No creo que sea completamente inútil para contribuir a la solución de los problemas políticos distanciarse de ellos algunos momentos, situándolos en una perspectiva histórica. En esta virtual lejanía parecen los hechos esclarecerse por sí mismos y adoptar espontáneamente la postura en que mejor se revela su profunda realidad.
JOSÉ ORTEGA Y GASSET

martes, 13 de febrero de 2024

EEUU se ve autosuficiente para lo que viene; Donald Trump repudia y “amenaza” a Europa, intentar “entenderlo”, por Jorge Navarro Cañada.

Mayo 2017 (un año antes Trump había afirmado que la OTAN era una “organización obsoleta”), en un contexto en el que se respira decadencia de la OTAN y sensación de pérdida de necesidad de esta, la mayor amenaza es la terrorista, en ese momento Rusia todavía no lo es como se percibe hoy “. Donald Trump, presidente USA en Cumbre OTAN a los dirigentes los países miembros salvo a los cumplen con el mínimo gasto en Defensa, 2% del PIB, que establece la organización (Reino Unido, Grecia, Polonia y Estonia): "Los miembros de la OTAN deben aportar su parte. 23 de los 28 Estados no lo hacen. Y esto no es justo para los contribuyentes estadounidenses (…) Muchas de estas naciones deben cantidades enormes de dinero de años anteriores. Incluso ese 2% es insuficiente para cerrar la brecha; debería ser el mínimo para afrontar la amenaza tan feroz y real que tenemos (…) Tenemos que ser duros y vigilantes. Sobre el terrorismo y la migración. También sobre Rusia y sobre las fronteras del sur.” (anteriormente "Sería algo fantástico si nos entendiéramos con Putin").

Poco antes Trump se había referido a Alemania específicamente con cierto reproche histórico: “Berlín debe grandes sumas de dinero a la alianza atlántica y a Estados Unidos por la defensa de Alemania” a lo que responde la entonces ministra alemana de Defensa del gobierno de Ángela Merkel, Ursula von der Leyen, "No hay cuenta de morosos de la OTAN". A su vez el ministro del Exterior Sigmar Gabriel, "Una política de seguridad sensata no significa contar tanques, hacer disparar los gastos de defensa al cielo e incitar a una carrera armamentística; implica la prevención de crisis, la estabilización de Estados frágiles, el desarrollo económico y la lucha contra el hambre, el cambio climático y la escasez de agua".

2024, Donald Trump candidato, mitin en Carolina del Sur, cuenta su conversación con un presidente de un “país europeo grande” sobre una potencial invasión rusa: “No, no te protegería. De hecho, los alentaría a hacer lo que quieran. Tienes que pagar. Tienes que pagar tus deudas”.

Respuesta Casa Blanca: “atroz y desquiciado fomentar la invasión de nuestros aliados más cercanos por parte de regímenes asesinos. Estas acciones ponen en peligro la seguridad nacional estadounidense, la estabilidad global y nuestra economía interna”.

Más allá de la fanfarronada y la inevitable estupidez del candidato y ex presidente de EEUU (su utilización de y “amor” por Putin no pasa de la pura conveniencia argumentaría y propagandística) como de la imposibilidad de sacar a su país de la OTAN -además de por motivos prácticos por el blindaje legal que tiene esta- y que ciertamente sus posibilidades de llegar a la Casa Blanca siendo reales hoy en absoluto son tan seguras se debe contextualizar más allá de lo que le conviene este debate por lo que expondré. Y es que sea Trump, Joe Biden, o cualquier otro presidenciable, en Estados Unidos tienen completamente asumido:

La Globalización ha terminado, el papel norteamericano del siglo XX como garante del sistema político, económico, cultural, de Defensa y Seguridad de Occidente ha finalizado por ya no ser rentable ni viable por circunstancias varias que van desde las económicas a la demográficas, pasando por las políticas donde se impone un concepto del país basado en el proteccionismo y el nacionalismo. Pero sobre todo de excepcionalidad por diferencia y por autosuficiencia. Ya no tiene ningún sentido el prolongado compromiso con la idea de competencia geopolítica en el Orden global.

Así se ve EEUU en el mundo (y entiende este):

La década de 2020 verá asistirá al colapso del consumo, de la producción, de la inversión y del comercio a nivel regional y nacional en todo el planeta como consecuencia del fin del orden que imponía la Globalización.

Norteamérica posee la combinación de elementos necesarios para garantizarse el crecimiento por sí solo (industriales, tecnológicos, energéticos, minerales, naturales, demográficos…), superior a la suma del resto de Occidente.

El desorden mundial que viene, condena a muchos países al pasado por haber gozado de sus accesibilidad, posición o recursos a lugares estratégicos que ahora desaparecen. Otros ascienden en esa ecuación, pero la superioridad de EEUU en ella le garantiza la preponderancia más allá del primer momento crítico para todos.

El mundo desglobalizado tiene miles de geografías y economías diferentes, las partes son ahora más débiles por separación. El acceso a los insumos, financieros, materiales y laborales solo los Estados Unidos los tiene garantizados en su totalidad, sin ellos no es posible la garantía de modernidad y ello implica soluciones a circunstancias superiores como las climáticas, bélicas, financieras y muy particularmente demográficas. En este sentido gozar del territorio y los recursos naturales es tan decisivo como la autosuficiencia militar (por los recursos presentes pero también las garantías para saberlos futuros), y de Seguridad, la situación de EEUU apartada de posibles enemigos, inviable para cualquier tipo de invasión, dominante y con acceso oceánico global por su vertiente atlántica y al Pacífico, y siendo el único país capaz de posicionarse militar y estratégicamente en cualquier lugar del planeta además de encabezar otras opciones futuras, incluso espaciales.

Y la cuestión demográfica, totalmente determinante en todo el mundo pero no tanto para un país que se rodeado de potencial población joven y territorio, espacio y capacidad de absorción económica y cultural sobrada.

Así es como los norteamericanos afrontan a sus ojos el futuro y donde el “America First” aislacionista que tanto Republicanos como Demócratas han utilizado desde la Primera Guerra Mundial para justificarse en su particularismo hasta Donald Trump hoy, pasando por Woodrow Wilson en la neutralidad norteamericana inicial en la IIGM está más vigente que nunca.

Conviene el realismo, EEUU plantea su futuro estratégico en términos de reciprocidad entendida como beneficio directo y concreto, ya no se vincula a ningún papel asumido previamente aunque ello es obvio que chocará con aspectos de la realidad inevitable pero que no entran en el debate político de un país que se enfrenta un 2024 que será decisivo por lo menos en la próxima década como inicio de un nuevo ciclo histórico.

Encontrarán numerosas reseñas y artículos relacionados, especialmente de geopolítica, en el ÍNDICE DE EL POLEMISTA http://elpolemista.blogspot.com/2023/12/indice-completo-de-el-polemista.html

 

Foto: Imagen viral proyectada en una sucesión de edificios a lo largo de Brooklyn y Manhattan en la ciudad de Nueva York.


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