No creo que sea completamente inútil para contribuir a la solución de los problemas políticos distanciarse de ellos algunos momentos, situándolos en una perspectiva histórica. En esta virtual lejanía parecen los hechos esclarecerse por sí mismos y adoptar espontáneamente la postura en que mejor se revela su profunda realidad.
JOSÉ ORTEGA Y GASSET

miércoles, 22 de noviembre de 2023

Israel, Palestina y el día después de la “victoria”. ¿Y ahora qué?, por Jorge Navarro Cañada.

Llega la hora del realismo pasado el momento de la respuesta emocional y justa al ataque terrorista; la amenaza a la integridad y seguridad israelí ya es de otro nivel y hay que gestionar la nueva situación. Una brevísima pincelada.

Situémonos tras el momento en el que Israel dé por satisfechos los objetivos de su intervención en Gaza, incluso en el supuesto que la Franja quedara ocupada, sumemos si cabe mayor victoria en el caso de haberse anexionado Cisjordania de facto o de hecho como se pretende. ¿Y ahora qué?

Tras el brutal e inaceptable ataque de la organización terrorista Hamás a Israel con el terrible resultado que conocemos la realidad es que Hamás queda como legítimo “garante” de la “identidad” y seguridad palestina y se consolidad como vencedor moral por no haber podido ser erradicada definitivamente; esto hoy no es posible por la presencia absoluta en la realidad de los palestinos de la organización, engloba elementos que van desde toda la asistencia (Educación, Sanidad, Seguridad…), Defensa, Religión, Identidad… hasta completar el papel totalitario en lo político-militar y totalista en lo social que realiza. No es erradicable, ni siquiera en su actividad, el apoyo internacional y financiero del que goza lo asegura, aun más ahora que la intervención desproporcionada de Israel les ha convertido en referente único de la causa palestina.

Vayamos a temas concretos más espinosos de la posible ocupación de Palestina y de la nueva situación que se abre; es previsible la explotación de los recursos del territorio. En el caso de Gaza, al contrario que en el de Cisjordania la riqueza es muy limitada. Podríamos destacar su situación geoestratégica como vía de paso (ya muy mermada) y sus dos yacimientos de gas: Gaza Marine I y II. Ante la negativa que en su día Israel planteó a su explotación con el apoyo Occidental los palestinos no encontraron otro cliente posible que Gazprom, que sumaba a su oferta los yacimientos de Ramala en Cisjordania (esta suma otros recursos esenciales como es la riqueza del propio territorio y el agua, igualmente prioritario en este conflicto). Aquí ya entrábamos en un “intocable” en términos geopolíticos. Los recursos en hidrocarburos palestinos pasan así a ser una cuestión de alto riesgo, aunque no olvidemos que en la región la abundancia de estos recursos hacen competidores a Israel, Chipre, Turquía, Grecia, Líbano o Siria. En estos términos la definición de aguas territoriales es esencial y lógicamente afectan a las principales potencias mundiales, pero resumamos que habría un grupo encabezado por Rusia y Turquía y otro de Israel, EEUU y Unión Europea. Aquí entrarían, todo el entramado de gaseoductos, transporte, comunicaciones… que estos días alcanzan otras dimensiones con la entrada de lleno de Hutíes chiitas de Yemen y la seguridad en el Golfo con sus repercusiones, pero eso daría por sí solo para otra reflexión.

No quiero extenderme en la cuestión de los recursos, solo busco visualizar cómo un conflicto aparentemente de nivel medio podría alcanzar un nivel superior si Israel no es capaz de calcular y medir sus posibilidades. Hasta ahora no lo ha hecho como prueba el lamentable fallo en su seguridad que permitió el ataque de octubre y que siempre dejará en el aire la pregunta de qué hubiera podido pasar si aquel hubiera sido de mayores proporciones.

Otra dimensión es la propiamente interior de Israel; Benjamín Netanyahu ya es considerado un criminal a vista del propio sistema judicial israelí como de buena parte de su opinión pública; el recurso de convertir su “régimen” en una timocracia y así perpetuar la guerra lo tiene en mente y ahora además se convierte en una forma de salvarse de su rendición de cuentas judicial en un Israel que no lo olvidemos, sigue siendo una democracia con todas las garantías y reconocimiento internacional.

En El Polemista este tema y relacionados se ha tratado en varias ocasiones en su andadura desde 2011 (http://elpolemista.blogspot.com/2022/12/indice-de-el-polemista-hasta-2023.html), esta última crisis especialmente:

Los españoles, ¿con palestinos o con israelíes?, por Jorge Navarro Cañada.

http://elpolemista.blogspot.com/2023/11/los-espanoles-con-palestinos-o-con.html

Un conflicto “menor” en un contexto de alto riesgo, por Jorge Navarro Cañada.

http://elpolemista.blogspot.com/2023/10/un-conflicto-menor-en-un-contexto-de.html

Israel-Palestina, una escalada internacional, realismo y posibilismo como solución, por Jorge Navarro Cañada.

http://elpolemista.blogspot.com/2023/10/israel-palestina-una-escalada.html

Conflicto palestino-israelí, hacia otro escenario inédito.

http://elpolemista.blogspot.com/2023/10/conflicto-palestino-israeli-hacia-otro.html

Israel-Palestina, otra vez, una reflexión de inmediatez desordenada, por Jorge Navarro Cañada.

http://elpolemista.blogspot.com/2023/10/israel-palestina-otra-vez-una-reflexion.html                                                                                                                              



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