que sea completamente inútil para contribuir a la solución de los problemas políticos distanciarse de ellos algunos momentos, situándolos en una perspectiva histórica. En esta virtual lejanía parecen los hechos esclarecerse por sí mismos y adoptar espontáneamente la postura en que mejor se revela su profunda realidad.
JOSÉ ORTEGA Y GASSET

lunes, 29 de abril de 2024

Hiperliderazgo y presidencialismo, Pedro Sánchez se decide. Por Jorge Navarro Cañada.

Hace unos minutos comparecía el presidente del gobierno para anunciar su continuidad después de su asombrosa dejación de funciones de cinco días y de posicionar al país en un lugar de duda, imprevisibilidad y ausencia de gobierno. Ello al mismo tiempo que la Oposición de PP-Vox mostraba una histeria que evidenciaba la total sorpresa y ausencia de reacción motivada por la falta de proyecto político. De ello se aprovecha Pedro Sánchez.

Las consecuencias de este último giro de timón del presidente se deducen:

-España avanza hacia un sistema presidencialista que altera seriamente la vocación constitucional. Y que polarizará si cabe más.

-En las próximas semanas aventuro el anuncio de un paquete de medidas que modifiquen el sistema de elección judicial en España y me atrevo a predecir una nueva legislación respecto a la regulación de derechos vinculados con la Comunicación e Información presentada como una medida contra el bulo y la difamación. Entre otras medidas, habrá que estar muy atento.

En los cálculos de Pedro Sánchez después de esta licencia política, legal y ética que ha supuesto su “periodo de reflexión” que en realidad ha sido un “pensar en cómo os quedáis sin mí” (evidencia un concepto de sí mismo “particular”), está la adhesión inquebrantable que incluye una victoria clara en Cataluña, un buen resultado en Elecciones Europeas, una “absorción” de la Izquierda que hoy ocupan Sumar y Podemos, y una mejora de posición clara de cara a afrontar el resto de legislatura, máxime cuando se aventura la evidencia en el Partido Popular de falta de liderazgo y su dificultad para corregir el giro hacia la “Derecha extrema” en coalición con la extrema Derecha, una unión que ya le ha costado muy cara al Partido Popular y que probablemente se agrave en las próximas semanas. A ello colaborarán sin duda personajes como Isabel Díaz Ayuso (que ya se ha encargado de dar una de las primeras respuestas a Pedro Sánchez más propia de una líder de partido que de una presidenta autonómica).

Y no puedo dejar de mostrar preocupación por la tendencia al hiperliderazgo que sufre la Izquierda en España que ya ha mostrado sorprendentes muestras de ello en estos días de espera para que presidente decidiera sobre su continuidad; cabe preguntarles: ¿Y después de Sánchez qué?

Encontrarán en el ÍNDICE DE EL POLEMISTA numerosos artículos en esta dirección y análisis del contexto, incluido de la obra y personalidad de Pedro Sánchez: http://elpolemista.blogspot.com/2023/12/indice-completo-de-el-polemista.html



viernes, 26 de abril de 2024

Superhéroe herido por el clan ultra o una visión infantil de la política, por Jorge Navarro Cañada.

Es viernes, el plazo que se ha dado Pedro Sánchez para reflexionar tras la publicación de su carta declarando su cansancio y sus dudas para la continuidad en la presidencia del gobierno se agota el lunes; todo ello motivado por que un juez del grado menor de la judicatura ha aceptado a trámite -a pesar de su nulo recorrido- una querella del pseudo sindicato ultra Manos Limpias jaleado por el Partido Popular-Vox en un ejemplo inaudito de degradación de una Derecha española cada vez más alejada de cualquier cordura democrática. Y así se ha abierto una crisis de primerísimo nivel donde está en juega nada más y nada menos la legislatura y la mayoría parlamentaria que había nombrado -obviamente a candidatura suya- presidente del gobierno a Pedro Sánchez. Y es necesario incidir, una iniciativa descabellada de una conjunción de personajes menores formada por un juez probablemente prevaricador con “apalizadores” de ultra Derecha y políticos de cuestionable ética de una Oposición desbocada podrían ser capaces de subvertir la democracia española haciendo caer al gobierno de España. Esto, además de calificar a los autores de esta iniciativa, estaría también calificando la responsabilidad y la solvencia del presidente del gobierno que estaría haciendo dejación de sus obligaciones entre las que está la salvedad y el cumplimiento de las funciones de la Presidencia del Gobierno.

Ya en El Polemista el treinta de enero hice mención a la posibilidad de marcha a Europa de Pedro Sánchez, la repetí poco después; entonces no era más que una posibilidad remota en pleno fragor de la batalla por la Amnistía, podría tener justificación -más o menos fundada- en el devenir político y en la gravedad del posible fracaso de la iniciativa política más importante del gobierno socialista, desde luego nada que ver con el ataque personal en la figura de su esposa que iba a sufrir el presidente del gobierno; pero otra vez insistir, ataque personal, que no político, realizado por una banda de conspiradores armados con recortes de periódico y un juez menor con expectativas de futuro, probablemente mal calculadas.

Pedro Sánchez no es la primera vez que abusa de la épica; su personaje político está construido desde esta, sobre la permanente apuesta imprevisible y audaz que tras un máximo riesgo sale bien. ¿Estamos otra vez ante otra de estas iniciativas?

¿Y ahora qué? Si el líder socialista se va el lunes habrá dejado al país en un limbo (ya lo está estos días de impasse) que implica la quiebra de un proyecto político de la mayoría parlamentaria de España y el gravísimo precedente de caída de gobierno por la vía del bulo y la manipulación de la realidad.

También supondría un posible cambio político español de gravísimas consecuencias como sería dejar en manos del proyecto de extrema Derecha que hoy suponen el batiburrillo PP-Vox-Manos Limpias (caricaturizando el cúmulo de grupúsculos que forman el cóctel ultra) con un proyecto de España de altísimo riesgo para la convivencia y la estabilidad del país. ¡Y sin credibilidad ni garantía para los actores políticos (incluido instituciones supranacionales como la UE) necesarios a nivel nacional e internacional!

Más aun, Pedro Sánchez incurriría en la irresponsabilidad -probablemente ya lo está haciendo- de faltar a sus obligaciones y compromisos a nivel nacional e internacional poniendo en duda las necesarias certezas que obliga su cargo, repito una vez más, todo ello por una trama menor propia de pandilleros de la política. En este caso no deja de ser asombrosa la participación del Partido Popular en la trama dándole pábulo y apoyo.

Ha pasado el momento inicial de cómo hemos llegado a esto; el lunes podríamos estar a puertas de la paralización de la vida política de España en forma de puesta en duda de leyes fundamentales como la de Amnistía en pleno proceso electoral catalán -que incluso podría abrir una periodo de incertidumbre con repetición electoral incluida-, de unas elecciones Europeas de gran importancia al que se sumaría un proceso electoral a corto plazo en el Estado y una inevitable involución democrática con la posible llegada al gobierno de partidos y políticos que sin pudor exigen recortes en libertades democráticas fundamentales.

¿Y si Pedro Sánchez decide seguir?

El escenario de la continuidad del presidente del gobierno una vez más deja nuestro futuro político en manos de su intuición y confianza en sí mismo más propia de un irresponsable convencido de su genialidad política que la de un dirigente responsable que cumple con sus obligaciones institucionales. Sería un mal menor, pero tanto la institucionalidad como la credibilidad y previsibilidad necesaria de esta quedarían en entredicho, y ello implica consecuencias internaciones de gran calado además del desprestigio de la democracia española; ojo a esto último, la reacción de los medios y dirigentes internacionales son de incredulidad y especialmente en el caso de un cambio de gobierno el país ha quedado en entredicho. No es una cuestión menor, Alberto Núñez Feijóo y el Partido Popular encabezarían un gobierno con las peores expectativas, esta cuestión no es baladí, la imagen de estos ya queda muy maltrecha incluso a futuro, también la figura del líder del PP y lo que ahora significa tendrá que ser revisada pase lo que pase. ¿Después de los disparates que están aseverando desde la Oposición en la que garantizan la falsedad de la intención de Pedro Sánchez dónde quedan si este finalmente se va?

En fin, otro debate, y ese para los próximos días es cómo se sale de esto; ¿sería suficiente con una Moción de Confianza parlamentaria previa a una victoria de Salvador Illa en Cataluña y una minusvaloración del resultado de las elecciones Europeas?, ¿una convocatoria electoral de alto voltaje en los próximos meses?, ¿un arrogante “aquí no ha pasado nada de Pedro Sánchez y más de lo mismo?

¿Y sin el presidente confirma su huida y el cambio de gobierno en España viene de la mano del bulo y la ignominia incompatible con la democracia misma?

La respuesta en los próximos días.

En El Polemista se han tratado abundantemente estos temas, siempre con una visión muy crítica hacia un Pedro Sánchez al que no cuestiono tanto su bagaje gubernamental que es objetivamente positivo en cuanto a los datos se refiere pero que tiene una valoración de sí misma a veces irrespirable para su cargo y un sentido infantil de la política que gira en torno a ella. Lo tienen, incluida su obra memorística -y anticipo de la posibilidad de su salida inesperada del poder cuando “nadie” se atrevía a plantearlo- en el ÍNDICE DE EL POLEMISTA: http://elpolemista.blogspot.com/2023/12/indice-completo-de-el-polemista.html

 

Carta a la ciudadanía de Pedro Sánchez en la que anuncia una reflexión hasta el próximo lunes 29 para decidir si sigue al frente del Ejecutivo, tras la apertura de diligencias de un juzgado de Madrid tras las denuncias de Manos Limpias contra su esposa, Begoña Gómez, por presunto tráfico de influencias.



lunes, 22 de abril de 2024

Elecciones País Vasco: una seria advertencia para el Partido Popular de Alberto Núñez Feijóo, Pedro Sánchez sale reforzado. Por Jorge Navarro Cañada.

Los análisis electorales del resultado son múltiples y probablemente al respecto numérico esté todo dicho. Pero quién gana y cuales son por partidos que pierden no; y paradójicamente ganan todos menos el partido Popular, y este mal resultado para Alberto Núñez Feijóo además de una lectura vasca la tiene a nivel Nacional.

Primero, los objetivos esenciales del PP en esta cita pasaban por lograr un gran ascenso electoral, y muy importante, evitar ser irrelevante haciéndose necesario para completar la mayoría parlamentaria del gobierno vasco. Sube un escaño pero apenas obtiene transferencia de voto y pasa a irrelevante; el plan de Feijóo que pasaba por absorber electorado del PNV ha fracasado, menos aun de los socialistas que han logrado un espectacular resultado, no solo en número, es que además de haber obtenido rédito de su estancia en el gobierno vasco (al contrario del PNV) se queda como fuerza esencial y única a la hora de formar y negociar el nuevo gobierno de Euskadi; también sus políticas.

Segundo, Vox resiste de forma inesperada, lo que aventura que lo podrá hacer también en Cataluña y más grave para el Partido Popular, en las Elecciones Europeas, Feijóo puede salir muy debilitado para el próximo curso político. Y peor, la estrategia de Oposición absoluta sin presentar ninguna alternativa se convierte en un lastre y se confirma como un rotundo fracaso, solo impide crecer y el votante en ese ruido se siente movilizado en la Izquierda y complacido en la extrema Derecha.

Tercero, el PNV sabe que su rival es EH Bildu, tras el espectacular resultado de los abertzales los jeltzales no tienen otra opción que el giro a la Izquierda en la gestión del gobierno vasco, pero no podrá acercarse al Partido Popular en Madrid sin pagar un alto precio. En este sentido Pedro Sánchez es uno de los ganadores de la noche vasca, EH Bildu se queda en su estrategia de la “paciencia y observancia”, PNV tendrá que gestionar sus políticas mirando de reojo a los abertzales.

Cuarto, las Elecciones Catalanas están ahí y tanto ERC como PSC, y sus electorados, pueden ver una motivación extra en resultado vasco, pero lo peor para el PP, a buen seguro lo va a ser para los de Vox al igual que en las Elecciones Europeas, la planeada disolución de la formación ultra no se va a producir en estos dos meses con lo que ello supone un freno en el crecimiento posible de los de Feijóo -salvo de la desaparición de C’s- y el efecto de fortalecimiento de Pedro Sánchez tras el éxito vasco y el probable catalán suponga un golpe moral para el Partido Popular.

Quinta, no pasarán muchos días antes que se produzcan voces dentro de la Derecha española que cuestionen la figura de Alberto Núñez Feijóo, y lo harán apoyados y sostenido por algunos de sus poderes como son Isabel Díaz Ayuso y su aparato mediático afín -el esencial de la Derecha española-, el líder gallego tiene también un problema interno.

Las elecciones vascas suponen muchos más cambios, uno esencial y que sí puede ser un motivo de preocupación para la Izquierda es el desastre que se produce en el ámbito de Sumar-Podemos; significa simple y llanamente el fracaso del proyecto de Yolanda Díaz, también en este sentido debe estar atento Pedro Sánchez, puede beneficiarle en las Elecciones Catalanas y Europeas, pero a largo plazo es un problema para sus planes de sostenerse sobre un bloque de alianzas.

El análisis de lo sucedido en el nacionalismo vasco es necesario y desde Madrid se debe cambiar el esquema mental, pero para ello va a hacer falta tiempo; asumir la realidad es una asignatura pendiente ni fácil ni grata, pero no queda más remedio si se quiere entender el País Vasco de 2024.

El Polemista en sus trece años ha tratado en numerosas ocasiones todos estos temas, incluido los nacionalismos periféricos -particularmente el vasco, muy especialmente el catalán- y el terrorismo en profundidad -tanto a nivel global, histórico, político o religioso- al igual que la actualidad política. Podrán encontrar todos estos temas en el INDICE DE EL POLEMISTA: http://elpolemista.blogspot.com/2023/12/indice-completo-de-el-polemista.html

 

Foto Feijóo y De Andrés EFE:



 

domingo, 14 de abril de 2024

Israel e Irán, una guerra fría regional.

Es probable que la tensión entre ambas potencias regionales abra una nueva etapa tras la respuesta de Teherán -por primera vez Irán está atacando a Israel directamente desde suelo soberano iraní- al ataque israelí al consulado en Damasco que causó varios muertos de altos mandos militares de la Guardia Revolucionaria. Ahora se incrementa el temor a una escalada militar y obviamente esta siempre es posible, pero creo que asistimos a la imposición de un nuevo status quo en el cual:

-Israel mantiene con sus aliados occidentales su posición de fuerza militar dominante y vigilante.

-Irán sostiene una guerra intermitente pero como amenaza permanente a través de sus milicias afines en Líbano, Siria y Yemen dejando abierta siempre la posibilidad de enfrentamiento directo y sobre todo, en donde reside su fuerza real, su capacidad de paralización y colapso de la región incluyendo sus flujos mundiales energéticos y comerciales.

La cuestión puede ser sostenible durante un tiempo indefinido, la cuestión pasa por la asunción de ese papel por todos los actores y en principio las presiones exteriores a día de hoy serían partidarias de ello, pero muchos de los conflictos intermedios continúan abiertos y algunos de forma imprevisible. Si el de Palestina parece encaminado a estar “controlado” por Israel más allá de sobresaltos puntuales, la situación en Siria o Líbano nunca lo van a estar y siempre cabe la posibilidad de imprevistos; la estabilidad de Estados limítrofes no estaría tan garantizada como podría pensarse y una vez más serían susceptibles de influencia en otros fuera de Oriente Medio.

Pero 2024 promete cambios más profundos: la inviable situación de Benjamín Netanyahu en su propio país -solo sostenido en el poder en su papel de “señor de la guerra” con más de dos tercios de los israelís exigiendo su salida y rendición de cuentas judiciales por numerosos cargos- y la incertidumbre ante lo que podría venir; este punto es complejo, lejos de lo que puede pensarse en Occidente la de Israel, y por extensión buena parte de la Judía, son hoy sociedades o colectivos vigilantes y en alerta, en principio predispuestos al uso de la fuerza para lo que entienden su defensa.

También la probable incertidumbre que pueda surgir sobre un Irán en horas bajas y con el régimen de los ayatolás en clara pérdida de popularidad, lo cual en Teherán siempre supone un interrogante por la cantidad de corrientes “subterráneas” que podrían estar produciéndose en un sistema que ya no está tan blindado y garantizado como lo estaba hace una década.

Y claro está, los terceros que pueden tener gran influencia, las elecciones en EEUU podrían deparar en la vuelta de Donald Trump al poder, aunque esto que hoy genera tanto pesimismo podría no ser tan determinante si todas las partes asumen el “nuevo orden” que comentaba anteriormente.

Por su parte también esa “estabilidad conflictiva” se podría entender como un mal menor para el resto de Estados implicados directa o indirectamente, potencias a diferentes niveles como China, Rusia, Turquía, Egipto, monarquías del Golfo… también considerarían asumible la circunstancia de riesgo de la que hablo.

En fin, lo difícil a pocas horas de un ataque de la magnitud del realizado por Irán y el salto que ello supone -por la invasión e intercambio directo entre ambos ejércitos- sería más fácil la previsión de un desastre y obviamente hay que estar preparado para que de forma voluntaria o fortuita se produzca, pero francamente me inclino por la vía de la “tensión controlada y estable”. Aunque, y esa es una posibilidad que podría darse más pronto que tarde, en la mente de Netanyahu la intervención masiva sobre Hezbolá en Líbano está asegurada y provocara un repunte en los riesgos.


Foto emblema del Cuerpo de la Guardia de la Revolución Islámica (IRGC, por sus siglas en inglés) y del gabinete de guerra israelí ante la crisis (EFE).







 


sábado, 6 de abril de 2024

Se cumplen 30 años del GENOCIDIO de Ruanda. La necesidad de la memoria y el uso del concepto jurídico, por Jorge Navarro Cañada.

Durante siglos la maldición del oscuro Cam, el hijo de Noé que demostraba la señal divina de la bajeza y por ello penitencia de los negros como criaturas venidas al mundo para servir nos dieron cobertura religiosa para esclavizarlos. La Ruanda alemana, durante el siglo XIX consideró y dividió a hutus y tutsis como “razas”, aunque entre ellos se diferenciaban como (simplificando) tutsis, más ricos por poseer el ganado, y hutus más pobres. La monarquía así recaería en los primeros.

Tras la IGM Bélgica se hará con el país hasta su independencia en 1960, periodo en el que explotaron la división entre ambos grupos hasta enfrentarlos, tanto que una década de esta derrocaron a los tutsis para imponer en el poder a los hutus tras la persecución de los primeros. Fue su primera gran diáspora de Ruanda, un aviso de lo que vendría después.

El 6 de abril de 1994, el asesinato de los presidentes de Ruanda, Juvénal Habyarimana, y de Burundi, Cyprien Ntaryamira, ambos hutus, desencadenaron el genocidio orquestado por extremistas que instigaban al exterminio de la población tutsi. Fueron más de tres meses de llamada generalizada a la mayoría hutu de la eliminación total, con la pretensión de la desaparición absoluta de los tutsis, hecha desde poderes y medios de comunicación. Fueron asesinadas más de 800.000 de personas y violadas en masa las mujeres como estrategia de impedir la continuidad de la raza.

En todo ello el papel de algunos países occidentales, entorpeciendo la búsqueda de justicia para las víctimas y la lucha contra la impunidad de los asesinos y sus instigadores, muchos de los cuales siguen gozando de libertad, son parte de este tristísimo episodio (las asociaciones de víctimas consideran que hay entre 100 y 300 culpables acogidos en Francia en mayor medida por poner un ejemplo, hay acusaciones directas contra las tropas francesas de participación indirecta en las matanzas, la llamada “operación Turquoise”). Fueron juzgados algo más de 80 implicados, condenados un tercio, ahora está cumpliendo prisión Hassan Ngeze, director del periódico Kangura (que sirvió para propagar el odio hacia los tutsis).

La llegada al poder del tutsi Paul Kagame Frente Patriótico Ruandés (FPR), supuso una superación en buena parte. Se hicieron juicios sumarios con condenas a muerte y hubo un éxodo masivo de dos millones de personas por miedo a las represalias.

La de Ruanda fue la primera sentencia penal internacional que condenó un caso de genocidio, el dolo especial de destruir en todo o en parte un grupo nacional, étnico, religioso o racial como tal.; además estableció principios de especial importancia en relación a este delito, incluyendo elementos esenciales como la violencia sexual: “constituyen genocidio de la mis­ma forma que cualquier otro acto cometido con la in­tención de destruir, total o parcialmente, a un grupo específico, como tal. En efecto, la violación y la violen­cia sexual constituyen lesiones graves a la integridad física o mental de las víctimas e incluso son una de las peores formas de causar daño a la víctima ya que él o ella sufre al mismo tiempo daño físico y mental”.

Hoy más que nunca, es necesario poner en valor el concepto de genocidio, su mal uso no es tanto una cuestión de poner en mayor o menor nivel una matanza o agresión a un grupo, sino el impedir que el concepto “Genocidio” no pierda su significado y diferencia figuras de crimen internacional, siendo diferente la voluntad de expulsión de un pueblo, étnica, raza… de un territorio o de la represalia por algún tipo de ataque o circunstancia con el dolo a la hora de intentar la liquidación y desaparición total de este más allá de un territorio.

Foto Félicien Kabuga, acusado de genocida en Ruanda, en La Haya en una imagen difundida el 29 de septiembre por el Mecanismo Residual Internacional de los Tribunales Penales. HANDOUT (AFP)