No creo que sea completamente inútil para contribuir a la solución de los problemas políticos distanciarse de ellos algunos momentos, situándolos en una perspectiva histórica. En esta virtual lejanía parecen los hechos esclarecerse por sí mismos y adoptar espontáneamente la postura en que mejor se revela su profunda realidad.
JOSÉ ORTEGA Y GASSET

miércoles, 19 de noviembre de 2025

Si no puedes convencerlos, ¡confúndelos!; la estafa en la información y en la opinión. Tertulianos de Esther Romero y Juanma Romero, y, Las artimañas ¡vaya timo! de Albert Corominas.

“Si no puedes convencerlos, confúndelos”. Harry S. Truman.

Definir como fake news, bulo, manipulación… en la información -muchas veces premeditadamente disfrazando a la opinión- ha dejado de ser frecuente para ser una parte esencial de la oferta mediática. Para ello hay multitud de formas, incluso medios dedicados a ello en buena parte, y seamos honestos, también contando con un público, muchas veces perfectamente consciente de ello. Y ya no cabe limitar este fenómeno a las redes sociales, su salto a las televisiones, radios, prensa… supera con mucho la línea editorial para disputarse su finalidad entre lo político o social y lo financiero o empresarial.

En el post anterior, La era del idiota; con un teléfono móvil se puede dominar el mundo https://elpolemista.blogspot.com/2025/11/la-era-del-idiota-con-un-telefono-movil.html exponía la desgracia que supone la pauperización del conocimiento científico y la cualificación técnica en favor de un saber “digital” que teléfono en mano accede a una cantidad de información que le hace poseer la totalidad del saber humano en competición con los primeros. De ahí el que irónicamente proclamara la era del idiota por el tipo de individuo que se genera.

Pero antes de todo esto y de las redes sociales ya se estaba produciendo un deterioro en la información y como consecuencia de ello, fenómenos como la polarización política tenían abiertas la puertas a pauperizar y simplificar los mensajes políticos, económicos, sociales… hasta el punto de convertir al espectador, lector, oyente en un mero receptor de argumentarios sin la menor exigencia de veracidad. Entonces fenómenos mediáticos como las tertulias políticas se hacían con espacios que sustituían a los métodos tradicionales en la formación de la opinión. Llegaba la era del tertuliano, un personaje dotado de súper conocimientos, incluso capaz de improvisarlos en directo, que a cualquier hora o medio transmitía su interpretación de todo lo que pudiera pasar, y que para no hacerse aburrido, tenía que darle teatralización y pose a lo opinable. La situación puede llegar al delirio en personajes que en un mismo día y durante casi toda la semana recorren varios platós con el mismo mensaje de propaganda y argumentario, muchas veces cambiando ¡hasta de ideología en muchos casos en función del logo que acompañe su nombre! si van de la mano de un patrocinador u otro como fichajes que son de estos. Su presencia en los medios son parte de un mercado, también político, la degradación del fenómeno ha llegado al punto de negociarse con un partido político un número de puestos en un programa diario, o que los partidos políticos paguen con tertulias a sus miembros (normalmente cuando están de salida o son degradados).
No es menos cierto, auténticas nulidades del periodismo en lo profesional y lo ético han logrado proclamarse verdaderas figuras y ser alabados y aplaudidos como tales.

El resultado está a la vista: una sucesión de egos y medianías interpretando argumentarios al servicio de espectadores que hacen su selección de opinador en función de sus simpatías o sus odios, todo un entretenimiento con supuesta sustancia informativa que multiplica la polarización de una forma no tan rápida y fulminante como las redes sociales, pero probablemente y todavía más influyente (en esto puede tener su importancia la edad media de la población).


Traigo dos libros muy diferentes, el primero una propuesta curiosa por ser de corto alcance mediático, un ensayo autoeditado: Tertulianos, de Esther Romero y Juanma Romero (Ed. ExLibric).

Tres rostros de la tertulia, el de la radio, que prioriza el contenido a falta de imagen, es más técnico pero más aburrido aunque la relación con el oyente es más íntima, el de la televisión, obsesionado por la imagen y la popularidad donde son frecuentes los egos disparatados que priorizan su autopromoción y desprecian a quien opina diferente. Para ello a menudo se recurre a tácticas de choque y espectáculo en favor de la audiencia en detrimento del contenido, suelen ser personajes con un concepto de sí mismos equivocadamente elevado. No dejan en mucho mejor lugar a las tertulias en eventos en vivo donde se adoptan posiciones polarizadores y controvertidas para interactuar con el público en un escenario que en ocasiones les acogen como estrellas celebrando y jaleando las ocurrencias y estridencias.

Esther Romero y Juanma Romero, ambos periodistas, le atribuyen a Luis del Olmo la puesta en escena de este modelo de comunicación, lo que explica que “algunos son tertulianos desde hace más de treinta años y no saben hacer otra cosa”. Ciertamente esto además de ingresos dota de una buena red de contactos y oportunidades, pero para ello requieren adaptabilidad, versatilidad, reconocimiento y sobre todo: lograr influencia en el debate público. Son “las víboras del micrófono”.

El libro, escrito con ironía y cierta gracia, también con repetición y a veces innecesaria extensión (siendo un texto corto de 128 páginas) da consejos e instrucciones al aspirante.

“Los tipos de tertulianos que dominan estas conversaciones son diversos. Está el provocador, que busca generar polémica a cualquier costo; el experto autoproclamado, que a menudo comparte información errónea; y el inexperto, que aporta ruido. Cada uno contribuye a crear un entorno donde la profundidad y el análisis son la excepción más que la norma. Lo cierto es que las tertulias mediáticas han evolucionado hacia un circo donde el chisme reina y la verdad tropieza, dejando a la audiencia atrapada en un ciclo de desinformación y entretenimiento frívolo”. Lo peor es que la audiencia parece aceptar esta manipulación y polarizarse con ella.

En Tertulianos se explica cómo estos deben mirar al moderador o al resto de intervinientes en sus intervenciones, nunca a la cámara ya que transmite falsedad o que está debatiendo con el espectador. Con esta base y sus variantes hacen unas recomendaciones, como de los motivos que le llevan a uno a dedicarse a ello.

Diferencias entre tertulianos y tertulianas: ellos son más directos y confrontativos, interrumpen más pero se dejan interrumpir menos, sus gestos son más autoritarios y dominantes, usan un tono más grave y puntualizan y acaparan más la palabra. Las tertulias exclusivamente masculinas se caracterizan por el enfoque competitivo, jerárquico y de empatía limitada.

En el caso de las compuestas sólo por mujeres “favorecen el ambiente colaborativo y empático, orientado hacia el apoyo emocional y la creación de redes significativas, promoviendo la escucha activa y el empoderamiento”.

La primera parte del libro termina con un enfoque sobre el futuro de la Inteligencia Emocional en las tertulias diría que forzado, la segunda es una serie de preguntas que contestan los tertulianos sobre su trabajo. Esta no indica ni a quién se ha hecho en ningún aspecto, ni personal ni numérico, es un trabajo de campo que queda a expensas de la reflexión del lector sobre ella sin ningún aporte. Y es una pena, como el resto del libro podría ser una oportunidad perdida de ir más allá.

 

Las artimañas ¡vaya timo! De cómo hacer creer que es verdad lo que no es cierto de Albert Corominas. Completamente diferente y de un carácter marcadamente científico como no podía ser de otra forma en la colección ¡Vaya timo! de la editorial Laetoli. Estos libros que ya superan la treintena forman una colección dirigida por Javier Armentia y se edita en colaboración de la Sociedad para el avance del Pensamiento Crítico, podrán encontrar en El Polemista algunos de ellos.

Corominas, catedrático emérito de la Universidad Politécnica de Catalunya nos define aquello de lo que nos previene: “llamo artimañas (o en ocasiones, argucias), a los procedimientos creados para intentar que pase por verdadero o bueno lo que es falso o malo, sea por medio de una falacia o de un bulo”. Estas se encuentran en algunos medios de comunicación, redes sociales, entidades creadas ex profeso y dotadas de la financiación consiguiente, en voceros, francotiradores, oportunistas y almas crédulas carentes de capacidad crítica, ansiosas de protagonismo y, a veces, incapaces de ver quién saca provecho de sus aportaciones”.

Artimañas se apoya en las dudas metódicas de Mario Bunge para discernirlas, preguntas del tipo ¿qué significa?, ¿quién y cómo lo dice y se prueba?, ¿Cómo funciona y a quién beneficia?, ¿es cuantificable?...

A través de numerosos ejemplos y citas recorre las premisas falsas, las incongruencias, las medias verdades, cuestiona la falsa autoridad de quien afirma, el oscurecimiento por medio de la complicación o la simplificación, las generalizaciones, reiteración, omisión, aderezo o falsas noticias en profundidad.

Se trata de un ensayo del que es difícil hacer reseña pero no por su dificultad, sino por su necesidad de comprensión a través de su ejemplos y explicaciones, es de una gran erudición, concluye sin embargo:
“Lo más importante, lo estrictamente necesario para evitar que nos tomen el pelo (…) es la actitud que adoptemos ante las propuestas y las noticias: conocimientos, rigor, escepticismo, pensamiento crítico, y duda cartesiana son los antídotos insustituibles contra el engaño”.

Un ensayo notable, quizá otro título hubiera sido más aclarador sobre su contenido o al menos más atractivo.

Este es un tiempo para la desconfianza, en mi caso además para el pesimismo, no tanto por los “malvados” que nos engañan sino por la alianza de estos con los engañados en un momento de la historia anti ilustrado donde el saber técnico queda asociado a una élite que no se conforma con un conocimiento de consumo y bajo precio al alcance de un clic.

Encontrarán numerosos artículos y reseñas de temas relacionados en ÍNDICE DE EL POLEMISTA http://elpolemista.blogspot.com/2023/12/indice-completo-de-el-polemista.html



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