No creo que sea completamente inútil para contribuir a la solución de los problemas políticos distanciarse de ellos algunos momentos, situándolos en una perspectiva histórica. En esta virtual lejanía parecen los hechos esclarecerse por sí mismos y adoptar espontáneamente la postura en que mejor se revela su profunda realidad.
JOSÉ ORTEGA Y GASSET

martes, 15 de octubre de 2024

Turquía, Siria, Israel; Erdogan, entre la visión otomana del mundo y el problema interno, por Jorge Navarro Cañada.

“Es necesario que Rusia, Irán y Siria tomen medidas más efectivas contra esa situación, que representa la mayor amenaza a la integridad territorial de Siria. (…) Por lo tanto, dados los esfuerzos de Israel por extender la guerra a toda la región, por un lado, y las actividades divisivas y destructivas de las organizaciones terroristas, debemos salvar la región con solidaridad”.

Erdogan mantiene una distancia prudente ante lo que viene tras la invasión israelí de Líbano, pero es plenamente consciente de lo que se juega de forma inminente; un cambio de orden en la región que le afecta a todos los niveles geopolíticos y militares, una variación sustancial de su papel en la producción y venta de gas si los planes de Netanyahu salen adelante, y el agravamiento de la crisis migratoria desde Siria que ya comienza a ser muy preocupante en Turquía.

Erdogan tras ocupar militarmente zonas de Siria, condenar al régimen al que definía como “terrorista” a su desaparición, intuye el cambio de alianzas y llama al antes innombrable Bashar Al-Assad al diálogo y a la negociación. Y es que al autócrata turco no se le pasa por alto que su posición equidistante le permite ser un miembro de la OTAN especialmente bien situado, mantiene la tercera vía en la guerra de Ucrania, y se dispone a situarse como actor secundario con momentos de protagonismo en la de Israel contra el “Eje de la Resistencia” iraní.

“Creemos que es beneficioso abrir los puños cerrados. Queremos que las disputas se resuelvan mediante el diálogo mutuo en la mesa de negociaciones”. "Ya hemos manifestado nuestra disposición de reunirnos con Bashar Asad para normalizar las relaciones entre Turquía y Siria. Estamos esperando una respuesta de la parte siria (…) Creo que con esta reunión se iniciará una nueva etapa en las relaciones entre ambos países”. Claro está, de momento Al-Assad exige la retirada de tropas turcas de su territorio para empezar a hablar. Pero ambos saben que están condenados a entenderse, Turquía puede dotar a Siria de un soporte sólido si Rusia participa de él, y los sirios pueden contribuir seriamente en paliar la crisis migratoria que sufre Turquía y que empieza a inquietar a nivel interno a Erdogan.

Antes de nada, ya en El Polemista, todavía en 2023, advertí en Hezbolá y la frontera Líbano-Israel, mucho más que seguridad: https://elpolemista.blogspot.com/2023/12/hezbola-y-la-frontera-libano-israel.html

“En 2022 Israel anunciaba el acuerdo con Líbano para la delimitación de la línea de explotación de los yacimientos de gas en el Mediterráneo. Aquel acuerdo fue costoso en tiempo, Hezbolá acabó aceptándolo con dudas de cumplimiento israelí pero anunció que lo respetaría, no así Netanyahu todavía en la Oposición pero esperando, como así sería, gobernar pronto. Dijo, “es una rendición histórica” (…) Hasta el hallazgo a partir de 2010 de gas en aguas de Israel, Chipre, Líbano y Egipto, la línea marítima no era causa de disputa. Israel con ello sumaba a su explotación de gas, tiene reservas operativas en los macroyacimientos de Tamar y Leviatán, y gasoductos en funcionamiento hacia Jordania y Egipto. Y es importante para la Unión Europea por una alternativa al gas ruso (la UE impulsa un proyecto de gasoducto para conectar —a través de Chipre, Grecia e Italia— los yacimientos marítimos del Mediterráneo Oriental).” También en su día en este blog se trató en profundidad la guerra de Siria (ver índice).

Con más de 3,5 millones de refugiados (e indocumentados) sirios en Turquía, Erdogan comienza a tener una preocupación por la presión que empieza a surgir de su rechazo en la sociedad turca. Las críticas paradójicamente coinciden con las que algunos sectores denuncian en los países europeos de los migrantes musulmanes: “No se integran y viven en guetos”. Cabe decir que las diferencias culturales e históricas, también de interpretación del Islam son notables entre los dos pueblos. Y comienza a haber disturbios al respecto a pesar que al igual que los inmigrantes en Europa ocupan los puestos de trabajo peor remunerados y con menos derechos, se suma a ello el temor de la sociedad turca a mitos como el “reemplazo”, las tasas de natalidad (y envejecimiento de la población) son preocupantes mientras que las de los sirios son muy altas. Es un fenómeno muy similar aunque ciertamente el líder turco representa la visión nacionalista de Turquía, incluso la imperial con vocación otomana.

No olvidemos que Turquía firmó en 2016 con la Unión Europea por el que Ankara se comprometía a devolver a los migrantes que cruzaran a Europa y parte de ello lo utiliza el de facto mayor opositor a Erdogan, el alcalde de Estambul, Ekrem Imamoglu que denuncia como insostenible la situación que generan los más de 2,5 millones de sirios en la ciudad.

A partir de aquí de hace lógica la necesidad turca de alcanzar acuerdos con Siria, entre otras cosas porque Rusia comienza a dejar patente su inquietud ante el avance israelí, también se juega mucho en todos los elementos citados -en realidad son muchos más porque Israel también aspira a ganar influencia en espacios antes “reservados” a rusos y turcos, y porque se perfila un cambio de escenario de una extraordinaria importancia, tanto si Netanyahu lograra sus objetivos, que pasan por alcanzar ya indisimuladamente el “Gran Israel”, como de neutralizar definitivamente al enemigo iraní para el que no lo olvidemos, cuenta con el apoyo más o menos confesado de buena parte del mundo árabe y desde luego de Occidente.

INDICE COMPLETO DE EL POLEMISTA: http://elpolemista.blogspot.com/2023/12/indice-completo-de-el-polemista.html

Foto: Bashar al-Assad y Recep Tayyip Erdogan el 9 de mayo de 2010 en reunión oficial en Estambul. Ibrahim Usta/AFP/Getty Images



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