Traigo
este libro a El Polemista sin ningún ánimo concreto, de hecho, me encantaría
que quien lo crea preciso opine, pero sí con intención de poner encima de la
mesa el derecho a la exposición teórica desde principios científicos más allá
de ser compartidos. Y es que un blog para la difusión de libros que no tiene ningún
ánimo de lucro ni de beneficio personal alguno no puede dejar de sentir
incomodidad ante la persecución de ninguna obra, sea la anterior a esta, Nadie
nace en un cuerpo equivocado, que generó gran polémica y problemas, incluso
físicos, en su presentación y difusión.
No tengo una opinión definida al respecto de la Ley Trans
aunque si diversas objeciones, pero creo que de la experiencia se aprende y que
habrá tiempo -como ya se está haciendo en algunos países europeos- de pulir y
matizar las cosas, especialmente de concretar auténticos vacíos al respecto por
la improvisación y rapidez con la que se ha hecho. En ningún caso me atrevería
a cercenar el derecho de nadie y no es en absoluto el hacer reseña de este
libro nada más que una exposición que por alternativa y, quiero pensar, bien intencionada,
desde luego sí documentada y realizada con criterio, merece lectura.
Mamá,
soy Trans, Una guía para familias de adolescentes con conflictos de género
(E. Deusto) es un
texto contundente, no omite elementos que pueden ser considerados ideológicos,
“Puede que más adelante veas lo «imbécil» que eras — diría G. K. Chesterton—,
pero mientras estás en la adolescencia, y ésta hoy dura mucho tiempo, te crees
más sabio y woke que nadie. Lo cierto es que estás en el limbo: entre la
infancia y la vida adulta, adultescentes incluidos, sin enterarte mucho de lo
que ocurre. En este contexto, la disforia de género viene a ser hoy por hoy una
«salida» para muchos y muchas adolescentes, la epifanía de la nueva alma: un
sentimiento indiscutible que te pone en el centro del escenario, sin menoscabo
del sufrimiento que implica (…) La ideología queer es retrógrada, al
reintroducir los estereotipos sexuales, el dualismo alma/cuerpo y la medicalización
de la disforia de género. Así mismo, borra a las mujeres como los sujetos
políticos del feminismo. La ideología queer es opresora, al imponer la terapia
afirmativa, una neolengua abstrusa e impedir el debate bajo la acusación de
transfobia a todo el que discrepe de sus posturas.» «El transgenerismo queer se
ha impuesto socialmente como resultado de su abanderamiento de una nueva
justicia social demagógica, apoyada por una situación de ganancia mutua para la
derecha neoliberal y la izquierda identitaria.”
Los
autores, José Errasti, profesor titular en la Facultad de Psicología de la
Universidad de Oviedo, Marino Pérez Álvarez es psicólogo especialista en
Psicología Clínica (antes catedrático), y Nagore de Arquer, mujer «desistidora»
de un proceso de transición de género, plantean una diferenciación clara entre Transexualidad
y trasngenerismo, este ha sido el elemento principal del debate, el sexo lo
otorga la naturaleza, el género nos lo adjudicamos. Estos reconocen la primera
como un “trastorno” que aparece en la primera infancia, supone un rechazo
radical a la genitalidad propia y por una negativa tajante a asumir el propio sexo,
es un “problema” con una bajísima incidencia -en el orden de 1 por cada 2.000
nacimientos -y se llama desde mediados del siglo pasado transexualidad. Esto
excluye por completo a una chica o chico adolescente que declara haber
descubierto que en realidad es de un sexo diferente. Se trata de una cuestión
de género, no de sexo. Y los autores, insisten, están de parte de las personas
que sufren lo que ellos consideran un problema que se puede deber a diferentes
causas. No se escatima en este libro en ello, incluidos casos concretos, se tratan sin
miedo circunstancias que van desde el suicido a otros traumas, “Varias
investigaciones han encontrado entre los jóvenes que presentan disforia de
género una frecuencia especialmente alta de esos problemas que suelen agruparse
como “trastornos del espectro autista.” Las cifras no son unánimes, y van desde
un 20 hasta un 70 por ciento, pero en ambos casos están muy por encima de las
cifras que se encuentran entre la población estándar de referencia.”
Estaríamos
ante el “boom transgenerista” más común en chicas que en chicos una
desproporción de en torno al 80-20 por ciento. Esta mayor incidencia en chicas
se debería a las peculiaridades corporales de su adolescencia, la presión a la
que someten las redes a las mujeres o la irrupción del porno como agente de
educación sexual de chicos y chicas.” Como ven Mamá, soy Trans no elude posible
polémica alguna. “Para el adolescente atrapado en el movimiento trans, su
transición es mucho más que un cambio en alguno de sus atributos. Es toda una
transfiguración, una renovación existencial de la que retornar radiante. Es,
por encima de cualquier otra
cosa, el triunfo del yo, la victoria de la voluntad sobre la realidad, supone
ingresar en una comunidad de elegidos exclusiva y selecta.”
Los
autores consideran un verdadero atraso científico aplicar a los fenómenos
psicológicos la lógica del transgenerismo, aunque en ningún caso niegan el
derecho de todo adolescente a ser tratado, protegido y comprendido en
cualquiera de estas circunstancias, pero también defienden “su derecho a que el
Estado imponga ciertos límites a su explotación comercial por parte de la
industria farmacéutica y a que supervise con lupa cada caso en donde se vaya a
convertir a una persona sana en un paciente crónico o cuando se les pretenda
extirpar órganos
sanos.”
Hago
esta reseña el mismo día que Errasti añade en El Mundo (https://www.elmundo.es/papel/lideres/2023/04/11/64357cf3e4d4d8a7478b45d4.html): "Lo que
sucede en realidad es que nuestra sociedad, en los últimos 20 ó 30 años, está
sufriendo una desvalorización de la realidad y la verdad, en favor del
subjetivismo y el deseo. Está en todas partes: nunca dejes de soñar, el cielo
es el límite, que nadie diga que tus sueños no son posibles, búscalos porque en
algún sitio están... Cuando yo era joven, ese narcisismo adolescente acababa
chocando con la realidad, con los hechos, que eran una cosa dura. Hoy, cuando
el deseo choca con los hechos y la realidad, a los chicos se les dice algo muy
claro: que le den morcilla a los hechos y a la realidad. Y eso mismo dice la
doctrina 'queer': puedes ser lo que quieras. Pero la biología está ahí".
La
edición de Deusto incluye el correspondiente glosario siendo un manual en toda
regla.
Poco más se puede decir de un texto tan claro y preciso, de ahí que haya hecho uso de la cita para ello, y más allá de la posición que se tenga al respecto, tanto desde la puramente psicológica, sociológica, sexual, política… es un tema que se quiera o no genera problemas y discrepancias lógicas que no pueden ser abordadas desde la mala fe del discrepante en un sentido o en otro. Y desde luego sí tengo claro que el tiempo las va a matizar todas y que lo que hoy se tiene “claro” no se tenía antes ni se tendrá después.
El Polemista está abierto a toda opinión, en un blog de temas tan diversos, pueden encontrarlos en su índice general http://elpolemista.blogspot.com/2022/12/indice-de-el-polemista-hasta-2023.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario