No creo que sea completamente inútil para contribuir a la solución de los problemas políticos distanciarse de ellos algunos momentos, situándolos en una perspectiva histórica. En esta virtual lejanía parecen los hechos esclarecerse por sí mismos y adoptar espontáneamente la postura en que mejor se revela su profunda realidad.
JOSÉ ORTEGA Y GASSET

lunes, 21 de febrero de 2011

La España de los otros españoles de Carles Bonet y el encaje de Cataluña en España.

La España de los otros españoles (Ed. Planeta) es definido por su autor como “la historia de una memoria histórica”. Y probablemente la definición se ajusta bastante bien en cuanto a que el dirigente y hasta hace muy poco Senador por Esquerra Republicana de Catalunya, Carles Bonet, hace un ejercicio de reivindicación de su visión de la relación entre España y Cataluña. La obra gira en torno a la premisa de que los catalanes desde su especificidad priman la idea de libertad a la de unidad y divide la relación entre estos y los españoles en tres etapas históricas: Una primera que denomina Pactismo, donde a través de la figura de Fernando el Católico narra la unión aragonesa-castellana en clave del pacto y constitucionalismo de los primeros frente a la pujanza y política imperial de los segundos que intentarán homogeneizar el reino resultante hasta donde les será posible provocando los primeros problemas (Germanías, Antonio Pérez, Guerra dels Segadors, Guerra de Secesión…).
El segundo periodo llamado Intervencionismo se centra en Antonio de Capmany, Prim, y Pi y Margall. Los políticos catalanes participan sin reservas en la creación de la nacionalidad española que supere el antiguo régimen pero el absolutismo fernandino lo impide abriendo una asincronía evolutiva entre Cataluña y el resto del Estado que deriva en la diferenciación de los intereses de ambos, a lo que los catalanes responderán con federalismo y proteccionismo frente al agrarismo y librecambismo español. Los cambios que tanto Prim como Pi y Margall introducen en España desde sus respectivas presidencias se perderán con la entrada de Pavía en el Parlamento en 1874.
Y el último tiempo en esta tortuosa para el autor relación será la del Catalanismo como consecuencia del naufragio federalista: Francesc Cambó y Lluís Companys fracasarán en el intento de “catalanizar” España porque el primero es incapaz de armonizar el catalanismo desde posiciones conservadoras y el segundo al ver como el final de la República acaba con su visión social del mismo.
Posteriormente analizará la recuperación de la Generalitat por Tarradellas, el consecuente reconocimiento de esta por los españoles, y el apoderamiento que el nacionalismo español ha hecho de la Constitución primando la España única sobre la plural.
Nunca sabremos como hubiera sido este libro si el autor no tuviera un compromiso político tan concreto, pero lo cierto es que La España de los otros españoles se enmarca en ese habitual doble discurso que todo nacionalismo utiliza cuando el mensaje va dirigido hacia “los propios” o a “los ajenos”. En este caso es claramente el segundo, (no en vano la obra está escrita en castellano y no hay edición en catalán) porque la conclusión de este libro es integradora y amistosa, mucho más cercana de lo que el autor admitiría a Francesc Cambó que a cualquiera de los actuales dirigentes de la Esquerra Republicana a la que él pertenece, salvo por los aspectos sociales de su tesis. En este sentido hay que reconocerle a Carles Bonet el mérito de haber sabido compaginar una visión de la Historia desde la izquierda basada en la lucha de clases (bastante suavizada) con otra nacionalista que interpreta que todo pueblo está destinado a crear su propio Estado. Ambas son contradictorias, pero en este caso las contradicciones se disuelven en una obra mucho más destinada a justificar su conclusión que a realizar un ejercicio de análisis histórico (ver en este mismo blog http://elpolemista.blogspot.com/2011/01/la-nacion-inventada-de-arsenio-y.html).
Es sin duda este el aspecto negativo de la obra. El autor confunde a España con el nacionalismo español y la génesis de este, (que él fecha en 1714 con la victoria borbónica en la Guerra de Secesión), y la ideología económica del mismo con la política. El nacionalismo español es mucho más complejo que una simple respuesta a los nacionalismos periféricos y se siente mucho más identificado con el Concilio de Toledo que con el 11 de septiembre de 1714. Otra cosa es su visión económica que tan magistralmente describe Germá Bel en su España, capital París (http://elpolemista.blogspot.com/2011/01/espana-capital-paris-de-germa-bel-y-el.html). También confunde Cataluña con el catalanismo, como si la identidad de la primera solo se explicara desde el segundo y no al revés. Para sostener este punto de vista llega a recorrer el XIX pasando “de puntillas” por los antecedentes carlistas de la ideología sin los cuales el recorrido histórico de la misma queda incompleto y claramente sesgado. En este sentido supongo que pesa la afirmación partidista de una Cataluña progresista y moderna frente a la España centralista, agraria y militarista.
La llegada del XX en La España de los otros españoles tampoco deja indiferente al lector. La comparación entre Cambó y Companys resulta realmente interesante (el autor ya había defendido al malogrado President de manera brillante frente a Carlos Rojas en la colección Cara o Cruz editada en ediciones B) aunque la conclusión resulte un tanto simple: “Y aunque Cambó ha pasado a la historia con mejor fama que Companys, este consiguió el Estatuto y aquel  solo la Mancomunitat”.
Hablando del Estatut de Nuria en este libro se repite un habitual (en determinado nacionalismo) “ajuste de cuentas” con Ortega y Gasset al que Bonet llega a calificar como mesetario en sus palabras. Sin duda ahora que la editorial Taurus ha completado la obra completa del filósofo madrileño el autor tiene una extraordinaria oportunidad para comprobar que aunque determinadas frases sacadas de contexto puedan llevar a equívoco el ideal para España de Don José se encuentra en Europa y no en Castilla.
Las conclusiones a las que se llegan de las últimas décadas de nuestra historia común en el libro sorprenden si se toma en cuenta la presencia activa y decisiva del catalanismo en la política española hasta el punto de haber sostenido en el poder a gobiernos de distintos signos. Apelar a una supuesta exclusión de lo catalán en la política del país es simplemente insostenible por mucho que esta siempre sea susceptible de mejorar o valorar en función de los intereses desde los que se juzgue. No es tampoco original la negación del asunto competencial autonómico en lo denominado como “café para todos”. Ni Bonet, ni Pujol o Artur Mas en su negación del derecho a la igualdad autonómica aportan algo diferente a lo que Prat de la Riba magistralmente definiera como países vivos (los que mantienen elementos “vivos” como la lengua)  de los muertos para referirse a las diferentes regiones que componen España.
Pero es justamente la creencia en la premisa orteguiana de que toda realidad solo es abarcable desde diferentes puntos de vista donde reside lo aconsejable de La España de los otros españoles. No solo porque es un sanísimo ejercicio de empatía histórica y de disfrute de la historia de nuestro país desde un punto de vista completamente diferente al que hemos recibido en nuestra formación, sino porque además es una obra amena, a veces divertida incluso en momentos brillante que permite comprender que palabras como las que Cambó dirigiera en las Cortes republicanas son hoy más necesarias que nunca para unos y otros:
“Lo que nosotros queremos en definitiva es que todo español se acostumbre a dejar de considerar lo catalán como hostil; que lo considere auténticamente español; que ya de una vez para siempre se sepa y se acepte que la manera que tenemos nosotros de ser españoles es conservándonos catalanes, que no nos desespañolizamos un ápice manteniéndonos muy catalanes; que la garantía de ser muy españoles está en ser muy catalanes. Y por lo tanto, debe acostumbrarse la gente a considerar este fenómeno del catalanismo no como un fenómeno antiespañol sino como un fenómeno españolísimo.”

12 comentarios:

  1. Me ha gustado la recensión del libro de Carles Bonet, y también la cita que la encabeza. Gracias.

    ResponderEliminar
  2. Bueno, es difícil comentar la entrada en el blog si no se ha leido el libro, asi que esa tarea la dejo para cuando tenga la ocasión de leerlo. Pero me atrevo a comentar sobre el último párrafo en el que el autor se refiere a la exclusión de lo catalán en la política del país. Pues resulta que el partido del cual era senador el autor sustentó al gobierno tras las elecciones de 2004 contribuyendo por ejemplo a la aprobación de la modificación del código civil para permitir matrimonios entre personas del mismo sexo, o a la aprobación de la primera ley del tabaco, a la llegada de la Televisión Digital Terrestre o a la agilización del divorcio. Sin duda lo anterior forma parte hoy de una España, no de unos, ni de otros, sino de todos los españoles".
    saludos
    P/P

    ResponderEliminar
  3. CARLES BONET COMENTA:

    Muchas gracias, Sr Navarro. Efectivamente, he encontrado muy interesantes sus comentarios. Intencionadamente he tratado de que mi condición de militante de ERC no interfiriera demasiado en una obra que deseaba establecer el concepto de España que han tenido los principales políticos catalanes de proyección española. He tratado, pues, de ser "solo el pianista".

    Cordialmente

    carles bonet

    ResponderEliminar
  4. He leído el libro y me ha parecido un trabajo formidable. De hecho, pienso que es un libro para releerlo tomando notas y apuntes. Tal vez demasiado denso en lo que se refiere durante las épocas de Prim y Pi i Maragall, y todo lo que son las sesiones parlamentarias desde el desastre de Anual hasta la caída de Alfonso XIII.

    Pero en general es un trabajo formidable para entender el encaje de Catalunya dentro de España, lo que es ahora y lo que debería ser.

    Hay cosas que me han gustado mucho: el autor deja clara la realidad de lo que era la Corona de Aragón dentro de la estructura del Estado, qué fue la Primera República -al fin y al cabo, nuestra Revolución Francesa- y el catalanismo político de primeros del Siglo XX. Incluso llegué a tomar algunas notas de cuándo la derecha y la izquierda catalana fueron cogidas de la mano en las reivindicaciones catalanas (sólo unas pocas veces antes de 1936).

    He visto también como la historia es cíclica en algunos asuntos y que hechos que sucedieron durante la I o la II república se han reproducido en nuestro tiempo.

    En lo que sería un debate historiográfico, he notado la balanza un poco desequilibrada en la figura de Companys: en lo que se refiere el armamento del pueblo durante la sublevación del 36. También he hechado de menos referencias al conflicto religioso en Catalunya (y no soy católico).

    Por último, hay un detalle que también me hubiera gustado que el autor se hubiera extendido un poco más: la negociación del estatuto de 1977 y el famoso consejo de los nueve. El por qué Catalunya rehusó (si es que realmente fue así) a las llaves de la caja.

    En cualquier caso, es un muy buen trabajo recomendable a las personas interesadas en el tema del catalanismo político.

    Marc.

    ResponderEliminar
  5. EL POLEMISTA:Catalunya, España de Ruiz Domenech:http://elpolemista.blogspot.com/2011/04/catalunya-espana-encuentros-y.html

    ResponderEliminar
  6. También en El Polemista: Residuals o indepndents de Jordi Pujol: http://elpolemista.blogspot.com/2011/09/residuals-o-independents-de-jordi-pujol_08.html

    ResponderEliminar
  7. También en EL POLEMISTA:
    La Catalunya Soviètica de Ramon Breu y la fascinación revolucionaria de 1917:
    http://elpolemista.blogspot.com/2011/12/la-catalunya-sovietica-de-ramon-breu-y_1054.html

    ResponderEliminar
  8. También en EL POLEMISTA:
    Cataluña ante España de Albert Balcells, y la necesidad de diálogo entre Cataluña y el resto de España: http://www.elpolemista.blogspot.com/2012/02/cataluna-ante-espana-de-albert-balcells.html

    ResponderEliminar
  9. He leído el libro y me ha gustado bastante, solo he echado la visión de algún político aragonés mas, como Joaquín Costa, que hubiera aportado una visión mas amplia de la visión de España desde los territorios de la Corona de Aragón, en general me ha parecido un libro muy interesante.

    Sobre los comentarios del blogero, la idea que yo me he llevado del libro, no es que el nacionalismo español es una reacción a los nacionalismos periféricos, como dices en los comentarios sobre los hechos de 1714, si no que es al contrario, que los nacionalismos periféricos son una reacción al nacionalismo castellano.

    ResponderEliminar
  10. TAMBIÉN EN EL POLEMISTA:

    Anatomía de un desencuentro o Anatomia d’un desengany de Germà Bel, y los números de Artur Mas.

    http://elpolemista.blogspot.com.es/2013/11/anatomia-de-un-desencuentro-o-anatomia.html

    ResponderEliminar
  11. También en EL POLEMISTA:
    ¿Cataluña en la encrucijada? No lo creo. Por Jorge Navarro Cañada.
    http://elpolemista.blogspot.com.es/2015/09/cataluna-en-la-encrucijada-no-lo-creo_1.html

    ResponderEliminar
  12. También en El Polemista ante el 1-O
    España contra Cataluña: la falacia del nacionalismo catalán, de Jorge Navarro Cañada:
    http://elpolemista.blogspot.com.es/2017/09/espana-contra-cataluna-la-falacia-del.html

    ResponderEliminar