No creo que sea completamente inútil para contribuir a la solución de los problemas políticos distanciarse de ellos algunos momentos, situándolos en una perspectiva histórica. En esta virtual lejanía parecen los hechos esclarecerse por sí mismos y adoptar espontáneamente la postura en que mejor se revela su profunda realidad.
JOSÉ ORTEGA Y GASSET

viernes, 20 de octubre de 2023

Joe Biden y el sentido de la presidencia de EEUU, por Jorge Navarro Cañada.

El presidente de los EEUU en horario estelar aparece para hablar a los norteamericanos; es el momento de una institución que se legitima en momentos como este, iré con ello más adelante.

Contextualiza: la amenaza Exterior es real, el yihadismo y Rusia “representan amenazas diferentes, pero comparten algo: desean aniquilar por completo a democracias vecinas". Hay solemnidad, “estamos en un punto de inflexión para varias décadas”. EEUU es la “nación esencial”, debe enfrentarse al reto y en este momento decisivo el mensaje presidencial reclama su emergencia, incluso para intervenir en una cuestión interna ante el momento de desconcierto, los Republicanos continúan sin un líder en la Cámara de Representantes donde tienen mayoría. Pide inversión para asumir los retos de Defensa, "es una inversión inteligente que pagará dividendos para la seguridad estadounidense durante generaciones".

La actualidad supera la inmediatez y lanza un mensaje que la supera: "La historia nos ha enseñado que, cuando los terroristas no pagan un precio por su terror, cuando los dictadores no pagan el precio por su agresión, causan más caos, muerte y destrucción (…) Por difícil que sea, no podemos renunciar a la paz. No podemos renunciar a una solución de dos estados. Israel y los palestinos merecen por igual vivir en seguridad, dignidad y paz".

Podríamos seguir analizando el mensaje de Joe Biden, pero quiero llegar más lejos: la propia esencia imperial de EEUU por tamaño e influencia hace de la política Exterior su prioridad, pero también lo que da sentido a la institución presidencial. De hecho está creada para ello. Las competencias en política interior no le corresponden como autoridad, pero el país se crea y organiza en función de una amenaza Exterior y bélica, ello hace que por encima de cualquier rivalidad política Interior, diversidad territorial conflicto social o racial… la figura presidencial logra una función consensuada y “superior”, de ahí que sin enemigo exterior pierde su lógica. En realidad Joe Biden hubiera preferido un mensaje más propio de la Guerra Fría donde el enemigo fuera superior, quizá una alianza “controlable” de Rusia, Irán y sobre todo China, pero la actualidad, mucho más visible y evidente marcaba la emergencia.

El Presidente es perfectamente consciente de esa función estrecha y esencial hace que su posición si no es predominante se traduzca en conflicto interno y polarización, la amenaza Exterior la atenúa y unifica voluntades y adhesiones.

Se acaba la Globalización, en esta las relaciones internacionales y sus extensiones en forma de comunicaciones, migraciones, finanzas supranacionales… y su contexto, cambio climático, tecnología… la figura que supera el ámbito nacional de la gran potencia para regular y dominar la internacional pierde o mitiga su sentido perdiendo así su poder de unificación en torno a él; la amenaza Exterior es necesaria en ese contexto, repito, porque el sistema norteamericano es una federación que nace bajo la amenaza exterior como elemento existencial dado que lo hace en un marco de independencia. Es este un problema fundacional de EEUU que no se planteaba desde el final de la II Guerra Mundial en el que ha cumplido un papel de potencia dominante capaz de imponer un orden mundial. Muchas voces renuncian a esta función y reclaman que la defensa de la democracia no se haga como garantía de fuerza de esta (que cumple Estados Unidos), pero ello debilita la posición presidencial. Joe Biden comparece ante los norteamericanos en esas facetas, la de cargo electo a un año de las elecciones, la de líder nacional que supera las divisiones y enfrentamientos internos (volvemos a la división Republicana incapaz de normar a la tercera autoridad del país) y como líder de la paz mundial. De ahí que la comparecencia solemne desde el despacho oval tenga tanta trascendencia. Frente al partidismo polarizador que divide, la autoridad presidencial que unifica.

El momento de cambio histórico, en final de la Globalización supone un verdadero tsunami a nivel tanto internacional como interno en EEUU que abre una nueva etapa histórica. Respecto al momento actual todavía EEUU se presenta como garante del orden democrático, pero justamente el momento que vivimos es el final de esa lógica a poco menos de un año de una pugna electoral en la potencia determinante al respecto.

Índice completo de El Polemista: http://elpolemista.blogspot.com/2022/12/indice-de-el-polemista-hasta-2023.html



No hay comentarios:

Publicar un comentario