No creo que sea completamente inútil para contribuir a la solución de los problemas políticos distanciarse de ellos algunos momentos, situándolos en una perspectiva histórica. En esta virtual lejanía parecen los hechos esclarecerse por sí mismos y adoptar espontáneamente la postura en que mejor se revela su profunda realidad.
JOSÉ ORTEGA Y GASSET

jueves, 9 de enero de 2025

Criptomonedas, el desastre que viene, por Jorge Navarro Cañada, y, Principios de economía de Saifedean Ammous, un manual para el delirio.

La llegada de Donald Trump y su decidida apuesta por el bitcoin -a pesar de en su primer mandato denunciar literalmente como estafa el sistema de criptomonedas- garantiza un gran boom de estas antes de su debacle; ello, teniendo todo un Estado como EEUU no será tan catastrófico para los grandes inversores que tendrán alternativas, pero sí para inversores y empresas medias que se vean afectadas directa o indirectamente.

Donald Trump: “Estados Unidos se convertirá en la potencia minera de bitcoins indiscutible del mundo (…) El bitcoin y las criptomonedas harán crecer nuestra economía, consolidarán el dominio financiero estadounidense y fortalecerán a todo nuestro país, a largo plazo”.

Este producto para la especulación con consecuencias incluso medio ambientales en su producción (ingente consumo digital que se necesita para llevar a cabo cualquier transacción) y que al no tener soporte debería ser llamado criptoactivo, su precio deriva no sólo de su escasez sino, sobre todo, de la expectativa de que aumente, si este se sobrevalora automáticamente se convierte en burbuja, los casos más obvios del siglo XXI han sido las burbujas inmobiliarias aunque históricamente hay numerosos ejemplos.

Trump y la oligarquía que ahora acapara un poder inaudito en siglos es consciente que sólo comprando este activo lo revaloriza aun no siendo otra cosa que una anotación digital sin respaldo real alguno. Salvo la promesa del que será en unos días presidente norteamericano de compra del Estado por ley de un millón de bitcoins y mantenerlos durante 20 años para contar así con una reserva estratégica similar a la del oro, petróleo... haciendo inevitable la inversión masiva en ellos por inversores de todo tamaño y condición. Se asegura nombrando como director de la Comisión de Bolsa y Valores a Paul Atkins, gran defensor de los criptoactivos. 

En esta línea por ejemplo se encuentra el matrimonio de bitcoiners Stacy Herbert y Max Keiser, asesor principal del presidente Nayib Bukele de El Salvador, país que utiliza la criptomoneda como moneda legal del Estado junto al dólar estadounidense. En 2023, anunciaban como nuevo y brillante asesor a Saifedean Ammous, palestino presentado como austriaco (intenta buscar legitimidad científica en Ludwig von Mises y la Escuela Austriaca que asesorara al canciller austrofascista Engelbert Dollfuss entre 1932 y 1934) autor del bestseller The Bitcoin Standard (El patrón bitcoin), que gira en torno a lo conveniente de convertir al bitcoin en una alternativa ante los bancos centrales del mundo y el dinero fiduciario. No tardó en ser denunciado como un “anarcocapitalista que alguna vez fue criptógrafo adoptando su nuevo papel como burócrata al servicio de un presidente autoritario como Bukele".

Y ahora llega a España con todos los honores su último Principios de Economía. Una introducción a los fundamentos económicos (Ed. Deusto). Pretendidamente un manual básico de economía que seguro hará las delicias de los ahora seguidores del “anarcocapitalismo” tan de moda y que asegura en los próximos años un desastre de incalculables consecuencias.

Toda una síntesis en fondo por el propio autor:

“La imposición de leyes contrarias al propio interés de los seres humanos no cambia la naturaleza humana, sino que reduce el incentivo para comportarse conforme a la ley, destruyendo así el respeto de la sociedad por las leyes. Esta comprensión esencial es la razón por la que el economista sensato está a favor de la libertad económica individual y en contra de su restricción por parte de los gobiernos (…) el valor es subjetivo y depende del momento y el lugar en que se realiza la valoración. El valor se deriva de la elección humana, que es necesaria por la escasez. (…) Sin una concepción subjetiva del valor, no es posible encontrar explicaciones coherentes de por qué y cómo los seres humanos toman las decisiones económicas que toman (…) El intercambio más importante que realiza un individuo es el que realiza con su yo futuro”.

Y en forma defendiendo un concepto de cero intervención en el mercado: Saifedean Ammous sostiene que malintencionadamente y a través del inflacionismo monetario y la imposición del salario mínimo se convirtió al desempleado en componente de la economía culpando del desempleo al mercado beneficiando a quienes tienen interés en la inflación. O la explicación a la acumulación sucesiva de riqueza al margen de cualquier idea de desigualdad.

En esa negación de la regulación se incluye la tecnología que debe ser libre en su copia y reproducción, sin otro límite que el propio mercado. Obviamente en ese desprecio por la creatividad como valor personal lo científico “sin rentabilidad directa” pasa a ser un enemigo, “La histeria contra los hidrocarburos ha encontrado una nueva justificación. Las supersticiones pseudocientíficas incoherentes y no comprobables acerca de que las emisiones de gases de efecto invernadero son la perilla de control del clima de la Tierra se han convertido ahora en la razón por la que debemos deshacernos de los hidrocarburos y pasar a alternativas sostenibles”.

Y donde quiere ir a parar; el dinero es un invento del mercado, no del Estado; por eso el bitcoin es la solución:

“Al igual que con el oro, la plata y todas las formas de dinero, el reconocimiento estatista sigue a la realidad económica; no la precede ni la impone. Si el dinero hubiera sido un invento del Estado, y hubiera necesitado la sanción estatal para funcionar, bitcoin no podría haber funcionado con tanto éxito como lo ha hecho”.

Principios de economía de Saifedean Ammous es un delirio de este tiempo pero no puede pasarse por alto porque será memorizado como justificación de una deriva catastrófica en la que el concepto de libertad trasciende al de elección en sociedad y civilizatoria para transformarse, simplificando, a libertad para “hacer lo que le dé la gana a quien tenga poder o recursos para ello”. Queda bien retratado en el “¡libertad carajo!” ahora tristemente en vigor.

El bitcoin según Ammous es la solución tecnológica del libre mercado que permite a cualquiera reincorporarse al proceso de acumulación de capital y la civilización. No requiere permiso político, elude la política en general y la política monetaria en particular.

Y es que cuando habla de justicia pone los pelos de punta: “Una sociedad de justicia privada no trataría de proteger a las personas de sufrir consecuencias negativas, sino que les aplicaría esas consecuencias con una velocidad y eficacia que los monopolios gubernamentales no pueden igualar. El ladrón, el violador y el asesino serían castigados por sus víctimas de manera más eficaz que bajo el monopolio gubernamental, del mismo modo que el empresario en el mercado libre es recompensado de manera más eficaz cuando produce bienes que otros desean.”

Concluye este Principios de Economía. Una introducción a los fundamentos económicos (Ed. Deusto): “El actual monopolio parasitario de la banca gubernamental es sólo uno más en la larga lista de desafíos a los que se ha enfrentado la razón humana, y bitcoin puede resultar la herramienta que nuestra razón invente para superarlo (…) bitcoin será recordado como el logro de civilización más importante de nuestra era.”

Podrán encontrar numerosas reseñas y artículos con temas relacionados en el ÍNDICE DE El POLEMISTA http://elpolemista.blogspot.com/2023/12/indice-completo-de-el-polemista.html

Ilustración Matteo Giuseppe, The Atlantic.