No creo que sea completamente inútil para contribuir a la solución de los problemas políticos distanciarse de ellos algunos momentos, situándolos en una perspectiva histórica. En esta virtual lejanía parecen los hechos esclarecerse por sí mismos y adoptar espontáneamente la postura en que mejor se revela su profunda realidad.
JOSÉ ORTEGA Y GASSET

lunes, 1 de enero de 2024

Previsibles perdedores y ganadores de 2024, apuntes improvisados y desordenados, por Jorge Navarro Cañada.

2024 no será un año fácil para Israel; difícilmente Netanyahu ya hundido en las encuestas superará una crisis en las que los israelíes tendrán que digerir: que la seguridad del país no era la pretendida, que su eficacia militar no ha sido suficiente para ni asomarse a la erradicación de la totalitaria y criminal Hamás, y que la dependencia de la ayuda militar Exterior es mucho mayor de la esperada. No solo en el propio conflicto palestino. En este clima la creación de un Régimen de violencia permanente parece un camino incierto y dudoso. Y por si fuera poco su sensación de rechazo internacional irá a más, episodios aparentemente pequeños como el crecimiento del mal llamado antisemitismo, o por lo menos la sensación de él, van a ir a más, y otros como el que hemos vivido estos días respecto a la denuncia de Sudáfrica contra Israel por participar en "actos de genocidio contra el pueblo palestino en Gaza" en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) aunque parece que se queda en nada en términos jurídicos tiene una gran carga simbólica: uno de los temores de Tel-Aviv es que sea acusado de “apartheid”, y los sudafricanos están especialmente “cualificados” en ello, tienen su peso en el Sur Global donde ya el rechazo que genera Israel podría igualmente dejar algún capítulo desagradable. No olvidemos, y ello será para todo el Mundo, el terrorismo quiere su espacio y protagonismo en estos meses.

Irán será uno de los ganadores de este nuevo año si se cumple lo previsto, aunque esto puede cambiar mucho en función de la posible escalada bélica. A día de hoy se presenta como -guste o no- esencial para cualquier orden que se quiera crear en Oriente Medio y su “Eje de la Resistencia” se hace un verdadero problema que requerirá diversas negociaciones de una forma u otra. Ocurre en pleno alivio del aislamiento diplomático del régimen de los ayatolas, se ganarse su posición como proveedor crucial de armas para Rusia, con sus exportaciones de petróleo, especialmente a China, en auge. 2023 ya había tenido episodios como la negociación de China para restablecer las relaciones diplomáticas entre Irán y Arabia Saudita. En agosto, Irán fue invitado a unirse a los BRICS, el bloque de grandes economías emergentes…

El tema saudí aun así tendrá su importancia, su avance nuclear previsto podría provocar escalada de rearme nuclear. También 2024 apunta a un aumento del peso de las monarquías de Golfo en plena efervescencia de una región que va a ver cómo las diferentes rivalidades pugnan por hacerse un lugar como potencias regionales ahora que la Globalización ha tocado a su fin y EEUU abandonará su lugar como gendarme mundial.

La situación internacional tendrá crisis que podrían interconectarse por tener actores comunes; es el caso de Rusia y Turquía. No solo en Siria.

Los rusos en 2024 van a ver como la guerra de Ucrania se prolonga, la pantomima electoral de Putin hace una ficción de reafirmación de este en el poder y los conflictos en el “patio trasero” se complican; sin duda Armenia-Azerbaiyán pueden ser un punto de atención determinante, la implicación de Rusia, Irán y Turquía en ello lo convierten en un punto a tener muy en cuenta en 2024.

Rusia no solo juega estas partidas, en otras distantes como el Sahel, que seguro va a dar noticias importantes este año también tiene intereses importantes, no olvidemos que entre otros está buena parte del futuro del gas como elemento estratégico, también en Europa; y Putin lo tiene como esencial, juega con Argelia en esa batalla. Como también Libia podría “despertar” su conflicto ahora “dormido”. Aquí de nuevo otros actores como, Turquía otra vez, pero también Egipto podrían dar titulares en no mucho tiempo.

¡Hasta en Venezuela Rusia se juega bastante! La caída del régimen chavista sería un buen contratiempo y no descartable, de momento seguiremos viendo la patética amenaza de Maduro a propios y extraños por la última baza electoral, Esequibo. Las exhibiciones de fuerza de estos días frente al Reino Unido no pasarán de la sonrisa, el chavismo sabe que una solución armada a ese “conflicto” sería suicida.

Evidentemente China merecería capítulo aparte, pero 2024 en principio no parece que será un buen año, China ve crecer su deuda interna y deterioro económico, es probable que el resultado electoral de Taiwán no le guste y que el de India no haga más que acentuar una rivalidad que irá a más. Tampoco es sus conflictos regionales tendrá un año tranquilo, pero insisto, eso para otro artículo.

Obviamente EEUU también es para otra ocasión, pero aunque estará claramente ocupado en su cita electoral, será uno de los ganadores de 2024, su posición geoestratégica se verá reforzada a pesar de su aparente “retirada” en forma de dependencia a él de terceros, véase por ejemplo Europa, pero básicamente será global.

En fin, estos y muchos más merecerán particular análisis, eran solo unas pinceladas.

 

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Foto Fuser News. 


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