2024
no será un año fácil para Israel; difícilmente Netanyahu ya hundido en las
encuestas superará una crisis en las que los israelíes tendrán que digerir: que
la seguridad del país no era la pretendida, que su eficacia militar no ha sido
suficiente para ni asomarse a la erradicación de la totalitaria y criminal
Hamás, y que la dependencia de la ayuda militar Exterior es mucho mayor de la
esperada. No solo en el propio conflicto palestino. En este clima la
creación de un Régimen de violencia permanente parece un camino incierto y dudoso.
Y por si fuera poco su sensación de rechazo internacional irá a más, episodios
aparentemente pequeños como el crecimiento del mal llamado antisemitismo,
o por lo menos la sensación de él, van a ir a más, y otros como el que hemos
vivido estos días respecto a la denuncia de Sudáfrica contra Israel por
participar en "actos de genocidio contra el
pueblo palestino en Gaza" en la Corte Internacional de Justicia (CIJ)
aunque parece que se queda en nada en términos jurídicos tiene una gran carga
simbólica: uno de los temores de Tel-Aviv es que sea acusado de “apartheid”, y
los sudafricanos están especialmente “cualificados” en ello, tienen su peso en
el Sur Global donde ya el rechazo que genera Israel podría igualmente dejar
algún capítulo desagradable. No olvidemos, y ello será para todo el Mundo,
el terrorismo quiere su espacio y protagonismo en estos meses.
Irán
será uno de los ganadores de este nuevo año si se cumple lo previsto, aunque
esto puede cambiar mucho en función de la posible escalada bélica. A día de hoy
se presenta como -guste o no- esencial para cualquier orden que se quiera crear
en Oriente Medio y su “Eje de la Resistencia” se hace un verdadero problema que
requerirá diversas negociaciones de una forma u otra. Ocurre en pleno alivio
del aislamiento diplomático del régimen de los ayatolas, se ganarse su posición
como proveedor crucial de armas para Rusia, con sus exportaciones de petróleo,
especialmente a China, en auge. 2023 ya había tenido episodios como la
negociación de China para restablecer las relaciones diplomáticas entre Irán y
Arabia Saudita. En agosto, Irán fue invitado a unirse a los BRICS, el
bloque de grandes economías emergentes…
El
tema saudí aun así tendrá su importancia, su avance nuclear previsto podría
provocar escalada de rearme nuclear. También 2024 apunta a un aumento del
peso de las monarquías de Golfo en plena efervescencia de una región que va
a ver cómo las diferentes rivalidades pugnan por hacerse un lugar como potencias
regionales ahora que la Globalización ha tocado a su fin y EEUU abandonará su
lugar como gendarme mundial.
La
situación internacional tendrá crisis que podrían interconectarse por tener
actores comunes; es el caso de Rusia y Turquía. No solo en Siria.
Los
rusos en 2024 van a ver como la guerra de Ucrania se prolonga, la pantomima electoral
de Putin hace una ficción de reafirmación de este en el poder y los conflictos
en el “patio trasero” se complican; sin duda Armenia-Azerbaiyán pueden ser un
punto de atención determinante, la implicación de Rusia, Irán y Turquía en ello
lo convierten en un punto a tener muy en cuenta en 2024.
Rusia
no solo juega estas partidas, en otras distantes como el Sahel, que seguro va a
dar noticias importantes este año también tiene intereses importantes, no
olvidemos que entre otros está buena parte del futuro del gas como elemento
estratégico, también en Europa; y Putin lo tiene como esencial, juega con
Argelia en esa batalla. Como también Libia podría “despertar” su conflicto
ahora “dormido”. Aquí de nuevo otros actores como, Turquía otra vez, pero
también Egipto podrían dar titulares en no mucho tiempo.
¡Hasta
en Venezuela Rusia se juega bastante! La caída del régimen chavista sería un
buen contratiempo y no descartable, de momento seguiremos viendo la patética
amenaza de Maduro a propios y extraños por la última baza electoral, Esequibo.
Las exhibiciones de fuerza de estos días frente al Reino Unido no pasarán de la
sonrisa, el chavismo sabe que una solución armada a ese “conflicto” sería suicida.
Evidentemente
China merecería capítulo aparte, pero 2024 en principio no parece que será un
buen año, China ve crecer su deuda interna y deterioro económico, es
probable que el resultado electoral de Taiwán no le guste y que el de India no
haga más que acentuar una rivalidad que irá a más. Tampoco es sus conflictos
regionales tendrá un año tranquilo, pero insisto, eso para otro artículo.
Obviamente
EEUU también es para otra ocasión, pero aunque estará claramente ocupado
en su cita electoral, será uno de los ganadores de 2024, su posición geoestratégica
se verá reforzada a pesar de su aparente “retirada” en forma de dependencia a
él de terceros, véase por ejemplo Europa, pero básicamente será global.
En
fin, estos y muchos más merecerán particular análisis, eran solo unas
pinceladas.
Tienen
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Foto Fuser News.
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