A
esta hora, en el momento en el que Hezbolá es reducida de ejército a guerrilla
(más allá del uso de los términos periodísticos, la milicia pierde jerarquía,
comunicación, estrategia… convirtiéndose en la suma de entes independientes,
bien armados pero sin objetivos y líneas concretas) parece que Israel se dirige
a un cumplimiento -al menos parcial pero notable- de sus objetivos más
generales: de facto desaparece toda entidad palestina, desde luego de forma
operativa, también en el control de territorio alguno, neutraliza las amenazas
exteriores -incluida Irán plenamente consciente de su inferioridad- convirtiéndose
en potencia hegemónica de Oriente Medio junto o con apoyo de Occidente (según
en caso), y el debate bélico poco a poco irá pasando a un segundo plano una vez
que Israel logre estabilizar un periodo de guerra preventiva continuada. Netanyahu
considera la guerra como el estado natural del Estado y lo lleva a cabo, se une
a ello la idea de pueblo elegido por dios y se encamina al proyecto del Gran
Israel que incluye además de todos los territorios que ocupa hoy Israel zonas
del sur del Líbano y de Jordania según criterio histórico basado en textos
bíblicos.
Y
así vamos a llegar a un episodio esencial; el económico. Hoy los datos de
Israel no son nada positivos, el esfuerzo bélico y las crisis aledañas colocan
la situación en dudosa -es de esperar que mejore la política para el gobierno
Netanyahu que se tambaleaba, en principio de haber complicaciones el líder
israelí parece en posición de superarlas- pero se abre un escenario nuevo de
gran importancia: la reconstrucción de “lo que fue” Gaza, la definitiva
ocupación de Cisjordania y la de una franja de Líbano (veremos cómo evoluciona
el territorio que a buen seguro de facto incorporará Israel en primera
instancia como barrera de seguridad respecto a Hezbolá). Tampoco pasemos por
alto, aunque sean demasiados temas, coincide con la caída del precio del
petróleo a medio plazo no parece tener solución, los países de la OPEP+, han
perdido su capacidad de presión sobre Occidente con la estrategia de recortes
de la producción, EEUU es hoy el primer productor de petróleo del mundo gracias
a la técnica del fracking, también en este aspecto Israel (y Occidente, China y
Rusia quedan fuera) se convierte en árbitro si cabe mayor, lo que además de una
gran oportunidad de crecimiento en la economía también lo es en la influencia
en todos los aspectos, también en el de la organización de esa reconstrucción.
Ello obviamente mejora si cabe aun más su lugar.
Desde
un punto de vista anímico en la guerra para Israel y el mundo judío la victoria
será percibida como aplastante, aunque se abre también una etapa en la que la
posición de estos en el mundo cambia en el sentido de hacer mayor su
señalamiento como objetivo de ataque y odio. Tendrá consecuencias fuera de
Israel.
Para
el mundo musulmán, que nunca ha estado unido, ahora si cabe menos aunque
podrían generarse procesos internos hoy por estudiar, probablemente en varios
casos unidos a una mucho mayor ruptura entre lo que hoy llamamos Sur Global y
Occidente.
Y
el mundo palestino, destruido y en interrogantes sobre la forma, fondo y
espacio en la que sobrevivirá, pero seguro, y para todos los actores, en un
cambio mental en la barbarie del conflicto, vienen dos generaciones de tullidos
física y moralmente y otra de huérfanos, todos ellos con memoria.
Una
nota más, en materia migratoria: Líbano es el país con más refugiados del
mundo, vamos a ver cómo se gestiona lo que viene ahora en esa materia y el
efecto sobre terceros países.
Desde
el primer momento este conflicto ha sido tratado en profundidad en El Polemista,
en su índice encontraran diversos artículos como en otros temas relacionados u
otros en materia de política internacional y geopolítica.
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