Se
agradece la iniciativa de del alto representante para la Política Exterior de
la UE, Josep Borrell, pero sencillamente parte de premisas irreales: y
desgraciadamente el conflicto no tiene una solución bien intencionada.
Y
es que desde el primer punto, Borrell reclama “la seguridad futura de israelíes
y palestinos, la estabilización de los territorios ocupados y la recuperación y
gobernanza de Gaza”, se parte de la ilusión de voluntad de ambas partes en que
esto suceda. Continúa reclamando el final de la ocupación dando paso a un
Estado palestino, pero no toma en cuenta que si este está gobernado por la
elección democrática de sus habitantes lo será por una organización como Hamás,
que niega el derecho a existir de Israel como máxima irrenunciable. Incluye en
esta ecuación a la Unión Europea, pero seguimos encontrándonos con la realidad:
ante la destrucción masiva y el asesinato masivo que comete Israel esta ha sido
incapaz de reaccionar en absoluto. Y sigue, reclamando una Conferencia de Paz entre
la UE, Egipto, Jordania, Arabia Saudí y la Liga de Estados Árabes para abordar todo
el conflicto palestino-israelí, volviendo a dar por hecho que el deseo real de
estos países está en una Palestina capaz de autogestionarse e irradiar
internacionalmente, por ejemplo, organizaciones como los Hermanos Musulmanes u
otras abiertamente posicionadas en el integrismo islámico. Habla de “mecanismos
políticos y de seguridad y qué otros acuerdos y proyectos se pondrán en marcha
cuando se alcance la paz” en otra demostración de falta de realismo en el
contexto en el que hablamos. Y aporta propuestas que deberían ser
previas y exigidas por la Comunidad Internacional independientemente de ningún
plan, como la entrada de ayuda humanitaria, la liberación de los
rehenes, evitar una escalada regional…
La
realidad es tan tozuda como cruel: Israel no va a permitir que se establezca un
Estado palestino porque lo entiende como un peligro existencial y una
claudicación histórica a lo que es un Derecho humano y divino al que no puede
renunciar.
Occidente
no va a perder una pieza geoestratégica en lo militar, en lo económico y en lo
político; Israel garantiza control y una posición inmejorable en una región del
mundo donde es imprescindible y donde ejerce de contrapeso a potencias capaces
de desestabilizar equilibrios irrenunciables.
EEUU,
Europa y sus aliados siguen pensando que episodios brutales como los que están
aconteciendo son coyunturales y asumibles en el proceso histórico de la
constante reorganización y desarrollo de Oriente Medio, ello incluye a
criminales como Netanyahu como actores ocasionales.
Los
propios actores Estatales que pugnan en aquel territorio mantienen como parte
de su status posiciones contradictorias entre su discurso y su voluntad real;
para los países del Golfo la estabilidad que ha permitido la Palestina ocupada
es tan beneficiosa como para Egipto o Jordania tener al islamismo de los
Hermano Musulmanes de Hamás controlado. Las potencias supuestamente defensoras
de Palestina no son más que parte del “Eje de Irán” y sus intereses giran en
torno a su mentor, no al de los oprimidos palestinos.
El
juego de las grandes potencias mundiales, EEUU, China o Rusia son puramente
geopolíticas y estratégicas donde empiezan y terminan sus voluntades.
Toda
solución del conflicto palestino-israelí a día de hoy pasa por gestionarlo
dentro de lo posible, y ello implica aceptar el papel de sometimiento de Palestina
incompatible con su posición de igualdad respecto a Israel; y sí, si se quiere se puede exigir a Israel el respeto por los Derechos Humanos: y solo desde ahí se
podrá avanzar.
Desde
el ataque terrorista y criminal de Hamás del 7 de octubre (aunque encontrarán
otros a lo largo de los últimos trece años) podrán encontrar numerosos
artículos y reseñas en El Polemista http://elpolemista.blogspot.com/2023/12/indice-completo-de-el-polemista.html
El
arte si puede dejar esperanza. Obra: Palestina, autor Nader Asmar.
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