No creo que sea completamente inútil para contribuir a la solución de los problemas políticos distanciarse de ellos algunos momentos, situándolos en una perspectiva histórica. En esta virtual lejanía parecen los hechos esclarecerse por sí mismos y adoptar espontáneamente la postura en que mejor se revela su profunda realidad.
JOSÉ ORTEGA Y GASSET

viernes, 24 de junio de 2011

¡Comprometeos! De Stéphane Hessel y los movimientos de Indignados.

Nueva entrega del incansable Stéphane Hessel en este ¡Comprometeos! (Ed. Destino) donde a través de las preguntas del ecopacifista Pilles Vanderpooten (no conversaciones como anuncia la cubierta del libro) el anciano indignado aporta un cierto desarrollo a su entrega anterior ¡Indignaos! (Ed. Destino) del cual se hizo reseña en este blog (http://elpolemista.blogspot.com/2011/03/indignaros-de-stephane-hessel-y-los.html).

¡Comprometeos! constituye no tanto un programa o una conminación como una incitación a movilizarse. Una invitación a comprometerse personalmente en la vida ciudadana y en las luchas de nuestro tiempo. Os corresponde a vosotros, amigos de España —país en el que la diversidad de las culturas es mundialmente reconocida—, ciudadanos del mundo, a cada uno de nosotros individualmente, y a todos nosotros colectivamente, encontrar las pistas a través de las cuales la internacional ciudadana en gestación podrá dotar de vida este siglo. No para lograr el mejor de los mundos, sino un mundo viable.”
Así es como el mismo autor prologa la obra en la que moviéndose entre el izquierdismo más clásico del siglo XX y cierto tipo de ecopacifismo multiculturalista más propio del sesenta y ocho que del siglo XXI llama a una suerte de compromiso personal -esta es la parte más aprovechable de la tesis de Hessel por cuanto parece intentar superar compromisos ya superados como el de clase- capaz de lograr un mundo más justo.

“Creo que es preciso indignarse, sobre todo los jóvenes. ¡Y resistir! Resistir supone considerar que hay cosas escandalosas a nuestro alrededor que deben ser combatidas con vigor. Supone negarse a dejarse llevar a una situación que cabría aceptar como lamentablemente definitiva.”
En efecto, este libro es una llamada a la movilización contra las injusticias que denunciara en ¡Indignaos!, pero el problema es que no dice como. Hessel una vez más dibuja un panorama de hecatombe que si bien en ocasiones responde a criterios objetivos, en otras parecen el escenario de un hombre que no alcanza a comprender el cambio histórico que se está produciendo fundamentado en un paradigma absolutamente distinto del que reclama la izquierda europea.
Lo que no se le puede negar al autor es haber resucitado un género como el Panfleto político – es increíble la cantidad de ellos que aparecen en las mesas de novedades de las librerías- y con él haber logrado una sensación de movilización ciudadana que ha dado lugar a los movimientos de “indignados” que en las últimas semanas están teniendo gran repercusión mediática. Sería el caso del llamado 15M o de uno de sus convocantes como ¡Democracia Real Ya!, que ciertamente responden al esquema que plantea Hessel de un platonismo democrático que niega que el propio desarrollo de la Democracia sea “democrático” si no se ajusta a una especie de “verdad revelada”, en este caso, de una determinada visión de la justicia social. Por simplificar, algo así como decir que la Democracia no es lo que las instituciones democráticas dirimen, tan solo lo es lo que “nosotros” decidimos en “nuestras” asambleas porque nos basamos en los únicos principios que se pueden considerar democráticos. El problema de este planteamiento es que su recorrido acaba donde empieza su indefinición ya que se muestra incapaz de dar ninguna alternativa más allá de las buenas intenciones cuando no de la utopía casi infantil.

“El hombre es un animal peligroso y susceptible de cargárselo todo —ha dado varios ejemplos flagrantes—, ¡pero es formidablemente capaz de abordar nuevos problemas con nuevas ideas!”
En fin, me quedo con el mensaje optimista de una obra absolutamente prescindible por su calidad o profundidad aunque recomendable por la capacidad de influencia que tiene en nuestros días. Una vez más, Hessel deja un libro muy sencillo que se lee con mucha facilidad y que además en esta edición española tiene la suerte de estar magníficamente editado incluido anexo con la Declaración universal de los derechos humanos.
Pero poco más, tanto libro como autor –a pesar de lo admirable de su vivencia- no tardarán en desaparecer del lugar privilegiado que ahora ocupan en numerosas bibliotecas particulares.

Anteriormente se había tratado en El Polemista el tema del ecopacifismo a través de El planeta de los estúpidos de Juan López de Uralde (http://elpolemista.blogspot.com/2011/02/el-planeta-de-los-estupidos-de-juan.html)

2 comentarios:

  1. En El Polemista también: Manual de economistas aterrados (vvaa) y Las Voces del 15-M (vvaa):http://elpolemista.blogspot.com/2011/09/manifiesto-de-economistas-aterrados.html

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  2. También en EL POLEMISTA:
    Los españoles ante el cambio de José Ignacio Wert, y la transformación de lo mediático en poder: http://elpolemista.blogspot.com/2012/02/los-espanoles-ante-el-cambio-de-jose.html

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