No siempre la prostitución y la política han tenido una relación tan traumática como la que estamos viendo estos días después de la utilización obscena de ella que han hecho el dirigente y ex ministro socialista José Luis Ábalos y su asesor Koldo García (evidenciando el carácter repugnante de ambos personajes como “puteros” además de corruptos) y que han acabado en la catastrófica intervención que hace unas horas hemos visto y oído a Alberto Núñez Feijóo en el Congreso atacando al presidente del gobierno, Pedro Sánchez, con la acusación al respecto a la familia de su esposa. Y ha sido el inevitable vínculo del líder del Partido Popular y Galicia lo que me ha recordado esta historia (sin otra relación conocida). Al margen del juicio que se pueda emitir al respecto, es una historia con cierto encanto aunque sólo sea desde un punto de vista histórico y debe contextualizarse. También a sus personajes.
Caridad
Falagan García (Castrotierra de la Valduerna, León 1946 - Vigo, 29 de mayo de
2013), conocida como Karina Falagan fue una empresaria que hizo
fortuna en la Galicia de Manuel Fraga por el que profesaba un especial cariño
aunque en sus locales de alterne, especialmente en Vigo, era habitual ver a
famosos de la época.
"No
soy una puta, soy una curranta y en este Parlamento no hay huevos, pero
te voy a demostrar que hay ovarios" le decía a una diputada socialista mientras
la agredía en el Parlamento gallego por haberla definido como “conocida
prostituta militante del Partido Popular”.
El
bar Jonathan de Samil lo había abierto la conocida como “musa de Fraga”, “Mata
Hari de Valduerna” o “la alcaldesa del Atlántico” en 1976 y fue un lugar de
gran influencia y reunión del poder gallego en las décadas posteriores, como
bar de playa, de alterne y como restaurante.
Pilar
Eyre en Mujeres. Veinte años después, la cita tras haber pasado el
personaje un periplo europeo y norteamericano (era políglota y culta): "hasta
que desembarqué en Galicia y, la verdad, me ha perseguido el escándalo.
O lo he buscado". Fue propietaria también del Lady Hamilton,
el primer bar de alterne que ella define en el mismo libro como "un bar
de señoritas, con señoritas impresionantes de camareras, extranjeras,
modelos, estudiantes".
Como
militante del Partido Popular (antes Alianza Popular) y persona destacada en las convenciones con Manuel
Fraga hasta le plantó dos besos en la cara a José María Aznar en
una realizada en el Teatro Fraga sin él saber bien de dónde había salido una
desenfada Karina con su gran pamela y sus gafas de sol. Este tipo de anécdotas
eran habituales en ella. ¡Busquen la figura que lanzó Sargadelos de
Karina Falagan! Además tuvo cierta presencia televisiva.
En
la década de los 90 su amistad con el presidente de la Xunta, Manuel Fraga, se
elevó a rumor. Eran íntimos amigos, ideológicamente muy afines y probablemente ella
mantuvo cierta ambigüedad al respecto aunque nunca quiso decir nada. O sí, en
una entrevista en el Faro de Vigo, llegó a decir de él:
"Un hombre que sabe hacer bien el amor también tiene que gobernar
bien".
Volviendo
a la actividad del personaje, en Vigo tenía dos locales; el Jonathan, en la
playa y el Lady Hamilton en el centro. En el Jonathan de Samil las noches
se transformaban en un local que alternaba todo tipo de actividades, desde las
propias como pub y restaurante, hasta varietés de todo tipo y para todos los
gustos, incluido ambiente homosexual, de poder, político... y desde luego prostitución
de lujo, pero todos los testigos coinciden en que todo ello en un clima de “libertad”,
discreción y aparentemente nada traumático.
Patrocinaba
las cafeteras Cona (parece
porque el nombre en gallego significa coño) y repetía: “No soy puta, puta es la
que no cobra, nosotras somos trabajadoras sexuales"; y siempre mantuvo, "los
políticos de derechas eran mejores, pero que los de izquierdas hacían
mejor el amor".
El
ex alcalde de Vigo del PP, Manuel Pérez: "Para mí no era una
madame, era una dama que ayudó a muchísima gente”. "Era una mujer bandera que vivió su vida como le
dio la gana, culta, muy señora, le molestaba mucho que no la respetasen, me
decía que podía haber destruido a más de uno, pero no lo hacía porque ella era
una señora".
Con
67 años, Karina
Falagan murió de cáncer intestinal.
Lo
dicho, una historia curiosa en la Galicia en la que Alberto Núñez Feijóo por
esas fechas se hacía las fotos veraneando por las que ahora se enfurece en el
Congreso.
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