13 de diciembre, se advierte de un vertido de ¿pellets de plástico? (no se sabe todavía exactamente lo que son) en forma de millones de bolas con olor a gasolina. Vendrían del barco Toconao, con pabellón de Liberia. La Xunta de Galicia minimiza el asunto y lo delega en los municipios. Llega la navidad a dos meses de las elecciones Autonómicas, no se toma ninguna medida importante al respecto, probablemente por lo impopular y contraproducente para los intereses del gobierno gallego, el problema va en aumento, comienzan a movilizarse voluntarios para su limpieza. Crece la alarma, los municipios acusan a la Xunta de inoperancia, esta vuelve a tratar la cuestión como algo de menor importancia y vuelve a delegar, también en Salvamento Marítimo, que depende de la Dirección General de la Marina Mercante a su vez del gobierno de España; la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, asegura que están haciendo “seguimiento”, la Xunta le acusa de ocultar información y de haber aplicado el Plan Nacional de Emergencias de Contaminación Marina. Por su parte el presidente del Gobierno gallego, Alfonso Rueda (PP), centra todo su discurso en la Amnistía catalana y el presidente del gobierno en Madrid, Pedro Sánchez, Galicia no está en el eje central de lo que ya es campaña electoral. El vertido se extiende, las autoridades del gobierno autonómico gallego miran con aparente indiferencia la movilización de voluntarios y la creciente preocupación ciudadana, alguna asociación pide abiertamente la intervención de la Unidad Militar de Emergencias (UME). Es inevitable el recuerdo de la tragedia del Prestige (2002) aunque no habría de momento motivo para ello. Salvo en la descoordinación y la mala fe de las autoridades priorizando sus intereses a sus responsabilidades.
Y
todo esto ocurre cuando empiezan a aparecer las primeras encuestas que a
puertas de las elecciones en las que el gobierno del Partido Popular de la
Xunta de Galicia revalidaría su mayoría absoluta aunque su candidato, Alfonso
Rueda, carece de popularidad y los indecisos superan el 40% en una Comunidad en
la que la desmovilización es claramente favorecedora de la Derecha y así se
explica la diferencia en resultado a nivel Autonómico y Nacional. Influye un
sistema electoral que perjudica a las ciudades más pobladas generando indiferencia
en parte del electorado. Esas carencias del candidato Popular explican el
hecho de convertir la consulta en un plebiscito para España dejando al margen
la problemática gallega y permitiendo así la presencia de Alberto Núñez Feijóo
en ella aunque no sea candidato. ¿Y si una cuestión principalmente gallega
como sería un desastre ecológico en su costa hiciera inevitable exponer a un
candidato poco popular a la realidad de Galicia? ¿Y si una manifiesta mala
gestión gallega pudiera además salpicar al Partido Popular y a Feijóo
mostrándole en el centro de la crisis medioambiental? Una cosa es segura, cada
elección tiene su lógica de gestión y las Elecciones Xunta de Galicia 2024
deben priorizar Galicia y los gallegos por encima de intereses partidistas.
Todavía
es pronto para saberlo pero a esta hora conocemos que una vez más ante una
crisis localizada en un territorio autonómico no hay la coordinación necesaria
para afrontarla y lo que es más grave: hay una voluntad por todas las partes de
cargar culpas las unas sobre las otras.
Es
posible que este vertido de pallets no pase a mayores, pero la advertencia
sobre la incapacidad y la falta de aprendizaje de experiencias anteriores es manifiesta.
ÍNDICE
DE EL POLEMISTA: http://elpolemista.blogspot.com/2023/12/indice-completo-de-el-polemista.html
Foto
Greenpeace.
No hay comentarios:
Publicar un comentario