No creo que sea completamente inútil para contribuir a la solución de los problemas políticos distanciarse de ellos algunos momentos, situándolos en una perspectiva histórica. En esta virtual lejanía parecen los hechos esclarecerse por sí mismos y adoptar espontáneamente la postura en que mejor se revela su profunda realidad.
JOSÉ ORTEGA Y GASSET

jueves, 20 de noviembre de 2025

Tribunal Supremo D.E.P.

 


 "Esquela" realizada por Jorge Navarro Cañada El Polemista tras la condena del Tribunal Supremo a García Ortiz, Fiscal General del Estado.

miércoles, 19 de noviembre de 2025

Si no puedes convencerlos, ¡confúndelos!; la estafa en la información y en la opinión. Tertulianos de Esther Romero y Juanma Romero, y, Las artimañas ¡vaya timo! de Albert Corominas.

“Si no puedes convencerlos, confúndelos”. Harry S. Truman.

Definir como fake news, bulo, manipulación… en la información -muchas veces premeditadamente disfrazando a la opinión- ha dejado de ser frecuente para ser una parte esencial de la oferta mediática. Para ello hay multitud de formas, incluso medios dedicados a ello en buena parte, y seamos honestos, también contando con un público, muchas veces perfectamente consciente de ello. Y ya no cabe limitar este fenómeno a las redes sociales, su salto a las televisiones, radios, prensa… supera con mucho la línea editorial para disputarse su finalidad entre lo político o social y lo financiero o empresarial.

En el post anterior, La era del idiota; con un teléfono móvil se puede dominar el mundo https://elpolemista.blogspot.com/2025/11/la-era-del-idiota-con-un-telefono-movil.html exponía la desgracia que supone la pauperización del conocimiento científico y la cualificación técnica en favor de un saber “digital” que teléfono en mano accede a una cantidad de información que le hace poseer la totalidad del saber humano en competición con los primeros. De ahí el que irónicamente proclamara la era del idiota por el tipo de individuo que se genera.

Pero antes de todo esto y de las redes sociales ya se estaba produciendo un deterioro en la información y como consecuencia de ello, fenómenos como la polarización política tenían abiertas la puertas a pauperizar y simplificar los mensajes políticos, económicos, sociales… hasta el punto de convertir al espectador, lector, oyente en un mero receptor de argumentarios sin la menor exigencia de veracidad. Entonces fenómenos mediáticos como las tertulias políticas se hacían con espacios que sustituían a los métodos tradicionales en la formación de la opinión. Llegaba la era del tertuliano, un personaje dotado de súper conocimientos, incluso capaz de improvisarlos en directo, que a cualquier hora o medio transmitía su interpretación de todo lo que pudiera pasar, y que para no hacerse aburrido, tenía que darle teatralización y pose a lo opinable. La situación puede llegar al delirio en personajes que en un mismo día y durante casi toda la semana recorren varios platós con el mismo mensaje de propaganda y argumentario, muchas veces cambiando ¡hasta de ideología en muchos casos en función del logo que acompañe su nombre! si van de la mano de un patrocinador u otro como fichajes que son de estos. Su presencia en los medios son parte de un mercado, también político, la degradación del fenómeno ha llegado al punto de negociarse con un partido político un número de puestos en un programa diario, o que los partidos políticos paguen con tertulias a sus miembros (normalmente cuando están de salida o son degradados).
No es menos cierto, auténticas nulidades del periodismo en lo profesional y lo ético han logrado proclamarse verdaderas figuras y ser alabados y aplaudidos como tales.

El resultado está a la vista: una sucesión de egos y medianías interpretando argumentarios al servicio de espectadores que hacen su selección de opinador en función de sus simpatías o sus odios, todo un entretenimiento con supuesta sustancia informativa que multiplica la polarización de una forma no tan rápida y fulminante como las redes sociales, pero probablemente y todavía más influyente (en esto puede tener su importancia la edad media de la población).


Traigo dos libros muy diferentes, el primero una propuesta curiosa por ser de corto alcance mediático, un ensayo autoeditado: Tertulianos, de Esther Romero y Juanma Romero (Ed. ExLibric).

Tres rostros de la tertulia, el de la radio, que prioriza el contenido a falta de imagen, es más técnico pero más aburrido aunque la relación con el oyente es más íntima, el de la televisión, obsesionado por la imagen y la popularidad donde son frecuentes los egos disparatados que priorizan su autopromoción y desprecian a quien opina diferente. Para ello a menudo se recurre a tácticas de choque y espectáculo en favor de la audiencia en detrimento del contenido, suelen ser personajes con un concepto de sí mismos equivocadamente elevado. No dejan en mucho mejor lugar a las tertulias en eventos en vivo donde se adoptan posiciones polarizadores y controvertidas para interactuar con el público en un escenario que en ocasiones les acogen como estrellas celebrando y jaleando las ocurrencias y estridencias.

Esther Romero y Juanma Romero, ambos periodistas, le atribuyen a Luis del Olmo la puesta en escena de este modelo de comunicación, lo que explica que “algunos son tertulianos desde hace más de treinta años y no saben hacer otra cosa”. Ciertamente esto además de ingresos dota de una buena red de contactos y oportunidades, pero para ello requieren adaptabilidad, versatilidad, reconocimiento y sobre todo: lograr influencia en el debate público. Son “las víboras del micrófono”.

El libro, escrito con ironía y cierta gracia, también con repetición y a veces innecesaria extensión (siendo un texto corto de 128 páginas) da consejos e instrucciones al aspirante.

“Los tipos de tertulianos que dominan estas conversaciones son diversos. Está el provocador, que busca generar polémica a cualquier costo; el experto autoproclamado, que a menudo comparte información errónea; y el inexperto, que aporta ruido. Cada uno contribuye a crear un entorno donde la profundidad y el análisis son la excepción más que la norma. Lo cierto es que las tertulias mediáticas han evolucionado hacia un circo donde el chisme reina y la verdad tropieza, dejando a la audiencia atrapada en un ciclo de desinformación y entretenimiento frívolo”. Lo peor es que la audiencia parece aceptar esta manipulación y polarizarse con ella.

En Tertulianos se explica cómo estos deben mirar al moderador o al resto de intervinientes en sus intervenciones, nunca a la cámara ya que transmite falsedad o que está debatiendo con el espectador. Con esta base y sus variantes hacen unas recomendaciones, como de los motivos que le llevan a uno a dedicarse a ello.

Diferencias entre tertulianos y tertulianas: ellos son más directos y confrontativos, interrumpen más pero se dejan interrumpir menos, sus gestos son más autoritarios y dominantes, usan un tono más grave y puntualizan y acaparan más la palabra. Las tertulias exclusivamente masculinas se caracterizan por el enfoque competitivo, jerárquico y de empatía limitada.

En el caso de las compuestas sólo por mujeres “favorecen el ambiente colaborativo y empático, orientado hacia el apoyo emocional y la creación de redes significativas, promoviendo la escucha activa y el empoderamiento”.

La primera parte del libro termina con un enfoque sobre el futuro de la Inteligencia Emocional en las tertulias diría que forzado, la segunda es una serie de preguntas que contestan los tertulianos sobre su trabajo. Esta no indica ni a quién se ha hecho en ningún aspecto, ni personal ni numérico, es un trabajo de campo que queda a expensas de la reflexión del lector sobre ella sin ningún aporte. Y es una pena, como el resto del libro podría ser una oportunidad perdida de ir más allá.

 

Las artimañas ¡vaya timo! De cómo hacer creer que es verdad lo que no es cierto de Albert Corominas. Completamente diferente y de un carácter marcadamente científico como no podía ser de otra forma en la colección ¡Vaya timo! de la editorial Laetoli. Estos libros que ya superan la treintena forman una colección dirigida por Javier Armentia y se edita en colaboración de la Sociedad para el avance del Pensamiento Crítico, podrán encontrar en El Polemista algunos de ellos.

Corominas, catedrático emérito de la Universidad Politécnica de Catalunya nos define aquello de lo que nos previene: “llamo artimañas (o en ocasiones, argucias), a los procedimientos creados para intentar que pase por verdadero o bueno lo que es falso o malo, sea por medio de una falacia o de un bulo”. Estas se encuentran en algunos medios de comunicación, redes sociales, entidades creadas ex profeso y dotadas de la financiación consiguiente, en voceros, francotiradores, oportunistas y almas crédulas carentes de capacidad crítica, ansiosas de protagonismo y, a veces, incapaces de ver quién saca provecho de sus aportaciones”.

Artimañas se apoya en las dudas metódicas de Mario Bunge para discernirlas, preguntas del tipo ¿qué significa?, ¿quién y cómo lo dice y se prueba?, ¿Cómo funciona y a quién beneficia?, ¿es cuantificable?...

A través de numerosos ejemplos y citas recorre las premisas falsas, las incongruencias, las medias verdades, cuestiona la falsa autoridad de quien afirma, el oscurecimiento por medio de la complicación o la simplificación, las generalizaciones, reiteración, omisión, aderezo o falsas noticias en profundidad.

Se trata de un ensayo del que es difícil hacer reseña pero no por su dificultad, sino por su necesidad de comprensión a través de su ejemplos y explicaciones, es de una gran erudición, concluye sin embargo:
“Lo más importante, lo estrictamente necesario para evitar que nos tomen el pelo (…) es la actitud que adoptemos ante las propuestas y las noticias: conocimientos, rigor, escepticismo, pensamiento crítico, y duda cartesiana son los antídotos insustituibles contra el engaño”.

Un ensayo notable, quizá otro título hubiera sido más aclarador sobre su contenido o al menos más atractivo.

Este es un tiempo para la desconfianza, en mi caso además para el pesimismo, no tanto por los “malvados” que nos engañan sino por la alianza de estos con los engañados en un momento de la historia anti ilustrado donde el saber técnico queda asociado a una élite que no se conforma con un conocimiento de consumo y bajo precio al alcance de un clic.

Encontrarán numerosos artículos y reseñas de temas relacionados en ÍNDICE DE EL POLEMISTA http://elpolemista.blogspot.com/2023/12/indice-completo-de-el-polemista.html



jueves, 13 de noviembre de 2025

La era del idiota; con un teléfono móvil se puede dominar el mundo. Nueva Derecha y conspiranoicos. Por Jorge Navarro Cañada.

No hay tonto que acepte la inteligencia que queda al margen de su dominio digital. Y lo que no se ve no se cree, por tanto, sólo es aceptable lo que aparece donde se da la razón a quien lo busca como respuesta a la duda. En realidad, es un círculo vicioso pero que además de funcionar descarta a todo lo que queda fuera de él. Así no hay ni ciencia, ni razonamiento, ni ilustración o tecnicismo que valga, lo que nos lleva a la Conspiración de todo lo que lo proyecta: ¡así nos hacemos conspiranoicos!

Y si todos mienten, especialmente las élites poderosas, aquel que tiene una explicación alternativa es superior como portador de la verdad y además es original y alternativo. ¿Qué idiota no quiere serlo?

La nueva Derecha ve en el wokismo esa conspiración, una amalgama de prejuicios y creencias asimiladas empíricamente que hacen de barrera contra la “verdad” que se esconde en la incertidumbre: no todo racismo, machismo, patriarcado, desigualdad, capitalismo, xenofobia, prejuicio en general… sería rechazable por definición ni calificable como tal, sino que estaría justificado en honor a la realidad. Para ejercer este ejercicio de respuesta es necesaria la Libertad “negativa”, la mínima regulación que deje hacer al individuo al margen de la norma regulada, la legalidad. La libre actuación del más fuerte es un derecho adquirido por el mérito, la productividad, el éxito, la riqueza…

Los liberales y la Izquierda denuncian la irrupción del malismo, todo exceso está justificado por aquellos que pretenden rebelarse contra el tecnicismo, la ciencia, la convivencia en sociedad reglada y organizada. Frente a ello, se reivindica la Libertad “positiva”, la colectiva codificada que asegura al ciudadano como elemento libre e igual actuar protegido y regulado por la Ley.

No hace mucho, defender y argumentar las posiciones de la Derecha "alternativa" que ahora resurge en forma de extrema Derecha o vapuleo de todo lo que suena a wokismo -ahora ya va tomando forma represiva con el nuevo fantasma: el antifa- era difícil, incluso vergonzoso, la llegada al poder a través de Donald Trump de estas posiciones las han hacho legítimas, incluso necesarias.

Así ya es fácil encontrar en las mesas de novedades de las librerías textos abiertamente conspiranoicos de toda temática compitiendo en igualdad con otros de naturaleza científica e ilustrada, pero donde estas teorías campan a sus anchas es en la redes sociales donde el idiota se informa, documenta, opina, pondera, condena, amenaza y agrede a todo aquel que responda al mal positivista o racional, el enemigo de todo conspiranoico y de la nueva estupidez digitalizada.

Definitivamente, son malos tiempos para los valores ilustrados, el humanismo y la cultura en general, es el tiempo del idiota armado con de su teléfono móvil.


Encontrarán numerosos artículos y reseñas de temas relacionados en ÍNDICE DE EL POLEMISTA http://elpolemista.blogspot.com/2023/12/indice-completo-de-el-polemista.html



Ilustración de Ricard Robre extraída de la colección ¡Vaya timo! de la Editorial Laetoli (encontrarán en este blog algunas reseñas de sus libros de carácter científico frente a supersticiones, conspiranoicos...

jueves, 6 de noviembre de 2025

Zohran Mamdani, un delirio simpático ¿Antídoto contra Trump o su enemigo ideal? ¿Reacción Demócrata? Por Jorge Navarro Cañada.

Un año después de la victoria de Donald Trump y en plena exhibición obscena de sus “poderes absolutos” la realidad electoral evidencia el descontento a sus políticas, la reacción Demócrata, y le da un serio aviso de cara a las elecciones de medio mandato.

Pero mientras el mundo, y especialmente el propio Donald Trump, pone el foco sobre la victoria de Zohran Mamdani en Nueva York, se daban los resultados que realmente preocupan a Trump por ser los que suponen una amenaza global en EEUU más allá de fenómenos concretos y llenos de particularidad como el neoyorkino.

En Virginia, Abigail Spanberger y en New Jersey, Mikie Sherrill, dos Demócratas de perfil pragmático adaptable a la realidad nacional del país, se proclamaban gobernadoras de sus respectivos Estados de forma muy holgada rompiendo dinámicas electorales que han sido clave en la victoria de Donald Trump en 2024. Mientras, en California, la iniciativa del gobernador Gavin Newsom de modificar el mapa electoral del Estado en respuesta a la manipulación de distritos republicana en Texas, obtuvo también una gran victoria. En Pensilvania, los tres demócratas candidatos al Supremo estatal ganaron sus comicios y mantienen la mayoría.

Semejante derrota el mandatario en la Casa Blanca decía al respecto que “el cierre de gobierno fue un gran factor negativo” y al fácil “yo no estaba en las papeletas”.

En realidad muchos norteamericanos estaban diciendo no a la degradación autoritaria que impone Trump, sus delirios proteccionistas que ya muestran un claro encarecimiento de la vida y abren el camino a la incertidumbre, las políticas discriminatorias con claro sesgo de gratuidad e ilegalidad… y una aprobación bajo mínimos de su mandato que según las encuestas no pasa del 37%. A pesar de ello, el Republicanismo se negaba a aceptar la derrota, sirva como ejemplo Mike Johnson, presidente de la Cámara de Representantes: “Lo que pasó anoche es que estados y ciudades demócratas votaron demócrata”. No es cierto, hay que insistir en que dinámicas de voto que habían sido clave en la victoria Republicana un año antes se estaban revirtiendo.

El fenómeno que más atención recibe de lo sucedido lo ha protagonizado Zohran Mamdani en Nueva York.

Juventud, novedad, frescura, originalidad, simpatía, alegría, ilusión, ruptura… como propuesta política lo tenía todo si conseguía vender un programa disparatado por irrealizable, no sólo en contexto, también en forma, por carecer de realismo no tiene ni viabilidad competencial, pero ciertamente es un revulsivo que si logra “aterrizar” y conformarse con lo posible aunque alejado de la propuesta inicial y el ideal, habrá sido mucho. En caso contrario las consecuencias serán justamente las opuestas a lo que persigue.

N.Y. es una ciudad Demócrata: Kamala Harris había obtenido más del 68% de los votos un año antes, y a pesar de ser una clara victoria lo era aun menos de lo habitual donde los candidatos Demócratas arrasan normalmente. Y sin embargo Mamdani obtenía más de un millón de votos, algo inédito desde 1969 en el que lo logró John Lindsay. Como la participación electoral, la más alta en medio siglo, fueron a votar 2,4 millones de neoyorkinos.

Originario de Uganda, socialista, musulmán, defensor de la Globalidad, de los inmigrantes, de las causas “justas”, amigo de las minorías, rapero (antes Young Cardamon, en su hit Kanda decía: “me gustas tanto que quiero comprarte un vaca”), propalestino (en una ciudad con una gran comunidad judía, desde Israel se le acusa de ser “candidato de Hamas”) , antidesahucios con experiencia activista en ello… es todo un ejemplo de aquello que puede odiar la Derecha antiglobalista, todo un ejemplo de aquello que engloban en la etiqueta “Woke”.

Con una jefa de campaña de 27 años casi toda ella ha girado en torno a 100.000 voluntarios y sus videos en redes sociales. Todo un ejemplo de la deriva antitecnicista y de negación de la información y la comunicación profesional, reglada y regulada, ha logrado llegar a todos los sectores de la sociedad a la que se dirigía. Toda una exhibición de la política espectáculo con una estética a medio camino entre el pop y la comedia televisiva adaptada al teléfono móvil donde los colores, la diversión y la ilusión ha calado en un electorado necesitado de ella para movilizarse en todo un gesto de resistencia al Sistema. Nada tan alternativo desde que la alt-Right hiciera lo propio con movimientos como MAGA desde el lado opuesto pero también sobrepasando las formas políticas tradicionales, tanto como para fagocitar al Partido Republicano. ¿Logrará esta Izquierda alternativa controlar el Partido Demócrata? Bernie Sanders, ¿habrá encontrado su candidato perfecto?

Quienes creen que lo sería son los Republicanos y Donald Trump; un modelo tan antagónico a la visión del mundo de la mayoría de los norteamericanos podría ser una garantía de victoria, de hecho en su comparecencia el Presidente se centraba en Mamdani e intentaba ignorar el resto de victorias Demócratas.

Mientras el neoyorkino prometía superar problemas como la vivienda, sanidad, transporte, educación… garantizándolas para todos desde el ayuntamiento de Nueva York, las candidatas vencedoras en Virginia o New Jersey hacían declaraciones del tipo “no se respeta a los electores si les hablamos solo con titulares y tampoco si les hacemos promesas imposibles (…) Está bien hablar de identidad y valores democráticos pero lo más importante es que hablemos de economía, del encarecimiento de la vida, de la inflación y de cómo mantener el poder adquisitivo”. Coinciden Spanberger y Sherrill respecto a las prioridades en vivienda, sanidad y demás servicios públicos: “no tengo una varita mágica". A estas declaraciones de Spanberger, la flamante vencedora en Virginia pide "No decir cosas raras porque somos profesionales de la política obligadas a comunicar con claridad y respeto”.

Ciertamente su perfil, 46 años y tres hijos, ex agente de la CIA, diputada electa en 2019 como en la cámara de representantes, o el de Mikie Sherrill, piloto de helicópteros y también un perfil profesional, son un problema para Donald Trump.

La democracia necesita estímulos, pero se nutre de pragmatismo y del arte de lo posible, no del artificio. La respuesta a la revolución Reaccionaria que estamos sufriendo tiene que hacerse desde la realidad y con personas capaces de llegar a toda la ciudadanía. Convencer desde aquello que se puede contrastar, sin ruido y con respeto y claridad implica a un programa político definible y contrastable con lo posible, en fondo y forma competencial, presupuestaria, cuantificable.

Estoy convencido que revertir esta oleada de Derecha autoritaria en casi todo el mundo requiere de una vuelta a la senda de la Democracia Liberal en los Estados Unidos de América, y eso sólo es posible a través de un Partido Demócrata asentado en la realidad y las posibilidades de los norteamericanos, no en la ficción de las redes sociales o el delirio deseable pero imposible.

Encontrarán numerosos artículos y reseñas de temas relacionados en ÍNDICE DE EL POLEMISTA http://elpolemista.blogspot.com/2023/12/indice-completo-de-el-polemista.html

Imagen: Nick Anderson Editorial Cartoons II: “Ass kicking