No creo que sea completamente inútil para contribuir a la solución de los problemas políticos distanciarse de ellos algunos momentos, situándolos en una perspectiva histórica. En esta virtual lejanía parecen los hechos esclarecerse por sí mismos y adoptar espontáneamente la postura en que mejor se revela su profunda realidad.
JOSÉ ORTEGA Y GASSET

jueves, 7 de marzo de 2024

La Amnistía aprobada; y Pedro Sánchez consolida la Legislatura, por Jorge Navarro Cañada.

El 30 de octubre de 2023 en este blog: EL POLEMISTA: La Amnistía no tiene vuelta atrás, por Jorge Navarro Cañada.  Más de cuatro meses después la tenemos en marcha. Y todo tras un recorrido tan tortuoso como contradictorio y extraño, probablemente por la sobreactuación de los actores principales de la política española.

Y es que como decía entonces uno de los motivos principales por los cuales no habría vuelta a tras era que en realidad era deseable para casi todos por unos motivos u otros, y ello al final iba a ser decisivo. Pero no están claras muchas cosas:

La Amnistía queda aprobada como norma que requiere interpretaciones múltiples a la hora de su aplicación, tanto en lo político como sobre todo en lo jurídico, hasta el punto que vamos a ver como muchas de sus decisiones quedan para su resolución pendiente de recursos, consultas, paralizaciones… El caso del terrorismo es paradójico, por poner un ejemplo, siendo amplia la interpretación del Terrorismo en la legislación española y quedando esta relegada en la Ley a la Comunitaria, tampoco está tan clara; con seguridad podríamos asistir a paralizaciones en su aplicación a la espera de resolución superior.

Si buscamos ganadores claros de forma inmediata sin duda lo serían el gobierno de Pedro Sánchez, que además de ver su principal objetivo cumplido logra vincular a él los Presupuestos Generales del Estado garantizándose así el blindaje de su gobierno al menos hasta la mitad del mandato en el que ya habremos pasado por diferentes ciclos electorales (vascas, Europeas, catalanas, quizá alguna más) y políticos que presentarán un mapa de la situación completamente diferente. Obviamente los amnistiados serían quienes más satisfacción deberían sentir, máxime si se toma en cuenta que antes del ciclo electoral de 2023 esto era inimaginable en la forma y plazo en el que se ha producido; en ese sentido no caben paliativos y no deja de ser un éxito del nacionalismo catalán que en realidad esconce un fracaso: el Procés como catástrofe para Cataluña saldrá impune para quienes lo llevaron a cabo, pero la aceptación del marco legal español no deja de ser un reconocimiento de ello. Esto hoy puede no resultar suficiente para quienes hemos denunciado la indignidad del fenómeno -este blog es buena prueba de ello- pero es lo que quedará como lectura histórica de lo sucedido.

La Oposición al gobierno, fundamentalmente el conservador Partido Popular y el ultraderechista Vox: probablemente para los primeros si bien es un fracaso dado que habían centrado toda su estrategia de oposición contra la Amnistía (la extrema Derecha había hecho causa común sin más), en realidad calculaban a medio plazo esta como una necesidad en cuanto a la “normalización” de la situación de un socio necesario como será la Derecha catalana. Aun así se ha sumado un inesperado error sorprendente del equipo de Alberto Núñez Feijóo como líder derechista: se ha sabido de su disposición de dar a cualquier cosa a Junts y Puigdemont en las negociones para su investidura, probablemente más datos al respecto van a aparecer, y segundo y si cabe más sorprendente; tras generar un clima irrespirable, incluso violento contra la Amnistía se ha dejado la última etapa de esta negociarse y concluir en un segundo plazo por el enorme ruido que generaban en la trama de corrupción “ Koldo-Ábalos” que hasta ahora no ha dado al PP más rédito que el consiguiente desgaste en imagen del gobierno y una “pieza menor” como es la de Ábalos, sin cargo alguno y sin entregar si quiera el acta de diputado. Este asunto veremos hacia dónde va, pero el Partido Popular va a asistir a cierta decepción en los suyos cuando sopesen los beneficios de una estrategia basada en la exageración y la sobreactuación. El coste en prestigio y credibilidad no se ve de inmediato, quizá es pronto todavía.

¿Y nadie ha perdido? Pues quizá el gran perdedor en todo esto ha sido el Poder Judicial español al ver que ha sido solapado, que el Ejecutivo y el Legislativo han estado muy cerca (va en interpretaciones) de haber ocupado su competencia democrática y quizá lo más grave: ha sufrido una enorme división y polarización que tendrá un alto precio en término de calidad democrática.

Ahora toca mirar a futuro, y ello visto con optimismo supone un paso adelante en la integración y la normalización de Cataluña en España después de la tragedia que ha supuesto el Procés como, repito, fenómeno totalista con tintes autoritarios en muchas ocasiones de la minoría independentista del nacionalismo catalán que además ha contado con corrupción, violencia, fugas… y sobre todo una irreparable polarización y división entre catalanes que tardará en resolverse si es que llega a hacerlo.

Desde una visión negativa de lo sucedido esa polarización también se ha producido entre los españoles en su conjunto con alto coste para la credibilidad y confianza en nuestra democracia y que se ha sumado la que ya había generado el propio Procés: la ultraderecha anticonstitucional de Vox como consecuencia es un ejemplo de ello; pero lo son también la devolución de protagonismos asombrosos y absurdos (ETA, Txapote…) combinados con declaraciones delirantes o ataques a personas y sedes de partidos políticos, o simplemente el lenguaje político solo aceptable desde la estupidez y el infantilismo político, cuando no la pura basura antidemocrática (gobierno okupa, ilegítimo, “me gusta la fruta”…), todo un catálogo para el olvido.

Y la credibilidad del gobierno y la sensación de impunidad que ha cundido en muchos ciudadanos que han visto asombrados como Pedro Sánchez casi se saltaba todos los límites -incluidos su propio compromiso- para sacar adelante a cualquier precio su beneficio político cuando este estaba exclusivamente ligado a su interés personal. Sin pudor ha aceptado en todo momento que nada de esto se hubiera producido de no haber sido necesario para su investidura primero y su consolidación en el poder después. Ello no saldrá gratis, ni a su gobierno, ni a su Partido, ni a lo que es más grave (aceptando los aspectos positivos antes citados), a la Democracia española aunque ciertamente: su figura histórica como estadista saldrá muy reforzada.

En fin, hoy parece que comenzamos una nueva etapa, es innegable que la aprobación de la Amnistía marca un antes y un después en todo un periodo histórico de España, mucho más que en una coyuntura, ni siquiera que en una legislatura política.

El Polemista nacía hace 13 años en los que ha vivido muy intensamente el Procés -tienen numerosos artículos y reseñas con participación de sus actores, tanto desde el independentismo como desde el constitucionalismo- como en este periodo de la Amnistía seguido “al día”. Pueden encontrarlo todo en el ÍNDICE DE EL POLEMISTA http://elpolemista.blogspot.com/2023/12/indice-completo-de-el-polemista.html

 

Ulises Culebro retrataba en su día así a Pedro Sánchez en El Mundo, hoy podría servir.



No hay comentarios:

Publicar un comentario