Valiente y evidenciando que no es una estrella al uso, Bruce
Springsteen vuelve a sorprender a sus seguidores, esta vez con una
autobiografía escrita durante siete años, abiertamente honesta muy diferente a
lo habitual en afamados personajes del espectáculo.
Desde su infancia refugiado en su abuela en la más completa
humildad con un padre de origen irlandés, alcohólico, con graves problemas
mentales que incluían la violencia y que Bruce ha tenido como un enemigo
interior y brutal toda su vida.
Pero ya avisa, y habla de la casa de sus abuelos:
“El poder hipnótico y desastroso de aquel ruinoso lugar y
aquellas personas nunca me abandonará. Hoy sigo visitándolos en mis sueños,
vuelvo una y otra vez, anhelo regresar. Era un lugar en el que sentía una
seguridad absoluta, una licencia para hacer lo que quisiese y con un horrible
pero inolvidable amor sin límites. Me arruinó y me hizo ser quien soy: Me
arruinó en el sentido de que durante el resto de mi vida tendría que esforzarme
por crearme unas limitaciones que me permitiesen llevar una vida de cierta
normalidad en mis relaciones.” Springsteen nos está avisando, su música es una
huida, y sus historias son en parte, aquello de lo que huye.
Para el artista en el catolicismo existían la poesía, el
peligro y la oscuridad interior, toda una fuente de inspiración en sentido
positivo y negativo, además el lector va a encontrar alusiones directas a
canciones y a qué las motivó, en algunos casos de manera muy simbólica, un buen
conocedor del genio va a pararse muchas veces para disfrutar esas historias, su
origen, también italiano, su madre además de su alegría, le pagó su primera
guitarra:
“Trabajo, fe, familia: este es el credo italiano que nos han
inculcado mi madre y sus hermanas. Ellas lo viven. Creen en él. Creen incluso
en los momentos en que esos mismos principios las han decepcionado
terriblemente.”
A Bruce le escupieron en sus primeras actuaciones, no era un
mundo en el que encajara, ni como greasers
(pobres), ni como rah rahs, ni como
negro, no era nada de eso y pagó su precio inicial.
Sus influencias musicales, previsibles, que van desde Elvis
Presley desde la infancia a Sam Cooke o los Beatles, de Bob Dylan a Woody
Guthrie o Gary U.S Bonds, de los Rolling Stones al punk setentañero.
Pasan los años, mil historias, bandas iniciáticas y los
primeros discos, no quiero quitarle la magia a este Born to Run (Ed. Random
House), doy un gran salto, en la E-Street “había decidido acabar con la
democracia”, sobre The River como
canción para que se entienda el valor de las historias que cuenta este libro, mucho
después:
“Era solo un tipo en un bar hablándole a un extraño sentado a
su lado. Basé la canción en la quiebra de la construcción en la Nueva Jersey de
finales de los setenta, la recesión y los tiempos difíciles que afectaron a mi
hermana Virginia y su familia. Había visto como mi cuñado perdía su bien remunerado
empleo y tenía que trabajar duro para sobrevivir sin quejarse. Cuando mi
hermana la escuchó por primera vez me abrazó y me dijo: es mi vida.”
Lo personal más íntimo, no falta en ningún momento,
Julianne Phillips, su primera esposa, no puedo evitar acordarme de la estrofa
de una canción desapercibida como fue With every wish de Human Touch (1992): “
Me enamoré de la hermosa Doreen, Era la cosa más bonita que esta ciudad había
conocido, la cortejé y la conquisté, Pero me ponía celoso cada vez que otro
hombre aparecía en el camino, Y mis celos me hicieron que la tratara de manera
cruel y mezquina…” La misoginia, admitida en esta biografía, la achaca a sus
vivencias infantiles y las vincula a su padre.
Patti Scialfa, madre de sus tres hijos cumplirá un papel
central y salvador en su vida posteriormente que sigue manteniendo:
“Ella es una revolución pelirroja encarnada en una sola
mujer: belleza llameante, Reina de mi corazón, camarera, músico callejero,
chica de Jersey acostumbrada a las dificultades, gran compositora de canciones,
neoyorkina durante diecinueve años, una de las voces más bellas que he oído,
lista, dura y frágil. Cuando la miré, vi y sentí mi mejor yo.”
Otras confesiones, que van desde sus carencias vocales a
pesar del trabajo para superarlas o sus depresiones paralizantes son parte de
un libro que no habrá seguidor de Bruce Springsteen que pueda pasar por alto.
No es habitual este tipo de libro en El Polemista salvo
en el caso de Bruce Springsteen, es algo personal; este libro ocupará un lugar
preminente en la biblioteca de cualquiera de sus fans, pero recomiendo muy
encarecidamente que sea descubierto por su lectura, no por lo que sobre él se
escriba. Solo cumpliré parcialmente su deseo. Bruce, sobre este Born to Run:
“La he presentado como una larga y ruidosa plegaria, mi
truco de magia. Esperando que hiciese tambalear tu alma para luego ser
traspasada a otros, para legar su espíritu, para ser leída, escuchada, cantada
y alterada por ti y por tu sangre, para que reforzase y ayudase a dar sentido a
tu historia. Y ahora ve y cuéntala.”
Por fortuna seguimos teniendo héroes, gracias Bruce.
En El Polemista encontrarán más bibliografía sobre Bruce
Springsteen:
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