No creo que sea completamente inútil para contribuir a la solución de los problemas políticos distanciarse de ellos algunos momentos, situándolos en una perspectiva histórica. En esta virtual lejanía parecen los hechos esclarecerse por sí mismos y adoptar espontáneamente la postura en que mejor se revela su profunda realidad.
JOSÉ ORTEGA Y GASSET

viernes, 3 de noviembre de 2023

Los españoles, ¿con palestinos o con israelíes?, por Jorge Navarro Cañada.

No es exclusivo de España entre los países Occidentales la división social entre un posicionamiento en favor de Palestina (incluiré aquí llegados al punto en el que nos encontramos y simplificando al grupo terrorista Hamás y al reconocido internacionalmente Autoridad Palestina) o de Israel (igualmente y sabiendo el trazo grueso metiendo en ello al Estado de Israel con sus matices y diferencias). El motivo principal probablemente se encuentre en la necesidad de tomar partido entre lo que ahora se llama Sur Global y Occidente, en conceptos como la “doble vara de medir” entre las víctimas entre conflictos (por ejemplo, Ucrania y Palestina) o entre el uso del Derecho Internacional que hacen Estados como Israel. Podría seguir, (en El Polemista Resentimiento del Sur ; razones y contradicciones, por Jorge Navarro Cañada: http://elpolemista.blogspot.com/2023/09/resentimiento-del-sur-razones-y.html ) Así con encontramos con la paradoja de asistir a la apasionada defensa de los israelíes por los herederos ideológicos de quienes colaboraron en la deportación de judíos (Italia, Francia…), o de quienes yendo al caso español provienen de posiciones que han ido evolucionando desde el enemigo “judío-masón” a la pretensión -frenada en seco por el Vaticano- de llevar a los altares a Isabel la Católica. En sentido contrario asistimos también a una Izquierda en todo el mundo que apoyaba sin fisuras a Israel hasta la Guerra de los Seis Días (1967) y tras el 68 y la simpatía por los Movimientos de Liberación mutó en favor de Palestina, fundamentalmente de la OLP y el entramado en torno a ella y su contexto internacional.

Volvamos a España donde por definición es un problema un conflicto en el que para explicar algo hay que comenzar asegurando que no se es “contrario al otro ni anti nada” y para continuar se utilizan mal casi todos los conceptos haciendo si cabe más difícil la comunicación que debería ir en la dirección del posibilismo y la racionalidad más allá de la ideología (Israel-Palestina, una escalada internacional, realismo y posibilismo como solución, por Jorge Navarro Cañada http://elpolemista.blogspot.com/2023/10/israel-palestina-una-escalada.html)

Tristemente se hace complicado lograr como punto de partida un esfuerzo de comprensión, de división entre conceptos como antisemitismo (palestinos e israelíes son igualmente semitas), otros como judío (concepto religioso), sionista (político y social, partidario del Estado judío), hebreo (ético y lingüístico) o israelita (habitantes del antiguo reino de Israel que se confunde con israelí que lo es del actual Estado de Israel). Son ejemplos que sirven para entender el “ruido” que se produce en una parte del debate.

Y, ¿hacía donde nos lleva esto?; pues es complicado, difícilmente quienes ya han asumido una posición como algo casi identitario van a dejar de ver el conflicto sin empatía ninguna, pero se olvida que:

-          El israelí responde a una amenaza que siente como existencial, a un ataque que no percibe como un elemento de conflicto temporal o concreto sino como parte de una idea de destrucción total hacia él. Y con toda su lógica asume que la existencia de un entramado terrorista como Hamás apoyado financiado por Estados y organizaciones que no dudan en plantear su relación con Israel como necesariamente de destrucción debe ser destruido y con ello todo lo que lo hace posible, incluso aceptando males que ello conlleva como es la violación del Derecho Internacional y el coste en vidas civiles intrínseca a las propias “normas” de la guerra.

-          El palestino que asume el ataque de Hamás como parte de la respuesta del oprimido desde la propia existencia del Estado de Israel y su ocupación y represión salvaje a un pueblo que se siente la legítima población de un territorio otorgado a los judíos como compensación a un daño ni ha provocado ni han sido partícipes. Así, asiste desesperado a como la ocupación los expulsa, mata e inevitablemente les lleva a su expulsión de Palestina con la complicidad Occidental. Según esta lógica las acciones de Hamás entrarían dentro de la legítima defensa y el haber aplastado a la Autoridad Palestina se debe a la debilidad de esta y a ser parte de los Acuerdos de Oslo que Israel jamás respetó.

En este contexto quizá quienes asistimos a este drama desde la “equidistancia” quizá podríamos intentar tomar cierta precaución en el juicio a los contendientes en favor de una resolución pacífica -denunciando claro está lo que cada cual considere- siendo realistas y asumiendo que a día de hoy Palestina va a perder e Israel no puede ganar de forma definitiva y que hay que pensar en términos de futuro para evitar que esto sea lo menos traumático posible para todos. Y desde luego que ello no se convierta en un conflicto en nuestras sociedades, no solo entre colectivos nacionales, también entre respeto y relación de minorías.

Índice completo de El Polemista: http://elpolemista.blogspot.com/2022/12/indice-de-el-polemista-hasta-2023.html

 

Fotografía manifestación Madrid en favor de Palestina FERNANDO VILLAR/EFE/EP y concentración de apoyo a Israel.




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