La llegada de Milei al poder evidencia una nueva forma de comunicación política carente de toda racionalidad y basado por completo en el oyente. No hay nada racional que transmitir, de ahí que las redes sociales son mucho más eficaces que ningún otro medio, el oyente busca reafirmación y satisfacción instantánea, se convierte en creyente y adicto al líder, al salvador. Si antes se carecía de información ahora se abruma con ella, tanto que una solape a la anterior y se genere un ruido que mantenga la atención y la excitación. No es apto para todas las sociedades, además de una altísima tasa de indignación y desasosiego con el sistema, hace falta desquiciamiento y hambre de emociones fuertes: Javier Milei era exactamente lo que la Argentina histérica y furiosa necesitaba; pero ya está aquí, ¿y ahora qué?
El
propio demagogo presidencial se encuentra con que toca gobernar, que llega la
realidad y que el tiempo empieza a correr hacia atrás; su esperanza es un 2024
espantoso que supere por ser lo que cree un tiempo razonable de expectación y
confianza. En sus cálculos, si logra desvirtuar al propio sistema
democrático que lo ha llevado al poder por medio de herramientas populistas
como las refrendarias, las de manifestación y ocupación del espacio público, la
del linchamiento mediático y amedrentamiento de toda Oposición… se podrá
alcanzar el clímax de presidencialismo autoritario que permita imponer las
políticas que por adhesión mesiánica le corresponde realizar.
Las
primeras resistencias llegan del propio sistema, la debacle económica está
asegurada y la política también; Congreso, sindicatos, asociacionismo…
sociedad civil en su conjunto se movilizan, habrá choque y algunos primeros
apoyos se caen, los partidarios del primer delirio del producto original Milei
se sienten traicionados. También la parte de la sociedad que votaba contra lo
que había pero que no pensaba que semejante trol pudiera poner en peligro al
sistema. Caen los índices de popularidad del visionario que hasta se tomaban
como chifladuras en extravagancias -que no eran una broma- como el que hable
con Dios a través de su fallecido perro Conan que permanece gracias a sus cuatro
clones- perros que tiene actualmente y se encargan de cada rama de la
reflexión- que le fabricó una empresa norteamericana especializada por 50.000$.
Repito, no es fruto de ninguna leyenda ni invención sobre Javier Milei, es tal
cual él lo proclama con absoluta convicción.
Otras
resistencias aparecen de sectores que habían apoyado un ultraliberalismo
salvaje de los que creían se sentían liberados, algunos internacionales, no
solo argentinos;
si el FMI apoyaba recortes estos tenían que ser factibles en términos
políticos, no podían ser gratuitos: Argentina firma créditos en condiciones
inesperadas por el iluminado. Y en Davos se siente despreciado y visto como un
fenómeno curioso, exótico… le preceden unas cualidades personales cuando menos
originales.
Llegan
alertas a favor y en contra: se aprobará su ley de reforma del Estado,
totalmente modificada y rebajada, medio programa de había dejado en la primera
vuelta electoral, otra parte se cae ahora. No hay otra opción en medio de
señales inquietantes, se rebelan sectores enteros, algunos como el Cultural con
altavoz fuera del país. Otros campan a sus anchas confiando en un “nuevo tiempo”,
aparecen denuncias incluso de excesos de las fuerzas de seguridad argentinas.
Y
fuera, hasta grupos tan afines como los pesqueros, caso muy especial el gallego
que celebraba eufórico la victoria de su favorito pone el grito en el cielo, “la
motosierra les corta” a ellos también, Milei aumenta la tasa sobre los
bienes exportados al 15% y liberaliza el caladero, es la parte que se queda del
decreto ómnibus, quienes gozaban de los derechos de pesca que otorgaba el
liberticida Estado se suprimen.
Réquiem
por Argentina.
Volvamos al personaje al margen de lo anterior, aparece una
biografía de urgencia estos días; como dice José Ortega en su recién
publicado Milei. Todas las respuestas a las preguntas que suscita (Ed.
Deusto) este fruto de referencias externas como trumpismo y el llamado paleoliberalismo,
e internas, como los nacionalistas católicos y los liberales católicos
argentinos, que se confunden con ellos no se explica si antes no se entiende el
fracaso de Macri en desmantelar la herencia de los Kirchner. Llegó por su
antikirchnerismo acabarán en Alberto Fernández, un reciclado de la experiencia
kirchnerista montado en el último momento.
La evolución de Milei, “La conexión de Milei con el nacionalismo
católico que mete a su liberalismo en la senda de la nueva derecha, y que
no es otra cosa que un fascismo basado en un integrismo religioso, viene de su
relación personal con personajes que se vinculan con la derecha religiosa
trumpista, con Vox y con organizaciones adscritas a Vox, como Hazte Oír.”
Su acercamiento al judaísmo vendrá después para impedir que le pudieran acusar
de antisemita, toda una obsesión, el odio a los judíos, del mundo del que
viene. Como el de la extrema Derecha española, ahora también reconvertido a la judeofilia.
José Ortega sitúa ese batiburrillo: “Ahora, con ese tipo de
liberalismo asociado a los nacionalismos cristianos, nace oficialmente algo
llamado “liberalismo sólo en lo económico”, que sería esa suerte de
pinochetismo que reivindica al hombre fuerte que no se detiene ante la ley para
imponer el orden y las buenas costumbres, pero que permite el desarrollo de la
producción y del comercio. Se trata de esa ideología que legitimaba los golpes
militares salvadores del caos.”
Una interesante explicación del delirio programático del mesías
argentino: “No importa que fueran disparates o genialidades, esas propuestas de
Milei hablaban igualmente de un candidato que no le temía a nada, ni siquiera a
la impopularidad de unas reformas económicas que se necesitaban de forma
acuciante. Mientras quedaba como alguien muy liberal, Milei cambiaba el enfoque
y el tema y abandonaba unas propuestas u otras, haciendo así perder vigencia a
las críticas. Los llevaba hacia un callejón sin salida, y nunca discutieron
otras cosas.”
Javier
Milei lo traté en El Polemista antes de ganar las elecciones y después:
Milei no engañó a nadie, fue
la Argentina, por Jorge Navarro Cañada: http://elpolemista.blogspot.com/2023/12/milei-no-engano-nadie-fue-la-argentina.html
Milei;
suicidio evitable aceptando el mal menor, por Jorge Navarro Cañada:
http://elpolemista.blogspot.com/2023/11/milei-suicidio-evitable-aceptando-el.html
Y en el Índice de El Polemista encontrarán numerosas reseñas y
artículos relacionados http://elpolemista.blogspot.com/2023/12/indice-completo-de-el-polemista.html
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