No creo que sea completamente inútil para contribuir a la solución de los problemas políticos distanciarse de ellos algunos momentos, situándolos en una perspectiva histórica. En esta virtual lejanía parecen los hechos esclarecerse por sí mismos y adoptar espontáneamente la postura en que mejor se revela su profunda realidad.
JOSÉ ORTEGA Y GASSET

lunes, 30 de octubre de 2023

La Amnistía no tiene vuelta atrás, por Jorge Navarro Cañada.

Pedro Sánchez definitivamente “oficializa” la Amnistía y la argumenta legitimándola como un “bien superior”, ya no hay vuelta atrás, esta es imparable. Y es que me atrevo a decir que lo será tanto si hay acuerdo de gobierno, como si hay repetición electoral gane quien gane. La cuestión está en los plazos, si como parece más probable gobierna ahora Pedro Sánchez será inmediata, si lo hace tras una repetición electoral será paulatina, y si lo hiciera el Partido Popular lo sería a medio-largo plazo. Pero la Amnistía es un paso que ya no tiene vuelta atrás. Y esto se basa en la idea de una integración de Cataluña y País Vasco intrínseca a la democracia española y como esta ha devenido en un periodo en el que se hace inevitable la reorganización territorial en mayor o menor medida. Lo hace como exigencia de normalidad democrática, tanto vista desde el España como desde la Unión Europea que no entendería una vuelta al enfrentamiento y la ruptura interior como la que se produjo en 2017 con su Declaración Unilateral de Independencia, fuga surrealista de Puigdemont en maletero de coche, posterior encarcelamiento de dirigentes del Procés… en El Polemista van a encontrar extensa información al respecto.

Y llegan las paradojas: ¿Si la Amnistía es ya inevitable cómo se ha convertido en el mayor motor de oposición política, división y crispación? Simplemente por puro juego político: el Partido Popular lo necesita como elemento de deslegitimización del gobierno de Pedro Sánchez, le permite además beneficiándose de ella a medio-largo plazo y al mismo tiempo puede utilizarla sin necesidad de presentar una alternativa concreta a una situación que sabe debe ir hacia algún sitio. Ello a pesar que dentro del propio PP generará luchas internas, el sector más próximo a VOX, encabezado por Isabel Díaz Ayuso podrá mostrar una cara más radical e independiente frente a Alberto Núñez Feijóo y algunos barones. Para VOX se convierte en un espacio político en sí mismo: nació -en su faceta presente- como respuesta al Procés y ahora en la Amnistía encontrará un nuevo sentido. Y ciertamente lo será, una vez que esta esté en marcha el que se oponga a ella aparecerá como quien impide la concordia y el avance a la integración, no olvidemos que la Amnistía es mucho más que Puigdemont u otros líderes políticos, alcanza desde a simples directores de colegio que abrieron sus puertas al referéndum ilegal, a quienes pusieron las urnas… o a otros sectores de la sociedad civil que de una forma u otra han participado de un fenómeno que afectó a toda la sociedad catalana en alguna de sus formas. No habrá nadie que quiera disputar electoralmente el gobierno en España que desee quedarse en el lado de “los enemigos” de Cataluña.

Pero aunque hoy no lo muestren, también el nacionalismo catalán se va a enfrentar a una evolución muy importante, la pugna entre el Conservador (además empresarial) y el Progresista será horizontal, pero también habrá una batalla cultural vertical entre quienes aceptan más o menos la legalidad española que “da y quita perdones” a ojos de la minoría irredenta que probablemente quiera también ganar ese espacio ahora huérfano.

Sin embargo, ¿Cómo es posible que sea necesario cuando menos retorcer el ordenamiento legal o por lo menos el sentido del mismo para alcanzar un intento de gobernabilidad y estabilidad en España? Por ahí probablemente es por donde van a venir los problemas, una medida de esta magnitud no solo genera un choque a nivel Ejecutivo y Legislativo, lo hace también en el plano Judicial, que cuando menos la suma de todo ello generará trastornos de todo tipo, incluido plazos e ilusiones truncadas. Claro está, e indignaciones. enfrentamientos y agravios.

Pedro Sánchez ha puesto la red de emergencia democrática para caer a una incertidumbre, y si bien es cierto que hacía falta dar pasos en esa dirección, en fondo puede que no, pero en forma y tiempo responde a sus intereses partidistas y ello puede suponer un gravísimo precedente que no se puede pasar por alto. ¿Pasará el Presidente a la historia como el que dio el paso a la reconciliación con sus peligros?

Este no perdón, sino “borrado y cuenta nueva” se puede ajustar al contexto político, pero no a lógica dudosamente legal ni ética, y solo puede sostenerse en el concepto de “mal menor o necesario”, repito, una apuesta de altísimo riesgo que si bien tiene visos de salir bien, también puede dejar arañazos, incluso fracturas que quizá un día sean achaques.

Comenté en septiembre hacia donde íbamos, http://elpolemista.blogspot.com/2023/09/espana-en-la-encrucijada-territorial.html, hoy ya sabemos en qué forma.

Índice completo de El Polemista http://elpolemista.blogspot.com/2022/12/indice-de-el-polemista-hasta-2023.html donde podrán encontrar reseñas y artículos anteriores, durante y posteriores al Procés incluidos algunos comentarios de actores del mismo, alguno de ellos con buena fe no tardará en reivindicarse, otros sencillamente se han beneficiado de forma dudosa por el Procés y a buen seguro lo harán también de la Amnistía, pero las historias personales de toda esta historia son de todo tipo.

Foto El Roto en El País 24/05/2017.



No hay comentarios:

Publicar un comentario