Normalmente los contenidos de El Polemista acaban con una imagen que los ilustra; hoy comenzaré por ella. El motivo, que 2026 será una continuidad de 2025 en lo que a su dirección de orquesta se refiere, en el quién y el cómo hace de motor principal de sus acontecimientos, no sólo en lo geopolítico, también y por extensión -incluso peor, por imitación- los provoca en buena parte.
Una consecuencia de ello: la genial caricaturista
Ann Telnaes abandonaba The Washington Post en 2024 a causa de la censura
que provocó el advenimiento del Trumpismo. Se trasladó a Substack y este 2025 ha
ganado su segundo Pulitzer Prize for Illustrated Reporting and Commentary.
Trabajos como este, ilustran a la perfección
2025 y estarán igualmente vigentes por actuales en 2026.
Otras potencias importantes de ámbito
regional como la Unión Europea, Israel, las monarquías árabes, Turquía, Brasil,
Sudáfrica, Australia, Japón… inevitablemente tendrán que adaptar su política
Exterior a situaciones que en lo trascendental no dependerá de ellos.
Estados Unidos cumplirá el 250º aniversario de su Independencia en su coyuntura más
triste por estar poniendo en grave peligro su esencia democrática. Sometido por
un autócrata sin el menor rubor a la hora de demostrarlo está en manos de un
grupo de un compendio de “tecno-oligarcas”, integristas cristianos y “paleoderechistas”,
ultraderechistas y “neolibertarios” de corte modernista, corporaciones
armamentísticas… y sin fin de élites llamadas a socavar en lo posible la
primera democracia del mundo (ya menos). A nivel interno por medio del delirio
ejecutivo ajeno a cualquier consideración de respeto a los Derechos y
Libertades Civiles o Constitucionales, la persecución de minorías y el
amedrentamiento generalizado de toda oposición.
Tanto es así que en noviembre asistiremos a unas
elecciones Legislativas que se celebrarán con graves problemas y falta de
garantías de un lado, y del otro con un Ejecutivo que no se dará por enterado
en caso de perderlas.
En el plano Exterior EEUU mantendrá su política
arancelaria (coincidiendo con el retroceso del valor del Dólar y la pérdida en
parte de su papel de valor refugio) aunque ya está generando problemas a los
consumidores estadounidenses que sufren la tasa arancelaria media más alta en noventa
años (la media de lo que paga por aranceles en relación con el valor total de
sus importaciones). En este dato le siguen Canadá, México, Reino Unido y la Unión
Europea (con importantes diferencias entre sus miembros).
Este punto económico es importante, afectará
a las elecciones Legislativas, como el deterioro de los datos en materia
laboral y el aumento de la Deuda USA y sus derivadas, la necesidad de adaptar
las políticas fiscales al ciclo electoral en un irresponsable como Trump genera
dudas. Trascendente a buen seguro será la sucesión de Jerome Powell al frente de
la Reserva Federal en mayo.
Geopolítica como militarmente Donald Trump
mantendrá una posición destinada a sostener su visión del mundo basada en la
idea de “zonas de influencia” a pesar de las sorpresas que ello pueda deparar.
Si en el continente americano impondrá un régimen de control por la vía del Estado matón, en Europa sostendrá una doble estrategia: dejar que Rusia siga
hostigando y amenazando a sus democracias y al mismo tiempo obligando a los
europeos a financiarle por la vía de adquisición en Defensa y Seguridad. Todo
ello apoyando grupos y partidos políticos afines ideológicamente y con una
actitud de absoluto desprecio y falta de respeto incluso en su integridad
territorial como vemos en Groenlandia. El Ártico será uno de los actores
fundamentales en la geopolítica en los próximos años, este 2026 de forma
determinante.
Volviendo a América, son varios los ciclos
electorales (Brasil, Colombia, Perú…) u otros procesos políticos los que
podrían cambiar por completo la cara política del continente, van desde la solución
de la situación venezolana a la llegada al poder en Chile de José Antonio Kast.
¡Y el Mundial de Fútbol 2026 de EEUU, México y Canadá! Promete no sólo tensiones
deportivas.
El Cambio Climático y Donald Trump no se
llevan bien, pero habrá cierta tensión entre la hostilidad a las energías
renovables y los intentos por ajustarse a los límites en emisiones globales, un
tema que seguirá dando que hablar dada la contradicción entre la evidencia y la
actitud de los sectores más hostiles, fundamentalmente de la extrema Derecha y
el trumpismo.
En Oriente Medio los norteamericanos dejarán
que el nuevo orden establecido en 2025 con la destrucción del eje iraní siga su
curso, Israel continuará en su implantación del Gran Israel con el control de
la región en equilibrio con las monarquías árabes y otros aliados y quizá
asistamos a algún acontecimiento que vaya visualizando una relación que en los
próximos años será complicada: la Turquía neo Otomana (que este año puede
perder definitivamente su condición democrática acabando con la Oposición a
Erdogán) y los planes de Israel y EEUU para Siria pueden presentar
complicaciones.
África continuará con su crecimiento que en
principio tendría margen para los próximos años, pero el riesgo de competición
por sus recursos puede agravarse ahora que EEUU aumenta su inversión y las
probabilidades de choques indirectos con China y Rusia fundamentalmente, el
retroceso europeo en el continente seguirá de forma irreversible. Los chinos
seguirán implantando políticas de acercamiento y acuerdos con el Sur Global
como marca distintiva en las relaciones internacionales. Guerras como la de Sudán
o tensiones crónicas como las del Sahel no remitirán y seguirán dando malas noticias.
China es indiscutiblemente el otro gran actor,
de lo que llevamos de siglo XXI, del presente y del inmediato futuro. Y lo será
a todos los niveles a pesar de sus problemas demográficos, su punto débil, sus
capacidades económicas, comerciales y productivas son similares o superiores a
las de EEUU (la mitad de las manufacturas de 2025 son chinas), hoy es uno de
los tres primeros socios de potencias económicas como la Unión Europea cuando a
principio de siglo no lo era ni se le esperaba a niveles parecidos. No es un
dato menor que en popularidad y simpatía ha superado en la gran parte del mundo
a los norteamericanos.
Energéticamente produce el doble de energía solar y eólica que el resto del mundo, en investigación científica, incluida Inteligencia Artificial o robótica ha superado ya a los países Occidentales.
Militarmente cuenta con la mayor flota del
mundo, su crecimiento en armamento nuclear es tan imparable como su producción
tecnológica al respecto.
En el plano editorial el lanzamiento de Breakneck
de Dan Wang ha sido sin duda un acontecimiento en 2025, se extenderá en 2026 (esperemos
su aparición en España). Es un reflejo demoledor y aplastante sobre el peso del
gigante asiático.
Aun así al problema demográfico se suma que China
no saldrá en 2026 de su coyuntura deflacionaria y de desaceleración en su crecimiento,
sin duda en el plano económico a su pugna global con los norteamericanos se
suman las concretas y estratégicas como son los posibles acuerdos en materias
como los semiconductores o la soja.
En materia geoestratégica las tensiones
internacionales del gobierno de Xi Jinping con vecinos como Japón y su deriva
militarista irán en aumento, como la solución a Taiwán que no debería precipitarse
pero no es descartable.
¿Cómo afectaría un pinchazo de la burbuja de
la Inteligencia Artificial? Aunque es evidente que en EEUU – no sólo- la
inversión en ella oculta otros problemas que podrían estar bajo la alfombra este riesgo es sin duda, una de las mayores preocupaciones para la economía global
en 2026.
Europa
no va a tener un buen año, ni política, ni económicamente, tampoco socialmente.
Mientras
se rearma a marchas forzadas con las imposiciones de Trump buscando formas de
financiarlo, vive en el límite con Rusia padeciendo la intervención de esta a través
de la guerra híbrida y la guerra de Ucrania que no se resolverá tampoco en 2026 (de llegar la paz lo hará con trampa),
todos los problemas globales que van desde la Deuda desbocada, el Cambio
Climático o el riesgo de estallido financiero se sumaran al ascenso de enemigos
internos como la extrema Derecha. El calendario electoral comienza con las presidenciales
portuguesas este enero (el no llegar a la segunda vuelta del ultra André
Ventura podría ser el principio del desinflado de Chega!). Pero a buen seguro
habrá sorpresas electorales y políticas de alcance. ¿Francia?
En
situación diferente a priori, al menos económicamente vistas las favorables previsiones
económicas está España. Sin embargo, su dependencia del contexto internacional
es obvia, en ello está su mayor debilidad.
La
situación española tiene en el marco político otra incógnita sumada en un ciclo
electoral que amenaza con prolongarse todo 2026 y 2027 con lo paralizante que
ello puede llegar a ser, incluida la imposibilidad de aprobar presupuestos un
año más o de planificar elementos clave, también en política Exterior, con ello cuestiones tan
importantes como resolver el desencuentro con EEUU y sus aliados de la OTAN en
materia de gasto en Defensa.
Tampoco
la polarización, que al igual que en el resto de Occidente resulta un gravísimo
problema para la convivencia mejorará, aunque cuestiones aparentemente menores
como el fútbol, este año no lo será para los españoles y su papel en el
Mundial.
En El Polemista, que este 2026 cumplirá 15 años, encontrarán todos estos temas puntualmente tratados como hasta ahora.
ÍNDICE
DE EL POLEMISTA: http://elpolemista.blogspot.com/2023/12/indice-completo-de-el-polemista.html


No hay comentarios:
Publicar un comentario