Es
viernes, el plazo que se ha dado Pedro Sánchez para reflexionar
tras la publicación de su carta declarando su cansancio y sus dudas para la
continuidad en la presidencia del gobierno se agota el lunes; todo ello
motivado por que un juez del grado menor de la judicatura ha aceptado a trámite
-a pesar de su nulo recorrido- una querella del pseudo sindicato ultra Manos
Limpias jaleado por el Partido Popular-Vox en un ejemplo inaudito de degradación
de una Derecha española cada vez más alejada de cualquier cordura democrática. Y
así se ha abierto una crisis de primerísimo nivel donde está en juega nada
más y nada menos la legislatura y la mayoría parlamentaria que había nombrado
-obviamente a candidatura suya- presidente del gobierno a Pedro Sánchez. Y es
necesario incidir, una iniciativa descabellada de una conjunción de personajes
menores formada por un juez probablemente prevaricador con “apalizadores”
de ultra Derecha y políticos de cuestionable ética de una Oposición desbocada podrían
ser capaces de subvertir la democracia española haciendo caer al gobierno de
España. Esto, además de calificar a los autores de esta iniciativa, estaría
también calificando la responsabilidad y la solvencia del presidente del
gobierno que estaría haciendo dejación de sus obligaciones entre las que está
la salvedad y el cumplimiento de las funciones de la Presidencia del Gobierno.
Ya
en El Polemista el treinta de enero hice mención a la posibilidad de marcha a
Europa de Pedro Sánchez, la repetí poco después; entonces no era más que una
posibilidad remota en pleno fragor de la batalla por la Amnistía, podría
tener justificación -más o menos fundada- en el devenir político y en la
gravedad del posible fracaso de la iniciativa política más importante del
gobierno socialista, desde luego nada que ver con el ataque personal en
la figura de su esposa que iba a sufrir el presidente del gobierno; pero otra
vez insistir, ataque personal, que no político, realizado por una banda de conspiradores
armados con recortes de periódico y un juez menor con expectativas de
futuro, probablemente mal calculadas.
Pedro
Sánchez no es la primera vez que abusa de la épica; su personaje político está
construido desde esta, sobre la permanente apuesta imprevisible y audaz que
tras un máximo riesgo sale bien. ¿Estamos otra vez ante otra de estas
iniciativas?
¿Y
ahora qué? Si el líder socialista se va el lunes habrá dejado al país en un
limbo (ya lo está estos días de impasse) que implica la quiebra de un proyecto
político de la mayoría parlamentaria de España y el gravísimo precedente de
caída de gobierno por la vía del bulo y la manipulación de la realidad.
También
supondría un posible cambio político español de gravísimas consecuencias
como sería dejar en manos del proyecto de extrema Derecha que hoy
suponen el batiburrillo PP-Vox-Manos Limpias (caricaturizando el cúmulo
de grupúsculos que forman el cóctel ultra) con un proyecto de España
de altísimo riesgo para la convivencia y la estabilidad del país. ¡Y sin
credibilidad ni garantía para los actores políticos (incluido instituciones
supranacionales como la UE) necesarios a nivel nacional e internacional!
Más
aun, Pedro Sánchez incurriría en la irresponsabilidad -probablemente ya lo está
haciendo- de faltar a sus obligaciones y compromisos a nivel nacional e
internacional poniendo en duda las necesarias certezas que obliga su cargo,
repito una vez más, todo ello por una trama menor propia de pandilleros de la
política. En este caso no deja de ser asombrosa la participación del Partido
Popular en la trama dándole pábulo y apoyo.
Ha
pasado el momento inicial de cómo hemos llegado a esto; el lunes podríamos
estar a puertas de la paralización de la vida política de España en forma de
puesta en duda de leyes fundamentales como la de Amnistía en pleno proceso
electoral catalán -que incluso podría abrir una periodo de incertidumbre con
repetición electoral incluida-, de unas elecciones Europeas de gran importancia
al que se sumaría un proceso electoral a corto plazo en el Estado y una
inevitable involución democrática con la posible llegada al gobierno de
partidos y políticos que sin pudor exigen recortes en libertades democráticas
fundamentales.
¿Y
si Pedro Sánchez decide seguir?
El
escenario de la continuidad del presidente del gobierno una vez más deja
nuestro futuro político en manos de su intuición y confianza en sí mismo más
propia de un irresponsable convencido de su genialidad política que la de un
dirigente responsable que cumple con sus obligaciones institucionales. Sería
un mal menor, pero tanto la institucionalidad como la credibilidad y
previsibilidad necesaria de esta quedarían en entredicho, y ello implica
consecuencias internaciones de gran calado además del desprestigio de la
democracia española; ojo a esto último, la reacción de los medios y dirigentes
internacionales son de incredulidad y especialmente en el caso de un cambio de
gobierno el país ha quedado en entredicho. No es una cuestión menor, Alberto
Núñez Feijóo y el Partido Popular encabezarían un gobierno con las peores
expectativas, esta cuestión no es baladí, la imagen de estos ya queda muy
maltrecha incluso a futuro, también la figura del líder del PP y lo que
ahora significa tendrá que ser revisada pase lo que pase. ¿Después de los
disparates que están aseverando desde la Oposición en la que garantizan la falsedad
de la intención de Pedro Sánchez dónde quedan si este finalmente se va?
En
fin, otro debate, y ese para los próximos días es cómo se sale de esto;
¿sería suficiente con una Moción de Confianza parlamentaria previa a una
victoria de Salvador Illa en Cataluña y una minusvaloración del resultado de
las elecciones Europeas?, ¿una convocatoria electoral de alto voltaje en los
próximos meses?, ¿un arrogante “aquí no ha pasado nada de Pedro Sánchez y más
de lo mismo?
¿Y
sin el presidente confirma su huida y el cambio de gobierno en España viene de
la mano del bulo y la ignominia incompatible con la democracia misma?
La
respuesta en los próximos días.
En
El Polemista se han tratado abundantemente estos temas, siempre con una visión
muy crítica hacia un Pedro Sánchez al que no cuestiono tanto su bagaje
gubernamental que es objetivamente positivo en cuanto a los datos se refiere
pero que tiene una valoración de sí misma a veces irrespirable para su cargo y
un sentido infantil de la política que gira en torno a ella. Lo tienen, incluida
su obra memorística -y anticipo de la posibilidad de su salida inesperada del
poder cuando “nadie” se atrevía a plantearlo- en el ÍNDICE DE EL POLEMISTA: http://elpolemista.blogspot.com/2023/12/indice-completo-de-el-polemista.html
Carta a la ciudadanía de Pedro Sánchez en la que anuncia
una reflexión hasta el próximo lunes 29 para decidir si sigue al frente del
Ejecutivo, tras la apertura de diligencias de un juzgado de Madrid tras las
denuncias de Manos Limpias contra su esposa, Begoña Gómez, por presunto tráfico
de influencias.
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