No creo que sea completamente inútil para contribuir a la solución de los problemas políticos distanciarse de ellos algunos momentos, situándolos en una perspectiva histórica. En esta virtual lejanía parecen los hechos esclarecerse por sí mismos y adoptar espontáneamente la postura en que mejor se revela su profunda realidad.
JOSÉ ORTEGA Y GASSET

viernes, 10 de junio de 2011

Entender la guerra en el siglo XXI de F. Aznar Fernández-Montesinos, El Club de Lectura de los Oficiales Novatos de Patrick Hennessey, y la guerra que viene.

La verdad es que solo he escrito la primera línea y ya estoy sorprendido de haber decidido colocar en El Polemista una reseña sobre Polemología, que no, no es la ciencia que estudia a los polemistas si no la que se dedica a las guerras. Y es que en efecto, es un tema que nunca me ha llamado demasiado la atención pero es cierto que este Entender la guerra en el siglo XXI de F. Aznar Fernández-Montesinos (Ed Complutense) es perfecto para iniciarse.
Casi trescientas páginas incluidas una veintena dedicadas a una extraordinaria bibliografía clasificada en libros, documentos, conferencias… , en los que podemos profundizar en la filosofía, la historia y la actualidad de la guerra además de un capítulo que por si solo justificaría toda la obra dedicado al radicalismo islámico.
El libro está magníficamente escrito y a pesar de la profundidad de algunos de sus planteamientos no resulta pesada su lectura ni siquiera para un profano en la materia como es mi caso.
Por ejemplo, su primer capítulo, dedicado a la filosofía de la guerra concluye así para explicar las consecuencias tecnológicas actuales sobre la guerra:
“Cuando, a través de complejas redes de mando, control y comunicaciones, los Jefes de Estado pueden volver a situarse a la cabeza de sus Ejércitos – como en España hiciera por última vez Carlos V en la batalla de Mülberg, momento inmortalizado en el célebre cuadro de Tiziano- el carácter cíclico y recurrente de la historia parece haberse completado de nuevo al devolver la guerra del siglo XXI a las formas propias del siglo XVI”. Brillante, ¿no?
Federico Aznar dedica el segundo capítulo a acercarnos a las diferentes visiones que la guerra ha tenido a lo largo del tiempo en las diferentes civilizaciones y filosofías para en el tercero explicar la tipología histórica de la misma. En ellas clasifica las guerras en premodernas, -anteriores al Renacimiento-, de Primera Generación,- marcadas por el desarrollo y consolidación del concepto de Estado, de Segunda Generación,-las sociedades se implican en ellas y están claramente marcadas por las revoluciones industrial y de los transportes correspondiendo en tiempo con la Revolución Francesa, las de Tercera Generación,- fundamentadas en la tecnología- y por último las de la Cuarta Generación en plena Globalización y perdida de poder de los Estados donde la tecnología se muestra inoperante y los aspectos culturales se muestran decisivos. Y es que el cuarto capítulo lo dedica al análisis de estas últimas donde se explica como a partir de 1989 la desinstitucionalización de las guerras hará que estas dejen de ser nacionales para convertirse en locales, comunitarias y populares. Entra ahí un magnífico aunque breve estudio de la génesis y desarrollo del terrorismo como guerra asimétrica que precede al quinto capítulo dedicado al caso concreto del radicalismo islámico, tema en el que sin duda el autor es un gran especialista porque es donde Entender la guerra en el siglo XXI alcanza sus cotas más altas. Partiendo de la base de que algunos de los problemas del radicalismo se relacionan con la adaptación del hombre a la modernidad y que estos se han dado también en nuestra civilización hasta el siglo XX el autor despojado de todo prejuicio analiza la cuestión en profundidad.
En fin, un libro que no requiere ni de conocimientos militares previos ni de ninguna relación ideológica con el tema de la guerra para disfrutarlo porque como cierra Federico Aznar su conclusión: “Reiterar que estudiar la guerra no es justificarla, e ignorarla no contribuye a su superación”.
Como curiosidad la obra contiene el prólogo de la Ministra Carme Chacón que no aporta gran cosa más allá de la máxima del autor, el Capitán de Corbeta Aznar, “la ignorancia no es fuente de paz, sino de parálisis”.

Y precisamente de guerra de Cuarta Generación vamos a hablar porque El Club de Lectura de los Oficiales Novatos de Patrick Hennessey (Ed. Los libros del lince) es un magnífico ejemplo de ello a través de las vivencias de uno de sus combatientes. Todo el siglo XXI a tiro limpio en un escenario casi medieval.
“Joder, casi cuatro horas de combate y juro que me han parecido unos minutos, cada vez que te ves transportado a alguna parte en donde puedes ver tus propios movimientos a través de un objetivo (…) y no puedes ponerle a eso el nombre de ninguna de las sensaciones conocidas hasta que tratas de sentir cierta piedad, cosa en cierto modo más fácil de conseguirlo mirando a las pobres cabras que a los desdichados talibanes…”
Y es que en efecto, este libro es la vivencia de un filólogo que aburrido ingresa en el Ejército y que acabará combatiendo en Irak y en Afganistán. Y aquí lo que se cuenta es exactamente eso, lo tediosas que son las tardes, lo irrespirable del polvo, la adrenalina del combate, la estupidez de los mandos ante la cercanía de los periodistas, la cantidad de tiempo que se puede llegar a perder en una guerra…, pero también los impresionantes medios con lo que se cuenta hoy para la lucha y su aplicación en un contexto premoderno. Ejércitos occidentales dotados de la máxima tecnología intentando formar a un ejército afgano tercermundista para vencer a un enemigo, los talibanes, que además de gozar de notables medios lo hace en su espacio natural.
 Y en suma lo diferente que puede llegar a ser una guerra contada desde la vivencia personal y la irreverencia personal más desenfadada aunque también más sincera.
Es difícil resumir un libro donde solo desde su lectura se pueden percibir sus olores, sonidos o sensaciones.
Patrick Hennessey dejó el Ejército en 2009, el mismo año que varios periódicos elegían su Lectura de los Oficiales Novatos como libro del año para continuar sus estudios después de haber logrado ser nombrado Capitán con 25 años. Poco antes de su retirada, la sensación que se le queda al autor después de varios veranos de sangrientos desiertos en un destino tranquilo como Las Malvinas es esta:
“Lo que nos dio mucha rabia, más que la súbita comprobación de que unos oficiales viejos y gordos hicieran caso omiso de las brigadas desplegables, y de hasta qué punto corría el alcohol institucional en “su” teatro de operaciones, fue la extraordinaria manera en que nos trataban. Desde la puramente irreflexiva rigidez del escalafón superior hasta la mala leche del tío que les decía a los muchachos que la infantería solo servía para transportar los ataúdes de sus compañeros.”

Dos buenos libros, para entender la Guerra desde ángulos opuestos aunque complementarios.



1 comentario:

  1. También en EL POLEMISTA:
    La guerra desde 1900, editado por Jeremy Black, y la Guerra como motor de cambio:
    http://elpolemista.blogspot.com/2011/11/la-guerra-desde-1900-editado-por-jeremy.html

    ResponderEliminar