Permítanme, que siendo temas tan directamente relacionados,
y tan solo unos pocos días después de los acontecimientos sangrientos de París,
titule esta reseña con lo que ha sido el grito de reivindicación y solidaridad
con las víctimas de la barbarie y la criminalidad yihadista en París como
homenaje a ellos, a la libertad de expresión agredida al margen de su contenido
y su conformidad o no con lo expuesto, y desprecio y rechazo a sus asesinos:
Je suis Charlie.
Contextualicemos este ISIS
El retorno de la Yihad del actual corresponsal de The Independent, antes de Financial
Times, y especialista en Oriente Póximo, Patrick Cockburn (Ed. Ariel):
El pasado verano saltaban todas las alarmas al confirmarse
que el Estado Islámico de Iraq y Levante (ISIS) se hacía con el control de parte
de Iraq, incluida su capital del norte, Mosul, y de parte de Siria a pesar de
la teórica superioridad en medios y combatientes de sus respectivos ejércitos y
los peshmerga kurdos. Su líder, el autoproclamado califa Abu Bakr al-Baghdadi
lo atribuía a la intervención divina y definía la naturaleza del nuevo
califato: “un Estado donde los árabes y los no árabes, el hombre blanco y el
hombre negro, el oriental y el occidental eran todos hermanos (…) Siria no es
para los sirios, e Iraq no es para los iraquíes. La tierra es de Alá.” La reacción internacional inmediata impedía el golpe de mano definitivo del ISIS sobre sirios, kurdos e iraquíes hasta situarlos en el punto actual de guerra de guerrillas en el que operan.
Entre junio y octubre que se vivieron los peores días del conflicto la geografía política de Iraq cambió dramáticamente y las señales de ello eran evidentes en todo el país, incluido en Bagdad controlada por los milicianos chiitas, entre ellos los seguidores del clérigo Muqtada al Sadr, partidarios del primer ministro Nouri al-Maliki a su vez apoyados por Irán. Se trataba de la constatación del fracaso de la pretensión Occidental después del derrocamiento de Sadam Hussein de crear un nuevo Iraq donde las tres comunidades, kurdos, chiitas y sunitas compartieran el control del país. El equilibrio de poder en el país ha cambiado como sus fronteras de facto con un Kurdistán expandido y cada vez más independiente. Haider al-Abadi sustituía respaldado igualmente por EEUU e Irán a al-Maliki.
Para la población que cayó en manos del ISIS el drama se intercambiaba entre el terror que sus miembros imponían, pero entre los sunitas, no gustándoles sus nuevos jefes, les temían menos que al ejército iraquí, a las milicias chiitas, a los peshmerga, o en Siria al ejército sirio y a las milicias pro Assad. De hecho en Siria el ISIS es más popular en las ciudades y los pueblos sunitas que han tomado alrededor de Alepo que muchos otros grupos rebeldes que actúan como bandoleros y además logran ganar batallas, la mejor propaganda posible en una guerra como la que sufre el país.
Para colmo, la supuesta coalición internacional para frenar al Estado Islámico de Iraq y Levante muestra evidencias de debilidad política dado que algunos de sus miembros más importantes como Arabia Saudita, Turquía o Emiratos Árabes Unidos eran tan hostiles al ISIS como a los kurdos sirios o al propio gobierno de Assad y habían financiado y armado a cualquiera que luchara contra ellos salvo Al-Nusra y Al Qaeda y los elementos extremistas procedentes de otras partes del mundo, o eso creían ellos.
En la actualidad, los movimientos tipo Al Qaeda controlan una vasta región del norte y oeste de Iraq y del este y norte de Siria, cientos de veces más territorio que el que nunca llegó a controlar Osama bin Laden.
Tras contextualizar, Patrick Cockburn analiza el surgimiento de ISIS como un “producto de la guerra”, una mezcla tóxica de habilidades militares y religiosas surgidas de la guerra de Iraq (2003) y de la guerra de Siria (2011):
“Precisamente cuando la violencia en Iraq estaba menguando, la guerra fue revivida por los árabes sunitas de Siria (…) En realidad fue la guerra en Siria lo que desestabilizó a Iraq, debido a que grupos yihadistas como ISIS, que después recibieron el nombre de Al Qaeda en Iraq, encontraron un nuevo campo de batalla donde podían pelear y florecer. Los EEUU, los europeos y sus aliados regionales en Turquía, Arabia Saudita, Qatar, Kuwait y los Emiratos Árabes Unidos crearon las condiciones para el surgimiento del ISIS. Ellos avivaron un levantamiento sunita en Siria que se extendió a Iraq”.
Antes Cockburn ya advierte del daño que ha causado Arabia Saudita en la propagación del wahabismo, una interpretación fundamentalista del islam surgida en el siglo XVIII, y anuncia graves consecuencias, no solo para los 1600 millones de musulmanes que hay en el mundo, también para la política global.
La caída de Mosul en junio de 2014 es presentada en este ISIS El retorno de la Yihad como una fecha determinante en la historia de Iraq, Siria y Oriente Medio. No solo provocó el caos y el pánico entre el ejército y el gobierno iraquí, fue la señal definitiva de alarma para la comunidad internacional sobre la gravedad de la situación. El 8 de agosto EEUU comenzó a bombardear al ISIS en Iraq y en septiembre a Jabhat al-Nusra en Siria. Inmediatamente Inglaterra (transcribo) se sumó a los ataques lo que llevó a los yihadistas a regresar a las operaciones tipo guerrilla, pero en ese momento el recién declarado califato se expandía a diario cubriendo una extensión mayor que Gran Bretaña habitada por seis millones de personas. El nacimiento de este nuevo Estado suponía el cambio más radical en la geografía política de Oriente Medio desde la implementación del Acuerdo Sykes-Picot tras la I Guerra Mundial.
“El papel de Turquía ha sido distinto, pero no menos importante que el de Arabia Saudita en cuanto a brindar ayuda al ISIS y a otros grupos yihadistas. Su acción más importante ha consistido en mantener abierta su frontera de 900 kilómetros con Siria. Esto dio a ISIS y a Al-Nusra y a otros grupos de oposición una base de retaguardia segura a través de la cual ingresar hombres y armas (…) La mayoría de los yihadistas extranjeros han cruzado Turquía en su camino hacia Siria e Iraq”.
El autor sostiene que para las potencias occidentales el surgimiento del califato es el mayor desastre: “La guerra contra el terrorismo, por la cual se han limitado las libertades civiles y se han gastado cientos de miles de millones de dólares, ha fracasado miserablemente (…) ISIS difiere de Al Qaeda en que se trata de una organización militar bien dirigida que tiene mucho cuidado en elegir sus objetivos y el momento óptimo para atacarlos.” Al Qaeda sería “más una idea que una organización.”
La frontera sirio-iraquí prácticamente ha dejado de existir; en el caso de Iraq, casi todas las áreas sunitas, cerca de una cuarta parte del país, están controladas por el ISIS. Si antes de tomar Mosul y Tikrit podían desplegar 60.000 combatientes, esa cifra ahora “se ha multiplicado varias veces” por el prestigio obtenido tras sus victorias. El Estado Islámico de Iraq y Levante (ISIS) no planea compartir el poder con nadie. Dirigido desde 2010 por Abu Bakr al-Baghdadi, también conocido como Abu Dua, comenzó a aparecer tras convertirse en líder de Al Qaeda en Iraq (AQI) en 2010. Patrick Cockburn apunta a que los exoficiales de Saddam han tenido y tienen un papel importante en las estrategias militares del grupo. Al-Baghdadi nació en Samarra en 1971 con un brillante expediente en la Universidad Islámica de Bagdad, se cree que su verdadero nombre es Awwad Ibrahim Ali al-Badri al-Samarrai. Combatió a los norteamericanos de los que fue prisionero entre 2005 y 2009 para después tomar el control de AQI.
Aunque dentro de Siria ISIS participa en una guerra civil intrayihadista con otros grupos, controla Raqqa y gran parte de Siria oriental fuera de los enclaves kurdos cerca de la frontera turca. Han logrado capitalizar de un lado la revuelta sunita siria y del otro la marginación de los sunitas iraquíes por parte del gobierno dirigido por chiitas.
“La guerra contra el terrorismo ha fracasado porque no se dirigió al movimiento yihadista como un todo y, por encima de todo, no tuvo como objetivo a Arabia Saudita y Paquistán, los dos países que patrocinaron el yihadismo como credo y como movimiento. Los EEUU no lo hicieron porque estos países eran importantes aliados a quienes no se deseaba ofender.”
La corrupción generalizada y la ineficacia del gobierno iraquí de Maliki, unida a la falta de confianza y disciplina del ejército iraquí han sido también elementos determinantes en el auge del ISIS, pero según el autor el altamente autónomo Gobierno Regional del Kurdistán no se queda atrás en lo que a corrupción se refiere.
A la situación Siria el autor la define como un tablero donde “demasiadas piezas clave se están peleando entre sí por distintas razones como para que todos ellos queden satisfechos con términos de paz y estén dispuestos a deponer las armas al mismo tiempo (…) Muchos sirios ven ahora que el resultado de su guerra civil depende, principalmente, de los Estados Unidos, Rusia, Arabia Saudita e Irán. En este sentido, probablemente estén en lo cierto.”
Una vez más se entra a fondo en la responsabilidad de Arabia Saudita en la wahabización del Islam que no duda en calificar como “uno de los acontecimientos más peligrosos de nuestra era.”
Este ISIS El retorno de la Yihad de Patrick Cockburn termina con un lamento de la falta de comprensión y el dominio de lo mediático y lo propagandístico en la visión que se ha dado de las guerras libradas en los últimos doce años en Afganistán, Iraq, Libia y Siria donde además de la disparidad entre lo contado y lo sucedido se han dejado conceptos equivocados, incluso en las identidades de vencedores y vencidos, y en ello incluye los errores de cálculo occidentales, también en las llamadas Primaveras Árabes que se presentaron como golpe mortal a regímenes autoritarios. Humildemente por mi parte, aquí en El Polemista se advirtió entonces y mientras todo ello ocurría del error (La Santa Ignorancia de Olivier Roy y las revueltas en el mundo árabe http://elpolemista.blogspot.com.es/2011/02/la-santa-ignorancia-de-olivier-roy-y.html 2011, La Revuelta árabe en Vanguardia Dossier(nº39) http://elpolemista.blogspot.com.es/2011/03/2011-la-revuelta-arabe-en-vanguardia.html).
“Es probable que, a medida que Iraq se desintegra para quedar dividido en regiones de chiitas, sunitas y kurdos, el proceso sea doloroso y violento (…) La perspectiva más probable es que haya una versión iraquí de la violencia desgarradora que acompañó la partición de la India en 1947. La situación es igualmente desoladora en Siria. Demasiados conflictos y demasiados actores se han involucrado como para que haya términos de paz aceptables para todos (…) Una tregua entre el gobierno y los rebeldes moderados en Siria permitiría a ambos dedicar sus recursos a oponer resistencia a ISIS y reduciría odios y miedos comunes de los que ISIS obtiene su fuerza.”
“Oriente Medio está entrando en un largo periodo de fermentación en el que la contrarrevolución puede resultar tan difícil de consolidad como la revolución misma.”
ISIS El retorno de la
Yihad es un libro periodístico, de lógica emergencia que, por el curso de
los acontecimientos, está llamado a su pronta caducidad, pero al mismo tiempo
estos textos son necesarios para profundizar en el asunto. La edición de Ariel
es pobre, carece por completo de anexos, índice onomástico, bibliografía…
convirtiendo aún más la obra en efímera, pero no por ello deja en ningún caso
de ser muy recomendable.
Discrepo con Patrick Cockburn en la importancia
geoestratégica que otorga al ISIS, no así a la mediática, el yihadismo ya no
puede alterar sustancialmente el orden mundial que tiene en puntos como el
Pacífico focos de más intensidad pero sin duda sí puede alterar nuestras vidas
como ha demostrado el rebrote de terrorismo yihadista en Europa y que probablemente
dará nuevos disgustos a lo largo del presente 2015, no solo en forma de
terrorismo, también de islamofobia y recorte de derechos y libertades de la
ciudadanía. No obstante, sin duda el ISIS y la evolución de los conflictos que
se viven fundamentalmente en Siria e Iraq van a alterar sustancialmente a todo
oriente Medio y abre numerosas incertidumbres.
La última vez que se trató la cuestión del yihadismo -y han
sido bastantes- en El Polemista fue con el reciente ¡Matadlos! quien estuvo
detrás del 11-M y por qué se atentó en España de Fernando Reinares http://elpolemista.blogspot.com.es/2014/03/matadlos-de-fernando-reinares-y-11m-el.html
e inevitablemente las cuestiones
referidas a la acción directa del terrorismo en las sociedades occidentales van
a ocupar un papel central en las preocupaciones de la opinión pública de los
países de nuestro entorno, pero sin duda, un mejor conocimiento de la realidad
internacional es imprescindible para la comprensión del fenómeno y así estar a
salvo del sensacionalismo y la demagogia con la que habitualmente se tratan
estos temas y que a menudo se resuelve con argumentos que oscilan entre el “buenismo”
que niega el carácter religioso de este terrorismo, y la islamofobia que lo
presenta como una consecuencia de este.
Podrán encontrar varias reseñas sobre temas relacionados en
el índice de El Polemista:
http://elpolemista.blogspot.com.es/2014/12/indice-completo-de-el-polemista-hasta.HTML
Muchas gracias por la reseña, acabo de pedirlo por internet gracias a tu artículo ;)
ResponderEliminarMuchas gracias a usted por leerme y comentarlo.
EliminarSaludos.