Es tan volátil la situación que hacer una perspectiva de un año completo donde ya hemos visto recientemente como pandemias, guerras, catástrofes naturales… pueden cambiarlo todo, es un ejercicio de riesgo.
Inevitable y desgraciadamente hay que empezar por Rusia y
Ucrania: Vladimir Putin podría estar asumiendo el conflicto como una partida a
largo plazo, de momento cree tener tiempo aunque el deterioro de la economía
rusa se suma al fracaso de su idea de “rendición” Occidental ante los costes de
la guerra, especialmente los energéticos, en este punto ha conseguido que la
cuestión sea central en la geopolítica europea, pero puede tener consecuencias
para Rusia más allá de lo económico. Y es que las tiene también en lo que el
autócrata ruso considera su “patio trasero”. Pongo un ejemplo, Azerbaiyán rompe
sus lazos con Irán y Rusia para sustituirlos por Israel que a cambio de gas le
dota de material militar con el que ha ganado su guerra con Armenia, pero en la
operación también estaría Turquía en un contexto en el que Bakú piensa
conectarse energéticamente con Occidente en detrimento ruso. Y no es baladí,
Turquía lo deja claro, "Estamos decididos a garantizar que Turquía sea el
centro energético del mar Caspio, Mediterráneo y Oriente Medio", después de
anunciar yacimientos de gas en el Mar Negro. Así, a la pérdida de influencia
del Kremlin en Asia Central se suma la que padece en el Cáucaso y Balcanes. Si
para Putin las entradas en la OTAN primero y en la UE en camino (este año
avanzarán las negociaciones con Macedonia y Albania) de todo lo que fue el
espacio de influencia soviético es parte de la “agresión” que ha obligado a
Rusia a intervenir para frenar su aislamiento por “no tener otra salida”. En la
mente del líder ruso, que ve a Rusia acorralada en todas sus posibles vías de
expansión, se debe tener en cuenta las consecuencias de este concepto
determinista de la política internacional donde mandan los mapas: esta idea de
fronteras hostiles la tienen también China o Turquía y una victoria de Putin
puede dar una idea a estos de la vía violenta para solucionarlo. Volveré a ello
con Taiwán, buen ejemplo de ello, es frustrante ver la dificultad que está
teniendo hacer comprender por su coste que Volodímir Zelenski tiene razón
cuando advierte que esta guerra no es la de Ucrania o Moldavia como la siguiente,
es la de todo Occidente. En cuanto a la guerra, parece probable que baje de
intensidad en lo que queda de invierno y se recrudezca en primavera, pero es
obvio que las necesidades de aumento de gasto militar y la ayuda occidental
tendrá un enorme peso en las decisiones de los contendientes.
Doy un salto, por ser un factor determinante en la Sociedad Internacional de las próximas décadas, a China. Y es que estamos ante un fenómeno de compleja explicación, porque la trascendencia del mandato de Xi Jinping se debe entender por el cambio de régimen que implica: se acabó la China de la supervivencia y ensimismamiento, no solo hacia fuera que ya comenzó en mandatos anteriores, sino en lo interior; ya no es, o pretende no serlo, el país de las redes clientelares y corrupción generalizada en apaño permanente, el nuevo líder chino plantea un objetivo imperial hacia fuera y un PCCh que deja de ser un organismo resistente en toda China para ser un objeto de poder de Pekín, tanto como lo fue en los tan diferentes años a estos de Mao Tse Tung. Y es que si Xi en 2018 anuló los límites constitucionales de los mandatos presidenciales ahora entra en una etapa que ya se presenta con problemas y retos inesperados: la quiebra total de la Deuda Exterior adquirida de forma masiva en todo el mundo desde Pekín y las consecuencias del Covid en un 2023 que asegura convertirse en una pesadilla para China que deja a la vista ante el mundo debilidades importantes. Y claro, volvemos a los mapas, si los planes de Jinping de colocar a su país como primera y hegemónica potencia mundial pasan por su expansión lo primero que debe hacer es someter a su entorno y ello parece difícil cuando hasta India toma medidas preventivas contra su vecino, nada comparables con las de las potencias del Indo-Pacífico, pero aun así la invasión a Taiwán debería posponerse para años posteriores, China ya ha visto el riesgo de encontrarse con “una Ucrania” en puertas. En este contexto Tailandia, Myanmar, Bangladés o Pakistán, se enfrentan a elecciones y a la crisis de deuda antes citada que prometen tensiones sociales y políticas importantes. Y por supuesto, un elemento de posible desestabilización es Corea del Norte, su permanente provocación podría generar imprevistos en una Corea del Sur cada vez más impaciente ante ello y un Japón que se dispone a cambiar su constitución y armarse debidamente, también en la región oceánica Indonesia y Australia con Nueva Zelanda tendrán su desarrollo, la primera haciendo equilibrios entre EEUU y China, la segunda asegurándose estrategias defensivas respecto a China, aunque sean a medio plazo.
Y todo ello afecta al resto del mundo, Oriente Medio ha
cambiado respecto a las monarquías del Golfo su política abiertamente pro
Occidental por la búsqueda de equilibrios, principalmente entre China y EEUU,
pero también con Rusia, Israel y Turquía. Si Netanyahu se dispone a dar por
concluida toda posibilidad de acuerdo nuclear con los ayatolás, estos van a ver
un probable cambio de equilibrios internos, si dentro de la República Islámica
del Irán el sistema garantizaba la preminencia del poder religioso sobre el
político, esto podría cambiar. Respecto a Turquía, de enorme trascendencia las
elecciones de este 2023, una derrota de Recep Tayyip Erdoğan cambiaría mucho el
panorama.
Y no es tranquila tampoco la situación de África, la
quiebra de la Deuda y la inflación veremos si recae en popularidad sobre China,
Occidente o Rusia, esta última podría cambiar su ritmo de influencia en varias
regiones del continente para peor, el hambre y las tensiones sociales son una
importante amenaza igual que el panorama electoral, son diez los procesos
electorales previstos incluidos los de Nigeria, primera potencia africana, pero
de alto riego las de RDC, Zimbabue, Liberia… Otras situaciones cuando menos
“anormales” como la presencia militar en países alejados de la diminuta Ruanda
pueden dar que hablar. El Magreb no nos dejará indiferentes, la guerra Libia
debe evolucionar hacia un escenario electoral o hacia el reinicio de la guerra,
países como Marruecos seguirán en su competencia con Argelia aunque la
prioridad ahora para Mohamed VI pasa por terminar la primera fase del Gran
Marruecos con el control del Sahara. En próximos años se planteará ampliarlo a
Ceuta y Melilla primero y Canarias después, aunque esto es de momento ciencia
ficción en un país que volviendo a los mapas es periférico y tiene problemas de
posible expansión. No dejemos de lado a Egipto, aparentemente va bien, pero sus
datos económicos son desastrosos y el régimen podría buscar un enemigo
Exterior. ¿Volver a la idea de intervenir en Libia si los acontecimientos lo
permitieran? No deja de ser Turquía un “enemigo íntimo” aunque claramente
superior en lo militar, quizá no tanto en África.
Como lo es Grecia, amenazada por los turcos casi a diario
en un entorno de conflictos en el Egeo y en los Balcanes. Cuidado con las
tensiones entre Serbia y Kósovo, a Putin este conflicto le interesa mucho y los
serbios no dejan de ser aliados que también se sienten “ahogados” por la OTAN.
Y si en Grecia habrá elecciones, también las habrá en Reino Unido que se
asegura otro año desastroso que amenaza su propia existencia y camina hacia la
ruina y España, que votará a final de año tras haberlo hecho en elecciones
Autonómicas y Municipales en mayo tomando la Presidencia Europea en verano y
quizá, y si los planes de Pedro Sánchez cambiando los debates políticos y
judiciales de España por los económicos pudiendo así mostrar músculo como otros
países del Sur muy beneficiados por el turismo, aunque en la Italia de Meloni veremos
si en otro orden de cosas, continúa con su política Exterior más cercana a EEUU
que a la UE como Polonia, o como Hungría a Rusia. De nuevo lo energético será
decisivo en la fractura entre Francia y Alemania, esta última en una deriva
dudosa incluso poniendo, como otros países europeos, sectores estratégicos
peligrosamente en manos de China. Ello cuando EEUU si bien en lo Exterior ha
superado el “American First” de Donald Trump por el “golpe en la mesa” de
potencia mundial, en lo económico camina a un proteccionismo que chocará con
los planes europeos. Otros temas como la corrupción y los lobbies en la UE,
podrían dar noticias.
EEUU no va tampoco a estar “dormido”; las tensiones entre
Demócratas y Republicanos serán de alto voltaje, especialmente en temas como la
inmigración, ello en medio de la disputa de los Republicanos, veremos sin Donald
Trump puede presentarse, si lo hace, qué rivales tiene, si solo fuera Ron
DeSantis lo tendría difícil, pero cuantos más candidatos lo hicieran sus
posibilidades serían mayores. No hay que perder de vista a un extraordinario
candidato como Mike Pence que aportaría aparente sensatez a una apuesta de alto
riesgo para el mundo, sigue siendo una incógnita si Joe Biden repetiría. La
cuestión tecnológica irá tomando más relevancia a medida que la competencia con
China se recrudezca.
Y termino con América Latina en un momento de su historia
en el que vuelve a ser periférica sumiéndose en populismos de la mano de la
pobreza, y otra vez del desastre de la Deuda Externa, revalorización del dólar
y la inflación. Si hemos visto un giro sorprendente -en algunos casos
delirante- a la extrema izquierda, podremos ver algo opuesto pero similar en lo
cualitativo por la derecha. El estado económico de la región es calamitoso,
ello va a generar si cabe flujos migratorios mayores, la deriva del Brasil de
Lula o Argentina donde hay elecciones son una incógnita, las dudas
constituyentes de Chile y la solución de Perú después del Golpe de Castillo
también, probablemente a un proceso electoral de alto riesgo.
Ojalá me equivoque, pero vamos a un mundo peor, 2023 no va a solucionar conflictos olvidados como los de Etiopía y otros en África, Afganistán, Tibet o uigures en China, Rohingya en Birmania… y los que están en primer plano tenderán a agravarse en una transición a los próximos años de riesgo confirmando que aquellos que defendían un mundo en el que la tecnología garantizaba el final de las guerras se equivocaban, hoy la lucha por las materias primas garantiza lo contrario.
Muchos de estos temas han sido tratados en profundidad en EL POLEMISTA, pueden ver índice completo en http://elpolemista.blogspot.com/2022/12/indice-de-el-polemista-hasta-2023.html#:~:text=http%3A//elpolemista.blogspot.com/2022/12/indice%2Dde%2Del%2Dpolemista%2Dhasta%2D2023.html
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